El Gobierno revolucionario venezolano viene promoviendo desde hace años la constitución de grupos de mujeres bajo la denominación de brigadas o patrullas, con el propósito de “conformar una fuerza organizativa para afianzar los logros de la Revolución Bolivariana, no sólo para luchar contra la violencia de género, sino también para la defensa de la Patria, erradicar la pobreza extrema, apoyar la labor de las misiones sociales y trabajar codo a codo con la Revolución».
Las conformaciones de las brigadas se realizan en articulación con la Gran Misión Hogares de la Patria, como parte de la lucha que adelanta el Gobierno Bolivariano contra la pobreza extrema. Su objetivo principal, según podemos leer en la web oficial del Ministerio de la Mujer es: “Coadyuvar en la Defensa Nacional de la Economía. Verificar el cumplimiento de la Ley Orgánica de Precios Justos por las unidades económicas de los diversos eslabones de la cadena productiva. Iniciar el proceso de seguimiento popular del cumplimiento de la Ley Orgánica de Precios Justos. Fomentar la implementación de la Inteligencia Popular como herramienta de verificación de información y supervisión”. Las líneas de trabajo más específicas para estas brigadas, todas por el mismo tenor, pueden consultarse en http://www.unamujer.org.ve/
Marelis Pérez Marcano, viceministra para la Protección de los Derechos de la Mujer declaró durante una “asamblea de despliegue” de estas brigadas: “Vamos a fortalecer la política de la Venezuela productiva, de la Venezuela capaz de producir para sustituir las importaciones y el rentismo petrolero”, y anima a todas las mujeres a apoyar el Plan Especial de Ofensiva Económica Popular para combatir el complot empresarial contra el pueblo, en la llamada “Guerra económica”.
Según la Viceministra, hasta ahora se han activado más de 3 mil brigadas en todo el país y hacen una convocatoria abierta a más mujeres a unirse para “defender la revolución de la guerra económica por medio del poder de la mujer, para empoderar y visibilizar el protagonismo que cumplen las mujeres en las comunidades, en los centros educativos, en los espacios laborales, a fin de impulsar los nuevos liderazgos femeninos que requiere la patria”.
El término “brigada” alude a la guerra, es una categoría organizacional del Ejército. Una brigada es un grupo organizado de personas reunido para un trabajo concreto, nos dice el Diccionario de la RAE. De ocho posibles definiciones, siete aluden al mundo bélico, policial, armado. Por ello está claro el propósito ofensivo de estas brigadas femeninas socialistas, como declaró en su Plan de la Patria el fallecido ex Presidente Hugo Chávez: «Es necesario profundizar el avance hacia el Socialismo Bolivariano y Feminista que requiere de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva sociedad desde la vida cotidiana…”
La Revista Business Insider realizó un reciente reportaje sobre las brigadas femeninas más temidas del mundo, destacando a las Unidades kurdas de Protección Popular (YPG) que se ha anotado varias victorias contra el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) en Irak y Siria. Este batallón femenino tiene un impacto psicológico en sus enemigos: los yihadistas creen que si mueren en combate a manos de una mujer, sus almas arderán en el infierno. En Rusia está la Unidad Femenina Spetsnaz, y en China las Fuerzas Especiales Femeninas, ambas con misiones concretas para la defensa del régimen, como la ya disuelta Brigada de “Monjas Revolucionarias de Libia”, mujeres clave de la seguridad personal del ex líder Muammar Khadafi. Las jóvenes estaban altamente capacitadas en manejo de armas de fuego y artes marciales. En un ataque en 1998, una de las “monjas” murió tras cubrir con su cuerpo a Khadafi, cuando le dispararon rebeldes libios. Las brigadas venezolanas parecieran tener objetivos más nobles que estos, pero no sería descabellado especular sobre las fuentes de inspiración provenientes de países aliados del actual Gobierno para desarrollar su proyecto “feminista”.
Cuando busco información sobre las brigadas, vemos como indistintamente se usan los términos femenina y feminista por parte de los diferentes voceros gubernamentales y en los órganos de divulgación del programa. Creo que es una más de las contradicciones habituales del Gobierno, producto del escaso procesamiento técnico de sus postulados ideológicos. Ellos toman de las banderas socialistas la lucha por “la erradicación del patriarcado como expresión del sistema de opresión capitalista y la consolidación de la igualdad y equidad de género con valores socialistas”. A eso lo llaman socialismo feminista.
Y justo después de declararle la guerra al patriarcado, les asignan a las mujeres tareas que se derivan de roles estereotipados y machacados hasta la saciedad por el machismo: cocina, alimentos, hijos, escuelas, obreras de fábricas, vivienda, salud, deporte, seguridad social, servicios penitenciarios y grupos de atención especial. Más aun, siguen equiparando a mujer con madre (madres del barrio), mujer con jefa de hogar (madres de la patria), mujer con cuidadora y encargada de los asuntos de la vida cotidiana, mujer con garante de la paz y el amor y todos los demás calificativos melosos con los que este Gobierno adorna al machismo romántico.
Dice Nicolás Maduro: “Entre las tareas prioritarias de estas mujeres de la Patria destacan fomentar y garantizar la paz de la familia, de nuestra Patria. Este plan abarca tres aristas: impulsar el gran movimiento de mercados comunales a cielo abierto, impulsar la instalación de los Pdval Comunal en todos los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela e impulsar la expansión, crecimiento y consolidación del Mercal Obrero y Pdval Obrero”.
Quedan así más que reforzados los sesgos que limitan a las mujeres a los ámbitos tradicionales de actuación pública. Desde su conformación, la idea de definir la misión de las Brigadas en términos de “no solo para luchar contra la violencia de género, sino además…”, hace que se desdibuje la promesa feminista de hacer de la defensa de los DDHH de las mujeres su principal foco de atención. Queda relegada una vez más la mujer como sujeto, lo importante es dar de comer, criar a los hijos y apoyar a los revolucionarios en su guerra masculina.
Desde hace años, no solo desde este Gobierno, he cuestionado la existencia de espacios institucionales específicos para mujeres: una comisión que estudia mujeres, ministerios de mujeres, institutos de mujeres, comités de damas… No ve uno lo mismo para los hombres. Que exista una brigada de mujeres ya pone el acento en el machismo que dispara tal decisión. ¿Imaginas la creación de una “brigada masculina” sin que alguien se plantee su relación con el movimiento homosexual y acto seguido burlarse de las mismas?
Pareciera en este Programa, que el enemigo a vencer no es el machismo, ni la búsqueda de la igualdad de género, sino el capitalismo y la malvada empresa privada. Aluden en sus discursos a un “patriarcado capitalista” sin darse cuenta de que ellos están reproduciendo un patriarcado socialista. Para mí, el trabajo por los Derechos de las mujeres no debería tener ideología de izquierda o de derecha que lo defina y amarre.
El hecho que estas brigadas se llamen femeninas y que estén conformadas por mujeres, no las hace feministas per se si no cambian las relaciones de poder entre géneros. En su pasticho ideológico, este Gobierno arrastra a las mujeres a perpetuar el ciclo de sumisión con la ilusión de comandar brigadas de liberación, cuando en realidad no son más que una montonera puesta al servicio del régimen.
Artículo originalmente publicado en Efecto Cocuyo el 19 Abril 2017
Comment (1)
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Los Regímenes Dictatoriales siempre se han encargado de envilecer a las mujeres, para desarquetipar su parte esencial que son instintos de sensibilidad pura ante los seres y los hechos. Empodearlas hacia el mal, así lo hizo Hitler, Stalin y cuanta calaña dictatorial ha existido, en Venezuela, el sátrapa de Hugo Chavez y la escoria de Maduro, no serían la excepción. Excelente artículo. Gracias