Cada vez que una mujer dice “Uy, esas son unas Feminazis” mi sangre hierve y algo dentro de mí explota. Y, es que ¿no deberíamos ser todas feministas? Este es un concepto que parece que muchas de nuestros pares no entienden. Para empezar, vale aclarar que el opuesto del machismo, no es el feminismo. Es el hembrismo. El feminismo, por su parte, es un movimiento IGUALITARIO que busca que hombres y mujeres coexistan en una misma dimensión de oportunidades sin verse afectadas por su condición de mujer.
Ahora bien, el mayor error de una mujer no es no ser feminista. Es denominarse feminista, pero atacar a las compañeras del movimiento. ¿Cuántas veces no hemos escuchado “Yo soy feminista, pero no de esas que se desnudan y marchan en favor del aborto”? Eso es como jugar dominó con dos enemigos y un traidor.
Si usted no es feminista, le recuerdo que puede manejar, votar y hasta opinar, gracias a las mujeres que hace años levantaron su voz sobre un sistema de opresión masculino. ¿Acaso no creen que ellas también fueron vistas como exageradas? Cualquier acto que rompa los esquemas normativos, empezará viéndose como excesivo, abusivo y caprichoso.
En cambio, si usted ha decidido ser feminista. ¡Bravo! Gracias por creer en el cambio. Gracias por acompañar a las mujeres de todo el mundo en una lucha que han intentado silenciar desde todos los flancos. Pero no basta sólo con llamarte feminista. No basta sólo con querer el cambio. Hay que luchar. Por nosotras y por las que vienen.
Lo único que quisiera pedirte es que, si decidiste ser feminista, no luches en contra de tu hermana. No combatas en contra de aquella pelea por la que no crees. Que si eres religiosa y no quieres abortos; que si no te interesa cambiar el lenguaje; que si no quieres que las mujeres trabajen en la construcción… ¿Qué no estás de acuerdo? Pues está bien, pero no lo ataques; es allí donde se atrasa el feminismo. Es ahí donde el machismo se planta dentro de nuestras líneas de ataque. Apoya las causas en las que creas, sin obstruir la lucha del resto. Porque cada vez que peleas en contra de otra feminista, un machista cree que tiene derecho a pelear con nosotras
