Mujer: Hay muchos más verbos que conjugar

Mujer: Hay muchos más verbos que conjugar
marzo 6, 2017 Graciela Diaz
«Los únicos verbos que debes saber conjugar son: casar, cuidar, parir, lavar, planchar, coletear, limpiar, coser, bordar, rezar, obedecer y servir…»
 
Y con esa precariedad de vocablos se perpetuaba una saga maligna que se suponía debía ser la «vida» de las mujeres. Dos opciones había: servir a un hombre o servir a Dios…por esa razón tal vez se conocieron a monjas tan hipócritas o a magníficas escritoras con hábito, como Sor Juana Inés de la Cruz, por ejemplo.
 
Cuántas mujeres dejaron este plano tierra, sin conocer la explosión hormonal de un orgasmo, porque eso era sólo para las putas…Cuántas niñas de 15 años eran entregadas en «matrimonio» a hombres que doblaban su edad? Cuántas parieron a los 16 años, cuando aún su aparato genital, no estaba sólido y maduro? Cuántas murieron en nombre de Dios y del pudor?
 
Desde la invención bíblica, del cuento aquel de la costilla, la mujer no era más que un simple objeto, cuya tarea era «arrodillarse» frente al hombre y servirlo hasta que la muerte tuviera la gentileza y bondad de separarlos…
 
Más de mil años de sumisión son suficientes para galardonar como grandes guerreras épicas a nuestras mujeres, su género y su existencia. Aquellas que sin duda araron el camino para que hoy gocemos de ciertas igualdades legales, son dignas de ser recordadas y homenajeadas en estas líneas: 
 
Juana de Arco, heroína: La combatiente francesa (1412-1431) asumió el mando del ejército real galo en varias batallas durante el reinado de Carlos VII. El papa Benedicto XV la nombró santa en 1920. Murió en la hoguera por herejía.

Ana Bolena, reina consorte: La segunda esposa (1501-1536) del monarca inglés Enrique VIII murió decapitada en la Torre de Londres después de que su marido la acusara de adulterio. Su propio padre, sir Thomas Boleyn, la condenó.

Emilia Pardo Bazán, escritora: De la pluma de esta autora coruñesa (1851-1921) surgieron ensayos, críticas, piezas periodísticas y, sobre todo, novelas. Por títulos como Los pasos de Ulloa se la considera introductora del naturalismo en España.

Maria Curie, científica: Maria Sklodowska (1867-1934) tomó el apellido de su marido, Pierre Curie. Por su nación de origen, Polonia, dio nombre a un elemento químico. Pionera en el estudio de la radiactividad, obtuvo dos premios Nobel.

Mata Hari, espía: Margaretha Geertruida Zelle (1876-1917) se sirvió de su capacidad de seducción para trabajar como espía de los franceses para el Gobierno alemán. Un tribunal francés ordenó que muriera fusilada por alta traición.

Virginia Woolf, escritora: Por la vivienda londinense de Bloomsbury de esta novelista (1882-1941) pasaron autores como J. M. Keynes y E. M. Foster. La autora de Las olas se suicidó ahogándose por miedo a una incipiente locura.

Frida Kahlo, pintora: Un accidente que la obligó a llevar corsé hizo que esta mexicana (1907-1954) se iniciara en la pintura, trabajo por el cual conoció al que fue su marido, Diego Rivera. Pintó sobre todo autorretratos de tinte surrealista.

Teresa de Calcuta, misionera: Gonxha Agnes (1910-1997) fundó la congregación Misioneras de la Caridad para ayudar a los pobres. Dos años después de su muerte, Juan Pablo II abrió la causa de su canonización. Recibió el Nobel de la Paz en 1979.

María Callas, soprano: Está considerada una de las mejores sopranos de todos los tiempos (1923-1977). Trabajó con los más importantes directores de escena y orquesta del mundo. Su éxito profesional fue parejo a una convulsa vida personal.

Edith Piaf, cantante: Criada por su abuela, que regentaba una casa de prostitutas, Edith (1915-1963) reveló su talento y su gran voz en las canciones populares que cantaba en las calles junto con su padre, Louis A. Gassion.

Indira Gandhi, política: Hija de Jawaharlal Nehru, el primer primer ministro de la India, fue Primera Ministra de su país en dos ocasiones hasta su asesinato en octubre de 1934. Estratega y pensadora política brillante.

Evita Perón, política: Marcada por una niñez en el campo e hija no reconocida, Eva (1919-1952) trabajó como actriz, modelo y locutora y se casó con el presidente argentino Perón. Luchó por los derechos de los trabajadores y de la mujer.

Carmen Martín Gaite, escritora: Esta salmantina (1925-2000) fue la primera mujer galardonada con el Premio Nacional de Literatura. También recibió el Nadal –por la novela Entre visillos– y el Príncipe de Asturias, entre otras condecoraciones.

Marilyn Monroe, actriz: Norma Jean Mortenson (1926-1962) protagonizó clásicos como Con faldas y a lo loco, pero sobre todo fue un mito erótico del siglo XX. Se dice que tuvo un romance con los hermanos Robert y John F. Kennedy.

Grace Kelly, actriz: Esta estadounidense (1929-1982) abandonó su carrera como estrella del celuloide para casarse, en 1956, con el príncipe Rainiero de Mónaco. Murió en accidente de tráfico cuando viajaba con su hija Estefanía.

Pilar Miró, cineasta: Licenciada en Periodismo y Derecho y graduada en Cinematografía, esta madrileña (1940-1997) comenzó su carrera profesional en Televisión Española. En cine dirigió BeltenebrosEl perro del hortelano

Benazir Bhutto, política: Líder del Partido Popular de Pakistán (1953-2007), fue la primera mujer que ocupó el cargo de primer ministro de un país musulmán. Dirigió Pakistán en dos ocasiones. Fue asesinada en plena campaña política.

Diana de Gales, princesa: Conocida como la princesa del pueblo (1961-1997) por su actitud solidaria con los más desfavorecidos, estuvo casada con Carlos de Inglaterra, con quien tuvo a los príncipes Guillermo y Enrique.

Huda Sha’arawi, el velo arrancado: En la primavera de 1923, un grupo de mujeres egipcias volvían a El Cairo desde Europa. Habían participado en laInternational Women’s Alliance en Roma como representantes de la recién creada Egyptian Feminist Union (EFU), fundada por una de aquellas mujeres, Huda Sha’arawi. Cuando Huda salió del tren, se quitó el velo en un gesto que provocó, tras un tenso silencio, la aclamación de todos aquellos que la esperaban en la estación. Huda simbolizaba así la necesidad de las mujeres egipcias de liberarse del dominio masculino al que durante siglos habían estado sometidas.

Y tantas heroínas anónimas cuyos nombres se extraviaron en las tintas de la Historia, pero hoy nosotras disfrutamos de sus obras. No al sostén, sí al anticonceptivo, sí a graduarse en la Universidad, fueron tres de los portentosos íconos que derrumbaron los portones de las cárceles donde por siglos confinaron a las mujeres.
 
Mucho ha costado y sigue costando ser libres e iguales en derechos, pero aún faltan muchas cadenas por romper, muchos candados por abrir y muchas mazmorras por pulverizar. 
 
Mientras exista una sola mujer esclavizada a su cultura, religión o creencia, la lucha debe continuar; debemos seguir siendo las voces de aquellas a las cuales le han lacerado sus gargantas y proseguir en el camino de la conquista de justicia, equidad, libertad e igualdad.
 
Hoy los verbos que conjugamos son miles y no las miserias del comienzo. Gracias a esta tribuna y Gracias a todas las mujeres del mundo por estar y existir.
Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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