El atrevimiento de Naomi Osaka

El atrevimiento de Naomi Osaka
junio 9, 2021 Susana Reina
feminismo

Anteponer la salud mental a las exigencias sociales pareciera ser una decisión lógica, pero no deseable para ciertos medios y masas ávidas de entretenimiento, sobre todo cuando median contratos o expectativas de cumplimiento que deben ser cumplidos a toda costa.

La semana pasada, la conocida tenista Naomi Osaka sorprendió a todos cuando anunció retirarse el certamen de tenis en Francia, el Roland Garros, ante la amenaza conjunta de los organizadores de las competiciones de Wimbledon, Austrialia y US Open, de ser expulsada y no volver a participar en los grand slams que vienen en calendario. Esto, después de haber sido multada por no querer someterse a una rueda de prensa que según ella declaró, le causa ansiedad social y depresión.

Al hacerse viral la noticia, un querido amigo me espeta un “¿te fijas por qué las mujeres no pueden competir en las grandes ligas ni en los grandes puestos como tú dices?… se hacen papilla con la presión”. Fue obviamente un infeliz y poco fundamentado comentario, sobre todo porque no es solo a las atletas de alto rendimiento a las que estas afectaciones emocionales les suceden.

En respuesta le envié una lista de hombres deportistas que han declarado episodios depresivos o ansiosos antes durante o después de sus estrellatos: “Andrés Iniesta (fútbol), Michael Phellps (natación), Andre Agassi (tenis), Robert Enke (futbolista que se suicidó), Kevin Love (basketball), Nick Kyrgios (tenis), Vincent Gracía (surf), Noah Lyles (atletismo), Rafa Nadal (tenis otra vez), Tiger Woods (golf) John Kirwan (rugby), Frank Bruno (boxeo)…Eso por nombrar a los más conocidos, imagínate el resto que no lo dice, pero lo sufre”.

Salud mental y deportes

Como siempre, si una mujer admite sufrir lo que más de 300 millones de personas en todo el mundo está padeciendo según la Organización Mundial de la Salud, pone en evidencia la debilidad “propia de su sexo”. Pero el caso es que hasta un 35% de los deportistas de élite sufren crisis mentales que pueden derivar en grandes problemas, según una investigación del Comité Olímpico Internacional, y no son exclusivamente mujeres.

Está muy bien fundamentado el efecto que los deportes de alta competición con exigencias de cumplimiento al 100%, ha tenido sobre muchos atletas aumentando su estrés y entorpeciendo su capacidad de respuesta. Pero de eso no es usual hablar porque es mucho lo que está en juego. Las muestras de debilidad pueden causar que te quedes en el camino y te descarten para lo “verdaderamente importante”. Es la misma dinámica que impera en todas las organizaciones piramidales orientadas a la producción máxima como las conocemos ahora.

Atrevimiento doble

El principal valor que le veo al acto de Naomi reside en dos elementos. El primero, su valiente apertura para confesarse vulnerable de forma sincera y abierta en una sociedad donde la competencia extrema, el aparentar estar maravillosamente bien y la venta de la resiliencia como ideal social, son la norma. Que ella admita su fragilidad personal con todas las consecuencias que tal acción involucra, la engrandece.

El segundo elemento es que con su decisión está retando a un sistema que establece normas que no consideran circunstancias personales de los competidores, ni son flexibles o negociables: “Lo anuncié de manera preventiva porque siento que las reglas están bastante desactualizadas en algunas partes y quería resaltar eso”, declaró Naomi. ¿La reacción? Más humillación para ella: los organizadores del Abierto de Francia publicaron un tweet (que luego borraron) con fotos de Rafael Nadal, Kei Nishikori, Aryna Sabalenka y Coco Gauff participando en ruedas de prensa con el texto: “Ellos entendieron la tarea”.

La maquinaria del poder no puede parar, los grandes intereses, cadenas de medios y empresas que patrocinan eventos no pueden perder un minuto, no permiten un desliz, castigan al disidente, a quien desobedece. Si es mujer, negra, joven como Naomi, más aún. O encajas o te expulsamos.

Lógicamente si uno firma un contrato debe cumplir lo que allí se establece. Ella lo entendió y pagó su multa. Todo lo que sucedió a continuación estuvo de más, por lo que su decisión de retirarse fijó un precedente importante para los y las jóvenes deportistas en el mundo.

Rebeldía que inspira

Eso que Naomi hizo, es lo que todas nosotras deberíamos hacer en todos los ámbitos machistas. Dejar de seguir “adaptándonos” a un sistema que nos enferma, cuestionar las reglas hechas para un sexo que no es el nuestro, defender el principio del cuidado humano como prioritario y hablar abierta y honestamente de nuestras emociones sin temor a que ello sea criticado.

Creo que debemos dejar de citar a la resiliencia, -esa capacidad para tener éxito a pesar del estrés o adversidades-, como una aspiración de vida. La tarea feminista pendiente consiste en procurar entornos que no generen más estrés del mínimo necesario, escuchar a quien sufre antes que castigarle, poner la salud mental en el espectro del bienestar como prioridad y dejar de premiar a quien aguanta hasta el límite ocultando su fragilidad. Creo que debemos dejar de lado el paradigma de la sobrevivencia del más apto que los darwinianos y machistas citan cada vez que alguien pide clemencia. Estoy contigo Naomi Osaka.

 

Foto: Diario La Vanguardia

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