Yo sí tengo algo que decir. 

Quienes me conocen saben que tengo años diciendo que quiero empezar a  escribir. Quienes también me conocen, saben que hace años lo hacía, hasta con disciplina, pero para mí. No tenía intención de publicar mis escritos. Era estrictamente para consumo personal. Pero un día simplemente paré.

No sé dónde quedaron aquellos escritos que me  reflejaban en palabras y signos de puntuación.

Desde que me había propuesto volver a escribir, pensaba en que no tenía el tiempo requerido, que quizás mis escritos no serían de  interés para nadie más que para mí, que no había tema que yo manejase  lo suficientemente bien como para hablar con maestría de alguna cosa.

Y hoy, luego de entender de dónde salen esos mensajes tremendamente  descalificadores, absurdamente desempoderadores, me digo: yo sí tengo algo que decír. Y es precisamente esto: que no hay tal cosa como la perfección; que no existe nadie que no pueda equivocarse y aprender de los errores; que nos crían como niñas que “calladitas se ven más bonitas”, porque siempre otro (generalmente un hombre) sabe más; que tenemos derecho a hacer lo que queramos sin tener que esperar la aprobación de nadie, ni siquiera de tu familia y amigos más cercanos y queridos. Y si eso no lastima a nadie, pues más aún.

Como mujeres, cuesta mucho entender que nuestra voz y opinión cuentan, y cuentan mucho. El sistema patriarcal está diseñado para que no digamos, no opinemos, no reclamemos. Pero en estos días hay mucho sobre lo que opinar y decir, sobre lo que demandar y alzar la voz.

Así que yo voy a empezar, a cumplirme a mí misma (porque de eso se trata) y hacer precisamente eso: decir lo que pienso, sobre los temas que considere.

Y tú? Tienes algo que decir?