Esa frase la escuchamos las mujeres a lo largo de nuestras vidas, desde adolescentes se nos hace sentir que estar en pareja es lo correcto y en consecuencia, que andar sola es “anormal”, o evidencia de la “incapacidad” de atraer hombres.
Es un mandato de género del Manual del Amor Romántico, es decir, de la normativa social que establece que las mujeres debemos estar emparejadas porque si estamos solas somos viejas solteronas, “quedadas”, “se nos fue el autobús”, etc. En cambio los caballeros no sufren de ese mal, de ellos no se espera que tengan pareja sino que por el contrario, estén “disponibles” (obviamente sin cargas domésticas ni familiares), un hombre soltero es un “prospecto”, un “buen partido”, es obvio el doble parámetro de valoración machista al respecto.
Que una mujer esté sola se considera un defecto, la frase “tan bonita pero sola”, y con el tono condescendiente que siempre le acompaña, sea dicha la frase por hombres o por mujeres, denota que la “soledad” de esa mujer ocurre por una supuesta incapacidad de ella para tener pareja, no faltan los comentarios de “así serás que nadie te aguanta”, “tanto tiempo divorciada y aun no tienes a nadie”, “por algo será (que nadie la pretende)”, y expresiones por el estilo.
Obviamente hay muchas razones para que mujeres profesionales, madres o no, solteras o divorciadas decidan vivir solas, porque ESE es el pequeño gran detalle del presente tema, la “soledad” de esas mujeres no es una consecuencia, es una decisión, consciente y argumentada. No se trata de víctimas de la vida que no han encontrado su alma gemela o su media naranja en este mundo, sino porque después de vivir experiencias, han decidido que mejor solas que mal acompañadas.
Es un tema que siempre sale en las reuniones de amigas ¿Por qué si somos mujeres hermosas, inteligentes y económicamente independientes estamos solas? Y la respuesta es la misma, no han conocido hombres que estén a la altura de sus expectativas, hombres que no sientan temor de la inteligencia de la mujer, que las traten como compañeras no como subordinadas, que estén dispuestos a mantener una relación de pareja en plano de igualdad.
En una sociedad machista y cuando las mujeres tienen conciencia de su género, conocer a un hombre con estas cualidades es casi como encontrar un perro azul, los hay pero son difíciles de hallar porque son la excepción de la regla, entonces queda la opción de aceptar que entre en tu vida uno que no sea “tan machista” o que lo sea en aspectos que puedas “tolerarlo”, porque claro, él tendrá por su parte, que aceptarte con tu feminismo y todo lo que implica.
Total, que hay muchas tan bonitas pero solas porque se niegan a vivir con otro Pedro Picapiedra que les amargue la existencia (malas experiencias previas curan de por vida), es mejor soportarlos de ratico, y luego, cada quien en su casa y Dios en la de todas/os, porque los principios de dignidad y amor propio son innegociables. ESA si es la razón, son bonitas que prefieren estar solas porque no van a sacrificar su libertad y el derecho a una vida libre de violencia solo por tener un hombre al lado, como manda la sociedad.
Por supuesto, ser la oveja psicodélica de la familia tiene costos emocionales (y económicos, porque es más fácil compartir gastos); las bonitas también quieren ser amadas y tener un compañero de vida, pero no a costa de sacrificar la autonomía y libertad personal.
La rebeldía nos condena a ser pobres o arrinconadas
Nawal El Saadawi
