Las necesitamos soñadoras

Las necesitamos soñadoras
agosto 31, 2020 Daniela Oropeza
niñas STEM

Por cosas de la vida me topé con un video del Barbie Dream Gap Project, un proyecto en el que desde 2018, la reconocida marca de la muñeca más famosa del mundo viene trabajando, y cuyo propósito es brindar a las niñas los recursos y apoyo que necesitan para seguir creyendo en sí mismas.

En el video, varias niñas explican de manera sencilla que el Dream Gap se refiere a la brecha que existe entre las niñas y su potencial. Dicho así, quizás no se entienda mucho o no se aprecie la gravedad del asunto, pero, cuando se menciona a la investigación llevada a cabo en conjunto por las universidades de Nueva York, Princeton e Illinois, donde se revela que a partir de los 5 años las niñas comienzan a tener creencias auto limitantes y dejan de soñar con ser aquello que desean, la cosa se torna más seria.

De acuerdo con ese estudio, a partir de los 6 años, las niñas empiezan a asociar inteligencia con género y comienzan a alejarse de aquellas actividades que perciben como de “alta inteligencia”, caso de las ramas ligadas a la ciencia y la tecnología, donde la participación femenina es bastante baja en comparación a la masculina.

Es decir, desde muy temprana edad, las niñas comienzan a establecer un sistema de creencias que las aleja de aquello que identifican como “actividades de niños”, y las acerca a actividades que cumplen con patrones culturalmente aceptables para las niñas. Es importante destacar que esto no se trata de baja autoestima, sino de la influencia de estereotipos a las que son expuestas desde muy jóvenes, sea por el entorno social, cultural e incluso por la influencia de los mismos medios de comunicación.

Mientras veía el video fue imposible no recordar mi infancia donde tuve la fortuna de contar con una madre que me impulsó a creer que podía alcanzar lo que yo quisiese, desde ser investigadora científica y astrónoma hasta escritora de cuentos, artista o arqueóloga, y sobre todo porque me enseñó que ser niña no me hacía menos, que los niños y las niñas eran iguales en derechos, en habilidades y en oportunidades. Pero resulta que mi historia, no implica que sea la realidad para muchas otras.

En la sociedad en general (en todas partes del mundo) son muchísimos los mitos culturales que construyen esa brecha entre niños y niñas, no solo en términos de fuerza e inteligencia, sino también de roles que cada uno debe desarrollar más adelante. Es por eso que es más probable que a una niña le regalen un bebé de juguete que un microscopio, un set de cocina a un kit de ciencia, un set de maquillaje a un balón de fútbol, peluches a carros Caterpillar.

Tal y como menciona Chimamanda Ngozi Adichie, como sociedad “les decimos a las niñas, puedes tener ambición, pero no mucha, debes apuntar al éxito, pero no debes ser demasiado exitosa, de lo contrario amenazas al hombre”. Es como si por nacer bajo el género femenino se viniese al mundo con una serie de reglas sobre qué debes ser y qué puedes hacer.

Y muchos pensarán “pero así han sido las cosas siempre, ¿cuál es el problema?”. El problema, es que esas niñas con creencias limitantes se convertirán en adultas que no lograron desarrollar completamente su potencial como seres humanos integrales, perpetuando así ciclos de estereotipos y de pobreza que nos afectan como colectivo y que impiden alcanzar sociedades realmente inclusivas, garantes de derechos básicos, con economías sólidas y fuerza laboral productiva. En pocas palabras, esos estereotipos nos impiden avanzar como sociedad.

Para los creadores del Barbie Dream Gap Project, el Dream Gap “es una crisis, no sólo porque priva a las niñas de valorarse a sí mismas en un contexto esencial, sino porque soñar es la clave para un futuro en el que más del 80% de los trabajos están relacionados a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas… Soñar, es en pocas palabras, imaginar nuevas posibilidades, explorar nuevos mundos, alcanzar nuevos pensamientos, y es lo que hace posible la innovación y los nuevos alcances”.

Necesitamos derribar esos estereotipos a los que las niñas son sometidas desde muy temprana edad; necesitamos que tengan pensamiento crítico, que desafíen lo establecido y se atrevan a crear un mundo mejor. Para ello, debemos crear todos los espacios posibles para que crezcan en un mundo más libre, en el que sean capaces de lograr aquello que soñaron desde pequeñas. Y es nuestra responsabilidad como colectivo brindar las herramientas y labrar el camino para que eso pase.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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