No se nos va a pasar

No se nos va a pasar
marzo 14, 2018 Susana Reina

Está en la agenda. El tema es ya mainstreaming. Se posicionó en los foros, discusiones públicas y privadas, en política, en economía, en academias, en los medios de comunicación social, en organismos internacionales y multilaterales. En Venezuela, en América Latina, en USA, en Europa… en todas partes hay movilizaciones, acciones de calle, peñas de discusión.

El feminismo está en boca de todos. Para ensalzarlo, banalizarlo o adversarlo, pero ya sobre el tapete. Un movimiento político y social que lleva casi 200 años de existencia y que resurge con fuerza en este nuevo milenio, como una ideología que transversaliza todo, incluso a las demás ideologías.
Se multiplican las redes y alianzas de personas y organizaciones que acuerdan colocar la liberación de las mujeres en la prioridad número uno de sus agendas. No sin mujeres. Sin mujeres no hay democracia. Que ninguna se quede atrás. Ni una menos. Me too. Nosotras Paramos. Produzcan sin nosotras. Consignas que anuncian grandes cambios.

Al ver la multitudinaria concentración del pasado jueves 8 de marzo en las principales ciudades de España, producto de la convocatoria de activistas a la Huelga Feminista, comprueba uno que esto es otra historia. Fue una demostración de fuerza, junto a las que se han dado en USA, México, Argentina, que tiene que poner a pensar a los líderes del mundo desarrollado y en desarrollo.

Porque es que lo contrario al feminismo, es la ignorancia. Para todos los señalamientos y críticas que nos hacen a las feministas, hay una razón de peso que, gracias a la visibilización y normalización del movimiento, van callando las voces que tratan de eliminarlo. Seas hombre o mujer, si escuchas la falacia número uno: “yo no soy feminista, yo prefiero trabajar por la igualdad” diles esto:

Cuando luchas por la igualdad, la equidad, la paridad de géneros, eres feminista.
Cuando te pones del lado de las vulnerables y vulneradas a lo largo de la historia y defiendes sus derechos, eres feminista.
Cuando ves injusticias en el trato, paga, falta de oportunidades brindadas a muchas mujeres, aun cuando tú goces de tus libertades, y te indignas, eres feminista.
Cuando entiendes que, si no es por las cuotas o medidas de acción positiva, no habrá mujeres que lleguen a las posiciones de poder porque no tuvieron las mismas oportunidades ni el tiempo que los hombres dispusieron para formarse, prepararse, hacer networking y todo lo que hacía falta para triunfar según la lógica y diseño masculino, eres feminista.
Cuando empiezas a ver que algo malo tiene este sistema que otorga privilegios a los hombres por haber nacido hombres, establece una división sexual del trabajo, limita aspiraciones y espacios de actuación basados en estereotipos de género, y lo cuestionas, eres feminista.
Cuando compruebas que la carga doméstica y los cuidados de niños y adultos mayores recae fundamentalmente en las mujeres por asignación de roles estereotipantes sin contraprestación salarial, que les resta tiempo y posibilidades de futuro a tantas mujeres, eres feminista.
Cuando te levantas y señalas la exclusión de las mujeres de cualquier espacio y exiges su presencia con la fuerza que te da el convencimiento de que haces lo correcto, a pesar de las burlas o comentarios misóginos y descalificadores que recibes de vuelta, eres feminista.
Cuando vives la tragedia de una mujer violada al denunciar a su agresor, ves que nadie le presta la atención que requiere, dudan de su palabra culpabilizándola, y haces propio ese dolor, eres feminista.

No te importe que te digan que las feministas nos quejamos por todo, que nos victimizamos (y cómo no, si somos las que hemos llevado la peor parte), que somos frustradas, amargadas, lesbianas, solas, comunistas, feas… entiende que este movimiento incomoda a muchos y se defienden con lo que pueden al ver amenazado su sistema de creencias patriarcal, agrediendo. Vive tu vida como te dé la gana, manteniendo la defensa activa por tus derechos y los de los que aún no lo ven claro. Ya ese momento llegará.

Aquí estamos las viejas feministas, las del presente y las del futuro, todas conviviendo en este mismo espacio histórico para no callar más nunca. Esto que estamos gestando no es coyuntura, ni moda, ni cuestión de una celebración de una fecha en particular. Esto ya no tiene vuelta atrás. Se perdió el miedo. Ya no más esconder quien se es. Feminismo, se llama, y no se nos va a pasar.

 

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

Comments (0)

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*