Hace unos días entraba a Facebook y me encontré con una publicación acerca de un hecho de violencia contra una mujer sucedido en mi localidad. Lo que más me llamó la atención fueron los comentarios hechos en dicha publicación; frases como: «Pero ¿Quién las manda?» «Ellas se lo buscaron» «Ahora sí son víctimas, pero no se veían obligadas» y muchas frases más por ese estilo.
¿Por qué solemos culpar a la víctima cuando es alguien externo a nuestra familia o amistades? Quizás si fuese alguien cercano, la defenderíamos de todos esos comentarios, incluso nos dolería. Aunque llevamos tantos años considerando la violencia como un problema interno (si es de otra persona yo no puedo interferir porque «En problemas de dos el tercero sale sobrando»), tristemente ahora le podemos sumar que nuestra sociedad se encarga también de culpabilizar a la víctima…
Lo preocupante es que no es algo que solo vemos en Facebook, con un tipo de delito, sino con todos y en las diversas redes sociales. Hace unos meses lo veía en Twitter con un femicidio, dónde culpaban a la víctima «por estar operada», situación que nos permite observar el machismo que vivimos, que prefiere culpar a la víctima intentando ignorar lo grave del asunto, que hacer énfasis en el acto que realizó el agresor o victimario.
Y aunque no lo creamos este es uno de los diversos motivos por los que una mujer no denuncia, el miedo a ser juzgada o a no ser creída. Las redes sociales efectivamente son una plataforma que nos lleva a conectarnos con otras personas, a conocer otras culturas, e incluso a estudiar más allá de la presencialidad de un aula de clases; pero también se han vuelto un tribunal, un lugar donde las personas se volvieron jueces, donde comentan sin pensar en el daño que esos comentarios causan, sin analizar una presunción de inocencia o la revictimización que ello genera.
Por eso es momento de entender que la culpa no es de la víctima y que no podemos seguir pensando en «Si salió tarde» «Si vistió de manera provocativa» y gran cantidad de comentarios o situaciones que intentan desacreditar los hechos para juzgar. Debemos volver a retomar la empatía si queremos ayudar en estos casos.