Abogada, con gran reconocimiento y renombre mundial por sus logros en el campo de los Derechos Humanos de la Mujer al haber participado de forma ad-honorem en: la co-redaccion y aprobación de la “Convención Internacional para la Eliminación de toda forma de Discriminación de la Mujer” (CEDAW); Presidenta Mundial de la Federación Internacional de Abogadas (FIDA), con status consultivo en el ECOSOC de la ONU; Diplomática Venezolana que aprobó en la OEA la “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer”; Presidenta de la Federación Venezolana de Abogadas (FEVA).
P: ¿Cómo se inició en el mundo del feminismo o de lucha por los derechos de las mujeres?
R: Me gradué en la UCV de abogada. A los pocos meses de graduarme, continué estudiando postgrados. Siempre estuve ligada a las actividades de la Universidad. En una de ellas me encontré con una abogada que me invitó a conocer la Federación Venezolana de Abogadas, fundada en 1956 y me invitó a pertenecer. Me inicié al llegar al Colegio de Abogados, la Dra. Pérez Perozo (primera mujer graduada en el país), estaba reorganizando la Federación con miras de hacer un Congreso. Entonces en el Primer Congreso Internacional de la Federación Venezolana de Mujeres Abogadas que se realizó aquí en Caracas, se estudió cuáles eran los problemas en materia jurídica con respecto a los derechos de la mujer. Cuando se estaba iniciando el mismo, me dijeron que era la Secretaria de Relaciones Exteriores.
En el año 70, se celebró el Segundo Congreso Internacional de Abogadas (en Valencia). Ahí se decidió dar la mayor importancia a los problemas de los derechos de las mujeres que estaban el Código Civil, donde había una gran discriminación hacia la misma. La Dra. Pérez fallece en el 72 quedando de Presidenta de la Federación la Dra. María Jesús Maldonado y yo ascendí a Secretaría Genera. Hacíamos foros y reuniones para estudiar qué se debía cambiar para conseguir la igualdad de género. Escribimos cuáles eran las reformas que teníamos que hacer, recogimos firmas y presentamos proyectos de leyes al Congreso Nacional el 18 de mayo de 1979. A partir de todo eso, estuve en la representación internacional como delegada de la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA. En el 79 me eligen Presidenta Mundial de las Abogadas, con estatus consultivo en las Naciones Unidas.
En el 82 vinieron las mujeres de todo el mundo a apoyar la Reforma del Código Civil. Tuvimos una lucha de 13 años para lograr la aprobación de la Reforma del Código Civil en 1982. Se celebró hasta con el Presidente Carlos Andrés este triunfo de igualdad jurídica a la mujer, la familia y los niños. Fui delegada asesora, alterna y en el 88 me nombraron delegada titular de la OEA. En esa época no se hablaba nada sobre la violencia contra la mujer, era un tema tabú, pero aquí comenzó dicho estudio. Planteé hablar sobre ello y se convocó una consulta interamericana con 34 países en 1990. Cada país presentó su informe y no hubo ningún país que dijera que no tenía violencia contra la mujer. Dije que había que corregirlo con una ley internacional. Se aprobó en la Convención de Belem do Pará. El 9 de junio pasó a la Asamblea General y fue aprobada por aclamación. Esto ha servido de inspiración para otros países durante mucho tiempo.
Me he dedicado durante 50 años a este tema, pero jurídicamente, primero doy gracias porque soy abogada y segundo a la vida doy gracias por haber tenido esa oportunidad de intervenir en las grandes leyes a nivel nacional e internacional y ser útil para la sociedad.
P: ¿Considera usted que hubo un acontecimiento específico donde sintiera que debía alzar su voz?
R: Alcé la voz primero con la Reforma del Código Civil. Como abogada entendí que había que cambiar esa ley discriminatoria. Por ejemplo, una familia podía vivir en Caracas y si el hombre quería divorciarse, entonces el hombre introduce la demanda de divorcio en San Fernando de Apure; la señora no se entera de esto y cuando llega, se encuentra con que está divorciada. Otro punto era que los bienes de la sociedad conyugal eran del hombre porque el mismo tenía la administración y disposición, dejaban a su familia desamparada sin casa y sin bienes. Tuve que alzar la voz para eliminar todas estas injusticias. Y se logra con la aprobación de la Reforma del Código Civil.
Luego alcé la voz en Washington para decir que existía un problema de violencia contra la mujer en todo el mundo, para buscar las soluciones. La violencia está en todas partes y no todas las mujeres están conscientes de sufrirla o haberla sufrido.
P: ¿Cuál considera usted que fue su mayor logro dentro de esta lucha por los derechos de las mujeres?
R: Mi mayor logro fue haber tenido la maravillosa oportunidad como presidenta de la Federación Venezolana de Abogadas (FEVA) de haber presentado el proyecto de Ley de la Reforma del Código Civil con 33.000 firmas en el Congreso Nacional. Y a nivel internacional haber contribuido a la aprobación de la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer Belem do Pará, que en este momento tiene 32 ratificaciones. Doy gracias a Dios por permitirme abrir espacios a nivel jurídico a la mujer en el mundo.
P: ¿Cómo visualiza usted nuestra sociedad en un futuro no muy lejano?
R: He logrado ver un gran cambio, un cambio irreversible. La gente no percibe esos cambios jurídicos, ven los cambios, pero no se dan cuenta cuál es el origen ya que no se hace mucha propaganda de estas cosas tan específicas. A medida que ha pasado al tiempo, ya a finales de la década del 90, acercándose a la época del 2000, han surgido muchas organizaciones no gubernamentales. En este momento veo un despertar y una participación de la sociedad colectiva a través de estas ONG. Como las manifestaciones maravillosas que se dieron el Día de la No Violencia contra la Mujer en el mundo entero. Países como por ejemplo Francia que estaba un poco dormido y hasta hace poco negaba la violencia contra la mujer, también se unieron. Antes nos tocaba a un grupo de mujeres como éramos las abogadas, concientizar a la sociedad, al gobierno, a las autoridades y muchos más, de que había un problema. En muchas partes las abogadas aun llevamos la batuta, pero ya no estamos solas, sino que ahora hay miles de mujeres luchando.
P: Si pudiera dejar un mensaje para las nuevas generaciones, ¿cuál sería?
R: Tienen que seguir trabajando por los derechos humanos y de la mujer. Deben estar activos. Toda mujer tiene derecho a vivir libre de violencia y es necesario elevarlo a derecho universal, por eso actualmente trabajo por ello.
Yo le digo a las nuevas generaciones que luchen por sus derechos, que estén pendientes, que piensen que están trabajando por la humanidad. Estoy encantada con el despertar de las nuevas generaciones y sobre todo de la juventud maravillosa que está muy acorde con el siglo XXI.
Escuchemos su testimonio de viva voz:
Entrevista realizada por Valeria Aponte.
