Julia Marte: «Soy feminista porque en el camino de vuelta a mí, no encontré mejor forma de amarme».

A la mayoría de las mujeres que escriben poesía lo primero que le preguntan es: ¿De qué trata tu poemario?, ¿Qué te llevó a escribirlo?, pero realmente casi nadie pregunta cuál es su identidad como escritora. La identidad de quien escribe se ve reflejada desde su niñez, su entorno, sus experiencias y sin duda alguna, sus sueños.

Escritora, madre, mujer y abogada, treinta y seis años, inteligente, creativa, dedicada, comprometida y empática son algunas de las características que definen la personalidad de Julia Marte.

En la mayoría de los casos, a las personas que se dedican a escribir poesía se las relaciona con rasgos creativos, soñadores e inspiradores y déjenme decirles que es absolutamente cierto; Julia es una de esas mujeres que despiertan en ti la chispa de la convicción.

Para muchos escritores la primera página es la más difícil, el temor a la hoja en blanco. Para otros, la más complicada siempre es la hoja de agradecimientos; particularmente es lo que más me gusta leer de una obra escrita. La hoja de agradecimientos es dónde cada uno escribe a quién le dedica el texto, en quién pensó cuando trabajó en él y por supuesto quién te inspiró para hacerlo.

Julia Marte en sus agradecimientos nombra a su madre y a la niña que fue y yo no podía dejar de preguntarle. Su respuesta fue contundente, no lo pensó demasiado y yo le creí totalmente: “Mi madre y la niña que fui me mostraron que con determinación y un poco de ingenuidad se puede. Determinación para seguir con el proyecto e ingenuidad para creerlo posible”.

Julia contó que desde siempre su madre fue feminista, ni ella ni su madre lo sabían, pero se atrevió a decir que al transgredir la realidad de su mamá, terminó siendo juzgada por tomar su vida y hacerla suya.

La fuente de su inspiración en gran parte ha sido gracias a las mujeres que hoy luchan, no callan y son aguerridas, pero al mismo tiempo ignoran lo poderosas que son.

“Las mujeres me inspiran a creer que es posible, a desmitificar nuestra fragilidad porque en todos lados que miro solo veo valentía, no importa de dónde seamos hay una sensación en común y es que nunca es suficiente, que nos sobra ímpetu o que nos falta ropa, pero solo escribo sobre lo que me rodea y estoy rodeada de mujeres valiosas que ignoran su poder, si con palabras puedo hacer pensar y mover sentimientos de valoración y respeto entonces en algo les retribuyo después de ser inspiración”.

Hablar de mujeres y de su empoderamiento personal es sinónimo de feminismo y Julia afirma “Soy feminista porque en el camino de vuelta a mí, no encontré mejor forma de amarme”.

La poesía es un medio de expresión y de denuncia, a través de ella los escritores pueden influir en las mujeres que de alguna manera sufren o callan algún tipo de violencia, sin embargo, Julia asegura que la poesía descubre sentimientos que a veces no tienen nombre, pero que al hacerlos visibles los tomamos en cuenta, entonces es cuando tiene el propósito de gritar lo que muchas han callado.

En la mayoría de los casos, la poesía tiene un componente de tristeza o melancolía y esto no es casual, pues de los conflictos y situaciones difíciles nacen las reflexiones y los aprendizajes.  A pesar de eso Julia afirma que “en la poesía hay hilos de tristeza, esa que te lleva a crear, aunque luego en algunos casos se convierta en felicidad. Tengo una historia de vida, dos hijos, un divorcio en medio de mi segundo embarazo, culpas, mentiras y mientras todo este huracán me envolvía, comencé a estudiar Derecho. Volví con mi madre, me gradué, murió. Creo que caí, me deprimí, pero me levanté, no fue fácil, pero me siento más ligera desde que me hice consciente de mi poder. Sé que hay muchas mujeres que están ahorita en esa tormenta que viví, y es importante para mí que ellas sepan, que se van a levantar porque hay otras que seguimos luchando y no vamos a parar”

Cuando lees el poemario «Maquinaciones de una mujer ilusa» es muy difícil no sensibilizarse con el texto, te paseas por una obra exquisita y femenina, con notas de melancolía que te hacen reflexionar, soñar y despertar.

¡Felicidades Julia!