Durante décadas el feminismo se ha catalogado en la sociedad en cierta forma como un movimiento social y político opuesto al machismo, siendo el machismo esa corriente ideológica que se ha consolidado en diferentes regiones a nivel mundial en el que se plantean actitudes, conductas, prácticas y acciones que defiende esa posición superior del hombre sobre la mujer, resaltando habilidades violentas, agresivas o dominancia de un grupo sobre otro[1] que ha conseguido durante años solidificar una serie de estigmas acerca de las cualidades femeninas como símbolo de debilidad, dependencia y sumisión.
Pero, el machismo no solamente se ha caracterizado por afectar únicamente a las mujeres, sino también oprime y afecta a los hombres, por ejemplo, la legislación venezolana en materia de Derecho de familia en los procesos que acarrea un divorcio, al momento de efectuarse ese debate dentro de las fases del proceso para determinar quién se quedaría con la custodia de los hijos o hijas, la persona con mayor probabilidades de quedarse con estos termina siendo la mujer, como puede observarse dentro de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) vigente en su artículo 360 estableciendo que:
(…) De no existir acuerdo entre el padre y la madre respecto a cuál de los dos ejercerá la Custodia, el juez o jueza determinará a cuál de ellos corresponde. En estos casos, los hijos e hijas de siete años o menos deben permanecer preferiblemente con la madre, salvo que su interés superior aconseje que sea con el padre. (…)[2]
Considerando que las recomendaciones plasmadas por el legislador patrio en la LOPNNA para atender a esta clase de conflictos van dirigidas a la influencia de la cultura machista que se vive en la sociedad venezolana en el que se toma a la mujer como un ser cariñoso por naturaleza, maternal, comprensivo o atento, aplicando la típica frase de “La mujer es” en el que se le conceden diversas cualidades, se está empleando un sexismo en el que se le está atribuyendo una característica solo por el hecho de ser mujer, dejando como pregunta el ¿Por qué un hombre no puede ser maternal? ¿Por qué un hombre no puede ser paternal? ¿Por qué un hombre no puede cargar un bebé como lo carga una mujer?
Esto es algo que el feminismo debe aprender también donde deben transformarse y modificar las estrategias para emprender esa búsqueda por la igualdad entre las mujeres y los hombres, las organizaciones feministas necesitan incluir a los hombres en sus espacios, como lo expresó Alejandro Urdaneta un joven activista y defensor de los Derechos Humanos miembro fundador de la FEDEHU en una ocasión:
No solamente se deben incluir a las mujeres en las organizaciones feministas, sabemos que estas hablan de su propio empoderamiento y herramientas para crecer, pero ¿Por qué no incluyen a los hombres? Si ellas son el 50% de la población y añades a los hombres que son el porcentaje faltante, para así volvernos un grupo invencible. Si solo convencen a un hombre, se lograría marcar la diferencia; entonces ¿Por qué tanta exclusión? Dejándolos a un lado solo porque algunos oprimen a las personas, ¿Cuál va ser la respuesta por parte del feminismo? ¿Oprimirlos después? Por lo que debemos estar conscientes que es realizarles el mismo daño a las personas que tus estas buscando que a ti no te hagan.[3]
Por lo mismo, es fundamental efectuar un análisis en los diferentes ámbitos que no solamente incluyan al feminismo, se requiere abordar cada una de las políticas sobre Derechos Humanos en Venezuela, gran parte de la población reconoce que una serie de personas actualmente por medio de sus estrategias desde la Administración Pública nacional están haciendo daño a diferentes líderes en este país.
Pero la respuesta a cada uno de esos actos al momento de enfrentar una nueva transición política ¿Será no respetar sus Derechos Humanos? ¿No respetar sus libertades fundamentales? Volviéndose estas interrogantes grandes reflexiones que en la actualidad permiten pensar muchos actos.
Actualmente se han notado por medio de diferentes plataformas numerosas denuncias acerca de distintas formas de violencia empleadas por hombre que se encuentran tipificadas en la Ley Orgánica Sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia (LOSDMVLV), la reacción por parte de las diferentes comunidades en cierto aspecto a omitido el respeto de las garantías y derechos constitucionales que atribuye el texto constitucional a todos los individuos en el territorio nacional, vulnerando los principios procesales plasmados en el Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), un ejemplo claro de esto es el debido proceso, la presunción de inocencia, el respeto a la dignidad humana y la igualdad ante la ley.
Aquellas declaraciones emitidas a través de twitter o Instagram donde medios de comunicación digital y algunas organizaciones de forma amarillista exponen a las personas sin garantizar el debido proceso, irrespetando la presunción de inocencia o asumiendo competencias que no les corresponden al emitir condenas colocan al movimiento feminista en una cadena retardataria adjunto al proceso evolutivo que debe asumir el derecho en sus distintas ramas.
El amarillismo para distintos sucesos que cada instante se va incrementando en los distintos espacios, donde pareciera que la población quiere regresar a la medidas seleccionadas en el código de Hammurabi siendo este un compendio de justicia uniforme con acciones como el “ojo por ojo, diente por diente, brazo por brazo, aquel que comete un delito le cortan una extremidad del cuerpo” entre otros actos.
Como activistas y defensores de Derechos Humanos, ciudadanos o líderes en diferentes espacios es momento de preguntarse ¿Queremos volver atrás? ¿Esto es lo que estamos buscando? ¿Vivir en un mundo inmerso en el pasado, lleno de rencor y mucho odio?
Por eso mismo, es momento de trabajar en búsqueda de una sociedad inclusiva que perdona las cosas malas, aplicando los requerimientos establecidos por la ley, en algunas oportunidades ciertas acciones de algunas feministas han desvirtuado la lucha de lo que se desea lograr, otras excluyen al hombre de sus campos de acción, pero no son todas las que manejan este pensar, por lo tanto, llego el instante de sentar bases en un movimiento que debe aprovechar el potencial de ambas áreas para crecer y no quedar solo en palabras.
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[1] De la Rubia, Moral Jose, Machismo, victimización y perpetración en mujeres y hombres mexicanos, https://www.redalyc.org/jatsRepo/316/31646035003/html/index.html , 2016
[2] Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente, gaceta oficial extraordinario No 5.859, lunes 10 de diciembre de 2007.
[3] Cuenta en Instagram de Alejandro Urdaneta: https://www.instagram.com/tv/CMNNKvSFlhM/