La lucha por la igualdad de género lejos de avanzar está en franco retroceso. Este año como ningún otro, la posibilidad no sólo de no seguir progresando sino de perder lo que se ha conquistado, es abierta y evidente. No existe un solo país en el mundo que haya alcanzado paridad, equidad, y oportunidades en igualdad de condiciones entre sexos.
Crecen los casos de violencia y feminicidio. La brecha salarial se expande. Miles de mujeres sufren mutilación de sus genitales, matrimonio infantil, desescolarización, trata de personas, acoso callejero. Millones de mujeres viven en la informalidad, la pobreza extrema, la insuficiencia de pensiones para su vejez. Mueren por abortos mal practicados en ambientes insalubres, son víctima de violencia obstétrica, van presas si deciden abortar como producto de violaciones.
Y poco pasa, por no decir que nada.
Por ello, cansadas ya de recibir flores y halagos empalagosos en lo que yo he calificado el Día más absurdo del año (¿por qué hay que recordarle a la humanidad entera de que nosotras existimos si los parimos a todos?), nuestras hermanas argentinas de la gran organización Ni Una Menos han hecho una convocatoria al Paro Internacional de Mujeres (PIM) para que paremos: “produzcan sin nosotras”, dicen. Si creen que somos ciudadanas de segundo orden arréglenselas ustedes solos.
Ya en 1975 en Islandia se realizó una actividad similar. Las mujeres decidieron no cocinar, ni lavar, ni planchar, ni tener sexo con sus maridos por 24 horas
Ya en 1975 en Islandia se realizó una actividad similar. Las mujeres decidieron no cocinar, ni lavar, ni planchar, ni tener sexo con sus maridos por 24 horas y se fueron todas a una plaza. El resultado fue contundente. A los 5 años ya tenían una mujer Presidenta y hoy son el país más avanzado en la materia, “casualmente” con los mejores indicadores de desarrollo económico y social del mundo, producto de tener balanceados sus espacios para tomar decisiones públicas.
Este 2017 van más de 40 países sumados al paro, y en Venezuela hemos decidido sumarnos. En Caracas, la Red de Derechos Humanos de Mujeres y la Red Naranja están convocando. Y en Maracaibo, está haciendo lo propio la Red Feminista del Zulia. Por una hora nos pararemos en una plaza, con nuestras prendas moradas a gritar y hacer saber nuestras consignas.
Las trabajadoras venezolanas paramos porque cobramos menos que los varones ya que la brecha salarial llega, en promedio, al 27%. Porque no se reconoce que las tareas domésticas y de cuidado son trabajo que no se remunera, y suma al menos, tres horas más a nuestras jornadas laborales. Porque las violencias económicas aumentan nuestra vulnerabilidad frente a la violencia machista, cuyo extremo más aberrante son los feminicidios. Paramos para reclamar el derecho al aborto libre y para que no se obligue a ninguna niña a la maternidad. Paramos para hacer visible que para salir a trabajar dependemos de otras mujeres. Paramos para valorizar el trabajo invisibilizado que hacemos que construye red, apoyo y estrategias vitales en contextos difíciles y de crisis.
Paramos en fin porque ¡estamos hartas! Súmate seas hombre o mujer a este clamor. Si no puedes ir hasta los sitios fijados anunciados por nuestra red @feminismoinc
Párate donde estés por una hora, congrégate con uno o dos o tres más, conversen sobre esto, vivencien el malestar de ser mujer hoy, aporten ideas y acuerdos para salir de esta injusticia social y pongan su foto en las redes sociales con las etiquetas
#8MParoVZLA
#8MParoMcbo
#PIM
#MujeresEnHuelga
Hagamos evidente lo que muchas generaciones han callado y precipitemos el cambio de las relaciones de poder. Es nuestra misión feminista aquí y ahora. Y es ya.
Publicado originalmente en Efecto Cocuyo