Mary Wollstonecraft y su vindicación de los derechos de la mujer.

Mary Wollstonecraft y su vindicación de los derechos de la mujer.
abril 28, 2021 Susana Reina
feminismo

Ayer 27 de abril, Mary Wollstonecraft hubiese cumplido 262 años. Fue una filósofa inglesa y escritora de novelas, cuentos, ensayos, tratados y del maravilloso documento “Vindicación de los derechos de la mujer”, del cual les quiero hablar hoy por su vigencia en cuanto a lo que propone y por tratarse de una obra clásica fundacional del movimiento feminista.

El planteamiento central del texto, publicado en 1792, gira en torno a la noción de que las mujeres viven en un estado de minusvalía psico-social impuesto por relaciones que supuestamente, buscan protegerla y glorificarla como “ser especial” pero que le niegan lo que, a juicio de la autora, son las oportunidades básicas para forjar el carácter y extraer la virtud entre los seres humanos: la razón, el trabajo productivo y la libertad.

El conjunto de supuestos privilegios derivados de esta condición “especial” de la mujer, el arraigo de los poderes que construye con su belleza, el dominio sexual que pudiera ejercer sobre el hombre, la vida de provisiones aseguradas para dedicar sus cotidianidades al arte o al placer, todo, advierte la autora, no es más que un constructo artificialmente construido para evitar la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres que debe ser estimulada por el Estado y promovida en todos los ámbitos, desde la educación temprana.

El patrón de la sumisión

La sumisión de la mujer al hombre, no a la razón que pudiera estar expresando, es en definitiva, un caso más de sumisión humana, como el que podría derivarse de reinados o de dictaduras de raza de clase social. Hay una similitud evidente entre la sumisión inherente a los regímenes políticos que institucionalizan la tiranía del poder basado en la fuerza bruta y la opresión, con el conjunto de ideas que pretende la sumisión de la mujer.

Para romper este ciclo, la autora apuesta por la educación como herramienta igualadora en la construcción de ciudadanía. Advierte que debería incluir la protección del cuerpo femenino, para que no sea manipulado en función de las expectativas sobre su uso simbólico o práctico en los roles machistas previstos para la mujer. “Si las sociedades humanas privilegiaran la razón, disminuirían las tiranías y, de manera inevitable, disminuiría también hasta desaparecer en estas sociedades, la sumisión de la mujer”, escribe Mary.

Principales aportes

Los aportes del texto, vistos en contexto histórico y situacional, son espectaculares, revolucionarios. Destaco principalmente tres. El primer aporte consiste en presentar la discriminación de género y la sumisión de una parte de la humanidad a otra, como un componente explicable de un sistema más general de interacciones en el que se produce tiranía y sumisión. De este modo, libera al asunto del riesgo de la diferenciación “biologicista” y de la diferenciación religiosa. Ella explica la discriminación como un fenómeno social derivado del ocultamiento de la razón (por ejemplo, a través de una educación equivocada) a una parte de la sociedad.

El segundo aporte, despoja de adornos y simplezas esta relación de sumisión y demostrar que dichos adornos están diseñados para confundir la esencia del proceso diferenciador. Por ejemplo, protejo a la mujer, incluso me someto a su poder sexual y a su exquisita sensibilidad (o, como contracara de la misma moneda, me protege un hombre y lo someto sexualmente con mi poder y mi sensibilidad) porque no es dable considerar que puede la mujer, por educación, por razón, por esfuerzo productivo, por libertad en igualdad, acceder al poder que se tiene como hombre. Los obsequios y las galanterías no son simples herramientas para facilitar una relación de amor entre iguales. Son expresiones del diferencial entre géneros en esa relación.

El tercer aporte consiste en desarrollar la teoría del arraigo educativo del proceso diferenciador y discriminatorio, por lo que no es suficiente que se deje de discriminar educativamente ambos sexos. Se requiere una política activa, dice Wollstonecraft, de educación transformadora para las niñas y mujeres que contribuya al posicionamiento creciente en el mundo público, lo que resulta extraordinariamente moderno dado el contexto y los alcances en las competencias gubernamentales y en el concepto de políticas públicas para esa época.

Asombrosa Mary

Ella pareciera narrar con la naturalidad de lo evidente asuntos que, dado el contexto de la época, muy pocos trataban y que en general, no era válido discutir con amplitud. Me asombra el tono narrativo de la autora alejado del fervor reivindicativo que tienen otras narraciones feministas más modernas, a pesar del sufrimiento de su propia vida y aún en las partes en las que, de manera más evidente, profundiza en la crítica a una sociedad intolerablemente injusta.

Me impresionó mucho la claridad para interpretar las relaciones sociales de su época. Creo que sus planteamientos logran una profundidad precursora que aún perdura. Analizar las relaciones sexuales y sus vínculos con la estructura patriarcal me parece un planteamiento auténticamente de avanzada. Me queda la inquietud de si se generarían en ella las dudas y la culpa típica de quienes nos sabemos transgresoras…Doy gracias por el contacto con esta lectura y su maravillosa autora.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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