Es complejo el mundo de las relaciones interpersonales, de la comunicación, de la convivencia. Tan complejo es que llegamos a adultos sin las herramientas básicas para entendernos con otros. Vivimos el día a día sin el kit de supervivencia que nos ayude a dialogar, escuchar, negociar, consensuar, pedir, reclamar, coordinar, acordarnos con otros. A veces ni sabemos quien es ese otro, lo suponemos igual, y si no lo es constituye una amenaza que hay que cambiar y amoldar a nuestra forma de ser y estar.
En la FUNDACIÓN SINAMAICA, ONG Zuliana con más de 5 años de fundada, se han propuesto reunir a todos los diferentes y ponerlos a dialogar. Ya en una reseña del pasado 09 agosto 2015 les contamos lo que hacen y cómo lo hacen. Pues bien, lo han seguido haciendo, no solo en Maracaibo sino también en Caracas en mayo 2016, y el 08 octubre comienzan en Barquisimeto, esta vez con el patrocinio de la Embajada de Canadá.
Ayer estuvimos con ellos en la 5ta edición maracaibera, con 55 chicos de partidos políticos, oficialistas y de oposición, así como líderes comunitarios y de organizaciones de la sociedad civil, hombres y mujeres, entre 18 y 30 años, indígenas, provenientes de varias ciudades del Estado Zulia. En este primer taller, que llamamos de Integración, los ponemos a jugar. Jugar es una forma maravillosa de aprendizaje. Con el cuerpo somos quienes somos, sin filtros. Y lo que aprendes con el cuerpo no se olvida. Por ello lo usamos siempre en nuestros entrenamientos. De los juegos que jugamos ayer aprendimos que:
- Tenemos más cosas en común de lo que nos imaginamos
- Dialogar es una oportunidad para entender a otro, no sólo para exponer nuestras ideas
- Escuchar es interpretar lo que oigo
- Si te escucho puede que siga pensando lo mismo que pensaba al inicio, pero puede ser que me transforme.
- Siempre existirá una brecha entre lo que digo y lo que el otro interpreta y sólo yo soy responsable por cerrar esa brecha con indagación, verificación de escucha, compartir inquietudes y dar y recibir feedback
- Diferenciar hechos de juicios, es una competencia conversacional fundamental para poder entablar un diálogo
- Somos lenguaje, cuerpo y emoción. Las tres constelaciones nos constituyen
- Las palabras tienen poder
- Cuando emito un juicio me revelo, porque se abre una ventana para que el otro me conozca
- Somos observadores diferentes, legítimos y autónomos
- El respeto es el principal valor que nos puede ayudar a relacionarnos con confianza
- Cuando no hay palabra, hay guerra. Y de la guerra no queda más que desolación y resentimiento.
- El lenguaje corporal y la posición que adopto cuando te escucho impacta en el mensaje que intento transmitir
- La comunicación no es inocente. Todo mensaje tiene una intencionalidad.
- El cambio ocurre cuando me deshago de cosas viejas e incorporo nuevas, aunque genere resistencias y miedo.
- Ser creativo me ayuda a transitar el camino de la transformación
Las intensas vivencias, cargadas de mucha emoción durante 8 horas de trabajo, nos hacen pensar que si es posible conversar, aprender y divertirse con 55 compatriotas tan diversos, es posible entonces hacerlo a nivel nacional. Por encima de lo que nos distancia, está lo que los une. Y eso tiene mucha más fuerza que lo primero.
Gracias a Juaristi, Alvarez Viso, Martínez y Domínguez por sostener viva esta esperanza para el país. Y a Verónica y Abisamar por su excelente capacidad organizativa. Apoyemos todos su labor por la transformación del liderazgo en el ámbito público.