Hace 20 años Liz Prieto, marabina especialista en comunicaciones corporativas y branding, salió de Venezuela y como tantos otros migrantes, una parte de su corazón y de su mente se quedó en su tierra desde entonces.
A su trayectoria profesional ahora se suma un nuevo logro de “autora”, pues hace un par de meses publicó su primer libro en inglés y en español llamado “Mi conuco se queda solo” (My broken conuco), disponible en Amazon, donde habla de la migración venezolana a través de seis historias basadas en hechos y personas reales que se conectan entre sí y cuyos protagonistas se ven obligados a salir del país.
El libro de 357 páginas, le tomó dos años de investigación y lo inició cuando ella cursaba un programa de escritura creativa que coincidió con la salida del país de sus padres.
“Me cuesta ser indiferente, no puedo serlo”, es de las primeras frases que dice en esta entrevista que nos concede desde Holanda, donde vive desde hace seis años. “Tengo 20 años afuera y no me acostumbro, a mí la distancia y la migración aún me pega”, añade.
Prieto cuenta que el recibimiento del libro ha sido bastante reconfortante y que a su vez piensa qué más puede hacer. “Todos podemos hacer un poquito más. Si bien no creo que voy a solucionar nada, sí que puedo ayudar. Veo que estoy generando esa curiosidad que muchas personas antes no tenían sobre Venezuela, entonces utilizar esta plataforma, seguir trabajando en ello y utilizarla para llegar a más lugares es algo que quiero seguir haciendo pues he tenido muchísimo crecimiento profesional y personal.”
Más de cinco millones de historias
La especialista en comunicaciones sabe la fuerza que tienen las historias personales pues al convertirnos en una estadística todo se ve más lejano. Recuerda que al principio sus profesores de escritura creativa le dijeron que debería escribir cada historia por separado, pero que uno de los objetivos de “Mi conuco se queda solo” es demostrar y hacerle sentir a las personas que todos estamos conectados a pesar de las muchas diferencias que pueden existir.
Prieto admite que de las reacciones que más le ha sorprendido tras la publicación del libro es la de una chica sueca que dijo que quería apoyarla y ayudarla para entrar en ese mercado traduciendo el libro y buscando una editorial porque para ella era importante que se conociera el caso de los migrantes venezolanos.
Sanar y avanzar…
Al preguntarle qué opina sobre aquellas personas que dicen que no quieren saber más nada de Venezuela tras haber emigrado dice que quizás forma parte de un duelo porque salir de tu país puede llegar a ser una experiencia muy dolorosa.
“Ese trauma hay que sanarlo, buscar la raíz, llorar y atravesar ese duelo para poder aceptarlo y moverse hacia adelante con más fuerza porque no nos hemos permitido llevar el duelo que necesitamos. Para poder curarnos tenemos que atravesar este duelo y el libro es muy de duelo. Tenemos que buscar la forma de sanar, debemos perdonar y llegar a una conciliación porque todos los venezolanos la están pasando muy mal. No todo el mundo tiene la posibilidad de poder decir me voy. Por eso no podemos ser tan duros, no podemos deshumanizarnos”, sostiene la autora.
Asimismo admite que “Mi conuco se queda solo” es un libro muy difícil para quienes aún están en Venezuela. “Me han dicho también que es más de lo mismo, pero no podemos dejar que se acostumbren a que sea más de lo mismo. Yo puedo entender que esa sea su manera coexistir con el desastre en el que viven, pero es peligroso acostumbrarse porque entonces entramos en ese experimento de la rana que la van hirviendo y se va muriendo sin darse cuenta. No podemos dejar perder el país”, enfatiza.
Sobre esa aceptación también hizo referencia a que le llena de miedo el auge de figuras públicas internacionales que visitan Venezuela en plan “turismo de contraste». “Es lo mismo que pasa en Cuba donde cientos de extranjeros van y piensan que es un museo viviente de los años 60. Me da pánico que entremos en esa categoría.”
Contar nuestra historia
La crisis que ha provocado la migración venezolana ha sido protagonista en diversas publicaciones exitosas internacionalmente como por ejemplo “Blue Label / Etiqueta Azul” de Eduardo Sánchez Rugeles, “La hija de la española” de Karina Sanz Burgo y “The Night” de Rodrigo Blanco Calderón, algo que para Prieto, dentro de lo que conlleva, es positivo.
“Hay que seguir creando literatura, dejar registro de esto. Yo me he apoyado para este proyecto en lo que hicieron los judíos ¿Cuántas películas y cuántos libros no hemos leído sobre el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial? Voy a contar nuestra historia mil millones de veces más porque mientras más cuentas esa historia más empatiza la gente y evitamos que se repita. El libro tiene un efecto que cautiva, no es lo mismo leer profundamente por horas que mirar unas historias en Instagram”, manifiesta.
La autora cuenta que aunque todos sus personajes son importantes y especiales, la historia de Simón, un niño de once años, le tocó mucho el corazón pues sabe que son muchos los niños y niñas que, de no recibir ayuda, crecerán con muchas cicatrices y dolor.
“El caso de las niñas y adolescentes es muy duro. Cada día son más las que desaparecen y las que son secuestradas o vendidas para ser víctimas de trata y esclavitud sexual. Es algo de lo que nadie quiere hablar porque hay tabúes alrededor y por supuesto, miedo. Estas niñas que están siendo explotadas no pueden decir mucho porque alguien les puede hacer daño o tienen familia en casa que van a ver las noticias, hay muchos factores y cuesta que la gente se abra para hablar sobre todo si es una persona que está investigando desde lejos”, asevera.
La autora sostiene su esperanza y deseo de ver a Venezuela recuperada más temprano que tarde con la ayuda de todos sus ciudadanos. “Cuando regresemos vamos a poner en práctica todos esos conocimientos, yo creo que sí hay un futuro esperanzador y volveremos a ser un país fantástico, maravilloso y de oportunidades”.
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Mi conuco se queda solo (Español)
My broken conuco (Inglés)