Mujeres líderes ante la pandemia y el llamado a promover una mayor participación de mujeres en política en Venezuela.

Mujeres líderes ante la pandemia y el llamado a promover una mayor participación de mujeres en política en Venezuela.
mayo 19, 2020 Mariana Vahlis

Hace algunas semanas un artículo de la revista Forbes titulado “¿Qué tienen en común los países que mejor han gestionado la crisis? Sus líderes son mujeres” revolucionó nuestras redes sociales. El artículo visibilizó la actuación de varias mujeres de alto perfil, ampliamente conocidas en el plano internacional y analizó la implementación de medidas de acción temprana y decisiones tomadas por este grupo de mujeres, que permitieron responder a la crisis y lograr reducir las cifras de contagios en sus países. Dicho artículo ha sido objeto de muchas reflexiones, foros, lecturas, y se puede decir que mucha agua ha corrido desde su publicación.

Por eso, hoy no quiero ampliar el desarrollo de estos casos más allá de lo necesario, sino hablarles sobre lo que estos casos demuestran: la necesidad actual imperante de ampliar la participación política de más mujeres para que puedan acceder a cargos de poder.

Partamos de un hecho básico: las líderes seleccionadas por Forbes no han gestionado mejor la crisis generada por la COVID-19 sólo por el hecho de ser mujeres.

Durante su ponencia en el foro “Mujeres líderes ante la crisis: qué tienen en común”, Natalia Brandler, Doctora en Ciencias Políticas y experta en temas de igualdad de género, analizó la gestión y manejo de la crisis en Alemania, Islandia, Nueva Zelanda, Taiwán, Noruega, Finlandia y Dinamarca, concluyendo que los liderazgos de estos países tipo colaborativo, de inclusión y de expansión del poder a otros ha permitido que la crisis pueda ser gestionada más eficientemente.

Sin embargo, al escuchar esta ponencia lo que más llamó mi atención fue entender que todas estas mujeres han tenido un factor común en sus contextos políticos para llegar a los cargos de poder que ocupan: en sus países existen cuotas de género bien sea porque en sus partidos políticos tienen cuotas voluntarias que permiten la equidad de la participación femenina, o porque las leyes del país así lo exigen con cuotas obligatorias. Además, se promueve la participación de las mujeres con políticas públicas que las favorece directamente.

Esta conclusión, nos hace reflexionar sobre la necesidad inmediata de crear un espacio físico y legislativo que permita que más mujeres puedan participar activamente en política ocupando cargos de elección y estar en los centros de poder donde se toman las decisiones.

¿Y Venezuela, para cuándo?

Si la media mundial de participación de mujeres en política no sobrepasa el 30%, en Venezuela el asunto es mucho más grave ya que el promedio apenas llega al 20% de participación femenina. Según el Observatorio Venezolano Electoral sólo una quinta parte de los cargos de elección pública en el país son ocupados por mujeres -sí, usted leyó bien, una quinta parte-.  Hay un tema que une a oficialismo y oposición, por increíble que parezca, ninguno de los dos ha podido resolver el tema de la equidad de género dentro de sus organizaciones políticas.

Salvo con pocas excepciones, las mujeres no forman parte de las directivas de los partidos. De hecho, muchos partidos políticos no cuentan con secretarías u organizaciones internas de mujeres y aquellos en los que sí existen estas no pertenecen necesariamente a las estructuras de toma de decisiones por lo que no tienen alcance en la dirección partidaria.

Aun cuando se han realizado muchos esfuerzos por parte de mujeres miembros de los diversos partidos políticos en Venezuela, ninguno ha tomado la iniciativa de desarrollar estatutariamente una postura o doctrina sobre la militancia de las mujeres y en líneas generales sus discursos oficiales no incluyen la perspectiva de género.

Experiencias en otros contextos políticos han demostrado que la igualdad de género y la garantía de las mujeres de poder participar en política es clave para la reconstrucción de democracias sólidas y sostenibles en contextos vulnerables.

Los retos que tenemos por delante.

Si bien es cierto que establecer cuotas no es suficiente para garantizar la participación femenina en los cargos electos, no es menos cierto que es el primer paso para empezar a equilibrar la balanza a favor de las mujeres. Por ello, las medidas que sean implementadas deben venir acompañadas de prácticas de potenciación del género que promuevan los liderazgos femeninos, así como de mecanismos de rendición de cuentas de los representantes que han sido elegidos y sus compromisos con la igualdad de género. Pasando también por garantizar que desde el partido político se promueva el financiamiento a las campañas electorales de mujeres candidatas.

Sin dejar a un lado – quizás sea esta la tarea más difícil- la lucha continúa contra los sesgos y estereotipos de género que promueven ideas como “hay cosas más importantes en la agenda política” o peor aún “las mujeres no quieren el poder”. Sí, queremos el poder. Queremos poder participar, ejercer la política y promover medidas que favorezcan a más mujeres.

Para terminar, dejo abierto el debate sobre la participación de las mujeres en política con esta reflexión de Madhu Kishwar, investigadora del Centro para el Estudio de las Sociedades en Desarrollo: “Dicen que detrás de todo gran hombre suele haber una gran mujer. No obstante, detrás de cada mujer políticamente activa no solo hace falta un esposo cooperativo, sino también una familia extensa enormemente comprensiva e ingeniosa, además de una sólida organización [política] basada en los movimientos que esté lista para hacer participar a las mujeres en la vida pública”.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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