«Las náuseas sociales que producen los militares son incurables…o por lo menos debería serlo hasta el fin de los tiempos».
MGDL
Los matones uniformados atacan de nuevo y cada vez que reaparecen, muestran con más desparpajo su asquerosidad intrínseca y supina. La escena es deleznable, una joven muchacha aplastada en el asfalto por una camada de hienas, con los colmillos sobresaltados echando espuma por la jeta, chorreando babas de odio, le hacen una cayapa, mientras la joven inerme, con la mirada fija hacia el horizonte, portaba su tricolor de la Libertad, tratando de encontrar un futuro… ¡Que asco! Son tantas las injusticias, que mi cerebro ya no puede almacenar tanta mierda, pero sin duda esta imagen está grabada, registrada y tatuada para siempre, muy a mi pesar…
Ahora bien, esta negra historia ha de pasar, estos tiempos de abusos, violaciones, matanzas, pasará, estoy segura. Y cuando ese día llegue y nos sorprenda en la frialdad tenue de una de estas próximas madrugadas, donde por redes sociales, empezará a darse la noticia de la esperanza cuasi alcanzada y la gente se desborde de arrechera por las calles, y se empiece a implementar «justicia», habrá una pregunta que girará en cada cabeza, sobre su propio eje y es esta: -¿Habrá que respetarles los DDHH?-
No faltará algún intoxicado de hipocresía, con alma de beata setentosa, de 70 años, que diga -«hay que respetarle los derechos humanos»- Pues yo no!
A esos enfermos hay que disolverlos, ya sea en cárceles, ya sea por justicia cívica, donde habrá que caerle a coñazos hasta el final de los tiempos, o como dicen los gurús: -que se encarguen de ellos la justicia divina-, pues no! Dios es un carajo que debe tener mucho trabajo, y la inicial de la letra no nos favorece por aquello del órden alfabético, Venezuela empieza por V, y está muy al final de las listas, por eso es que a Dios no podemos dejarle tan tardía tarea.
A esa joven como a todos quienes esta terrible tiranía ha vejado, ultrajado, y asesinado, a esos uniformados que han ejecutado con placer las órdenes del Hitler tropical, habrá que castigarlos, con el mismo sin pudor qu
No basta con lanzarlos a las tenebrosas páginas de la Historia, no basta con disolver a esa institución plagada de parásitos que se han comido mucho y por años el Presupuesto de la Nación. Esos uniformados merecen mucho más, merecen por lo menos ser colocados en fila en el Paseo Los Próceres para que cada uno de nosotros tenga por lo menos la compensación de escupirles, hasta que se nos seque y agote la saliva, prefacio de lo que posteriormente debiera ser el destierro absoluto de estos criminales de este suelo, después de haberlos duchado en El Guaire…
La joven aplastada en solitario, por centenares de botas, representa la gráfica de todas las mujeres venezolanas, aplastadas en simultáneo por las mismas centenares de botas inmundas de esa «Institución».
Cuando veía esa imagen, no podía incorporarme, estaba ahogada, pisoteada, violentada y desgarrada, pero también me preguntaba: cuántas mujeres votaron por el Misógino de Ch en 1998? Cuántas por el Hitler tropical? Quisiera tener esas estadísticas en mis manos… Tal vez esa joven, sin quererlo, sea hija, nieta, bisnieta, sobrina, cuñada,ahijada, vecina o amiga de alguien que con su voto contribuyó a que esa pobre niña, fuera presa de esos animales salvajes, en esta jungla que ellos colaboraron en construir, para pasearse en su propia barbarie…Reflexionen!
Para finalizar y no derramar más adjetivos altisonantes en estas líneas, les pregunto de nuevo: ¿Habrá que Respetarle los DDHH? Conmigo no cuenten, mi dolor y mi transparencia de opiniones no comulgan con esa farsa…Por mi que los jodan a todos!
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