Las vemos en las vallas publicitarias, son usadas para vender, para comprar. Son parte del marketing tanto en televisión como en redes y muchas – o mejor dicho la gran mayoría – de las veces el producto que acompañan nada tiene que ver con ellas. Pero gustan y lo mejor de todo convencen.
Según dicen deben ser grandes, redondas y no poder sostener un lápiz. Dicen también que es el arma de seducción femenina más poderosa, olvidando así la función biológica que vinieron a cumplir. Desestimando que la mujer es más que un trozo de carne. Tiene cerebro, tiene voz, corazón, piensa y actúa. Se dice que sin ellas no hay paraíso.
Recientemente, se han suscitado muchas polémicas con respecto a la exposición de las mamas femeninas. Por un lado, llamados de atención que prohíben a las mujeres amamantar en público, por otro, autoridades escandalizadas y ejerciendo poder sobre tres mujeres que decidieron tomar el sol sin la parte de arriba de sus trajes de baños.
Lo primero, es algo que ha sucedido con frecuencia en los últimos años. En países como Argentina, Chile, México, Colombia y USA, distintas mujeres han recibido llamados de atención e incluso han sido expulsadas de establecimientos, por amamantar a sus hijos en público. De hecho, en Argentina se corrió el rumor de una ley que prohibía amamantar, esto con el fin de justificar la agresión de una policía hacia una madre que alimentaba a su hijo en una plaza y hasta fue amenazada de ser detenida. Afortunadamente, la ley no existía. Al contrario, las leyes actuales protegen y promueven el acto como un derecho para madre e hijo. En Colombia, por su parte, en un centro comercial se habilitó una zona para que la madre pueda ofrecer el pecho sin ser vista.
El problema acá, parece ser una desvirtualización de nuestras funciones biológicas, una sexualización exagerada de nuestro cuerpo, donde una actividad que ha sido catalogada como un acto de amor, es condenado de inmoral tan solo porque no alimenta el morbo masculino. Es la doble moral de la sociedad, la que pretende decidir sobre el cuerpo, a la que le asquea el fluído que emana de un pezón destinado al bienestar, pero le parece que está bien si los senos son expuestos para promocionar una cerveza. Es tanto así que a raíz de todas las polémicas y debates suscitados, la Liga de la leche Argentina publicó una encuesta donde el 95% de las personas apoyan la lactancia materna, pero 3 de cada 10 argentinos opinan que debe hacerse en privado.
Lo segundo, ocurrió hace poco en una playa de Argentina. Tres mujeres en topless, llaman la atención de la gente a su alrededor y provoca el apersonamiento de las autoridades. Veinte policías para ser exactos. Las mujeres en cuestión alegaban que si los hombres podían ellas también, mientras que una de las policías le insistía que no era lo mismo y se escuchaban improperios a su alrededor. Finalmente, las mujeres terminaron abandonando el lugar.
Ciertamente, existen playas nudistas pero ¿cuál es el escándalo con un par de tetas? ¿Acaso no es algo que TODOS tanto hombre como mujeres tenemos? Ah, es que no son como la de las vallas publicitarias. Estas son normales, pueden ser caídas, asimétricas, pequeñas o muy grandes y eso no está bien, eso es obsceno e indecente. Ah, es que las glándulas mamarias de los hombres no son usadas para hacer dinero. Entonces volvemos al mismo inconveniente. La sociedad ha sexualizado los pechos de tal manera y por tanto tiempo que si una mujer decide mostrarlos es responsabilidad de ella por provocar al hombre y no es éste último que debe conocer sus límites y respetar a la mujer. Si una mujer decide mostrarlos, es indecente e irrespetuosa por lo tanto, se justifican los insultos que puedan surgir.
Es hora de empezar a normalizar las partes del cuerpo, es momento de entender que la mujer y sus curvas (pronunciadas o no), no son objeto de deseo, ni deben ser ofensa para nadie. Es importante educar sobre ciertas funciones biológicas, sus beneficios, sus derechos; pero sobre todo es propicio aceptar y respetar todas y cada una de las libertades individuales, sin señalizaciones absurdas, que no son más que el resultado de creencias muchas veces enmarcada por lo que dicta la sociedad.
Y claro que sin tetas no hay paraíso. Sin ellas, no hay alimento perfecto para los lactantes. Sin ellas, no hay dilemas femeninos, sin ellas no hay poder. Porque así como ellos tienen “sus bolas bien puestas”; nosotras tenemos ovarios y tetas que sin necesidad de caer en lo sexual, están allí para recordarnos de que estamos hechas y por qué debemos seguir ganando espacios y luchando por aquello que nos corresponde.
Comments (2)
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Mi niña no has entendido nada de lo que te han enseñado hasta el momento. Si fuese por los hombres las mujeres podrian ir en tetas por todos lados no existe hombre heterosexual que se oponga a eso. De cualquier manera, soy hombre por lo tanto mi opinion no vale porque soy un privilegiado por la sociedad. Te dejo pprque me tengo que ir a oprimir un par de mujeres y despues ir a masturbarme con videos de maduritas. Que tengas un buen y feminista dia. PS: con ese pelo pareces Moana despues de una mala noche y de una sesion intensa de deepthroating.
Nada mas que agregar, bush tiró las torres 9+11=MENTIRA
(_)_):::::::::::::::::D~~~~~~ Thats jizz