¿Princesa o General?

Ver a una princesa pateando traseros en galaxias lejanas, sin lugar a dudas fue toda una revolución en el cine de 1977. Para ese año, yo aún no estaba en este mundo, por lo que no podría describir qué se sintió, realmente, ver esa gran actuación que rompió con todos los paradigmas del momento (el de damiselas que eran rescatadas de los problemas por caballeros poderosos). Sí. Estoy hablando de la princesa Leia. Este personaje combinaba todas las cualidades: belleza, femineidad, decisión, rebelión, carisma, sarcasmo, amor. ¡Una potencia de mujer! Ella fue pieza clave en la lucha de la Alianza Rebelde contra el Imperio Galáctico, al poner a salvo los planos de la Estrella de la Muerte, que posteriormente sería destruida (Ver Star Wars Episodio IV: Una Nueva Esperanza); luchó junto a Luke y Han Solo infinidad de veces e incluso rescató a Han de su hibernación en carbonita, mientras éste era prisionero de Jabba (Episodio VI: El regreso del Jedi). Si les soy sincera, no recuerdo lo que sentí la primera vez que vi Star Wars, pero de lo que sí estoy segura es que conforme mi criterio fue desarrollándose con el pasar del tiempo, este personaje tuvo mayor relevancia en cuanto a mis gustos por el séptimo arte.

En el 2015 tuve la gran oportunidad de ver otra vez a Leia en Star Wars Episodio VII: El despertar de la Fuerza, pero esta vez no era princesa, y tampoco estaba joven vistiendo un traje de esclava; esta vez era la General Leia Organa, líder de la Rebelión contra La Primera Orden, una organización nacida de las cenizas del Imperio Galáctico. Junto con su experiencia y sus convicciones, dirigía de manera formidable un movimiento que solo luchaba por restituir la paz en toda la galaxia. Esta poderosa tarea la combinaba con su capacidad para lidiar sus difíciles problemas personales (su propio hijo era como una nueva versión de Darth Vader). ¡Toda una verdadera guerrera!

Si me preguntaran qué rol de Leia es mi favorito, tendría que hacer un breve análisis justificando porque amo ambos roles, puesto que este personaje fue muy bien aprovechado por la talentosa Carrie Fisher. ¡Me la pusiste difícil, Carrie!:

• No mostró miedo cuando fue capturada por Darth Vader en el primer filme de Star Wars. Primero eran sus convicciones y luego su vida. Algo que ella no sabía en ese momento, era que la Fuerza la acompañaba.
• Se mantuvo fuerte mientras veía como su planeta era destruido.
• Tomó un blaster (pistola laser) y lo utilizó como toda una experta, mientras era rescatada por Luke y Solo. Una princesa tiene que defenderse en tiempos de guerra, ¿o no? Al final, tomó las riendas de su propio rescate y siguió pateando traseros.
• Dijo un “Te amo” desde el fondo de su corazón, y la respuesta que obtuvo fue un “Lo sé”. Más adelante ella retribuiría a Han Solo esa respuesta. Y no por eso se derrumbó… ¡Simplemente genial!
• Acabó con el malvado y asqueroso Jabba, asfixiándolo con la cadena que éste utilizó para mantenerla prisionera. Y sin mucha ayuda. ¡Bravo Princesa!
• A pesar de resistirse en muchas ocasiones, al final sabía que no iba a compartir su vida con alguien débil. En mi opinión, creo que tomó una gran decisión al quedarse con Han Solo. No la opacaba y no le decía lo que tenía que hacer, él simplemente la aceptó tal cual era. Permanecieron como un par.
• Sabía utilizar sus habilidades diplomáticas, y gracias a ello se ganó la confianza de los Ewoks en “El regreso del Jedi”, quienes fueron pieza fundamental para obtener la victoria frente al Imperio Galáctico.
• Regresó mayor, más sabia y líder en Episodio VII. Portó muy bien su uniforme de General, sin tanto glamour, sin tantas curvas, pero conservó sus asombrosos y geniales peinados. Regresó para enseñarnos cómo una mujer puede dirigir las fuerzas rebeldes galácticas contra La Primera Orden y patearles sus traseros (Y con eso tenía experiencia de sobra). Regresó para enseñarnos que los años pasan y te convierten en algo más hermoso y potente. Regresó para decirnos: “¡Eh, párate! Perdí a mi hijo y al hombre que amo, y aquí estoy, de vuelta a mi trabajo”. Bien podía haber renunciado, porque su vida se había basado en la pérdida (pérdida de su madre, Padme Amidala. Su padre Darth Vader era un monstruo malvado. Su planeta fue destruido y sus padres adoptivos murieron ahí. Su hijo Ben se pasó al lado oscuro de la Fuerza. Su hermano Luke desapareció. Y su hijo mató al amor de su vida). Bien pudo huir, pero ella siguió.

Y eso es lo que más me encanta de este personaje. Ella simplemente sigue. Porque la vida es para eso: para seguir. Gracias Carrie Fisher por haberle dado vida a la Princesa-General Leia Organa de una manera impecable. Estoy segura que mucho de Leia, Carrie tenía dentro de sí. Creo que cada mujer tiene un poco de Leia, a decir verdad.

Espero que los próximos episodios de Star Wars nos sigan mostrando que la Fuerza está presente en cualquier género, y que es ella quien determina realmente el éxito o el fracaso como héroe de tu propia vida. Por muchas razones, esta historia es de mis favoritas, y ya Rey y Jyn Erso se ganaron un buen espacio en mi corazón.

¡Que la Fuerza los acompañe!