Ellas tenían que usar bikini, ¡pero no!, se negaron y trajeron a discusión un tema que sigue produciendo escozor en los que Judith Butler llamó “centros masculinos de poder”. La filósofa se refería a la policía, establecimientos médicos de propia cuenta, agrego los juegos olímpicos y se debe generalizar a todo espacio de interacción social. El “vicio” masculino de imponer un tipo de vestimenta a las mujeres, ¿le ha pasado?, no es la única, padres, novios, amigos, jefes, incluso suegras o madres tienen la certeza impregnada de poder decidir sobre el cuerpo de la mujer y eso incluye su ropaje.
El equipo femenino de balonmano de playa noruego fue multado con una suma de US$ 1764 dólares, ¿la razón?, negarse a usar la parte baja del bikini y optar por pantalones cortos, aunque parezca inconcebible, “pidieron permiso” y su propuesta fue denegada y sancionada, el equipo argumenta que el bikini es restrictivo, sexualizado e incómodo. Si se obligara a los hombres a jugar fútbol con tanga, ¿sería una petición absurda? Eso sucede aún con las mujeres y se lo ve con naturalidad. Este tipo de reivindicaciones naturales siguen resultando prácticas femeninas transgresoras como las calificó Judith Walkowitz.
La reivindicación de los derechos de la mujer es una causa que no se agota. Hace 69 años falleció Eva Perón, más allá de la rebelión de sus acciones, enarboló la participación de las mujeres en la política, trascendió el discurso, generó pensamiento fuerte con su autobiografía denominada La Razón de mi vida a pocos meses de que un cáncer extinga sus días a los 33 años de edad. En él, en el tercer apartado, Las mujeres y mi misión, reconoce que Perón fue quien la motivó a encabezar un movimiento feminista, sin ambages dirá “me sacó de la bandada de gorriones”, y dice que las feministas la criticarán por empezar así un movimiento feminista, y cierra: pero las críticas no importan.
Eva menciona que no está de acuerdo con las mujeres que quieren salvar el mundo imitando a los hombres. Las seleccionadas de balonmano reivindican sus derechos desde una perspectiva propia, no referencian a ningún hombre, lo hacen por su comodidad y qué grandes las hace, que imponente y sublime su exigencia no escuchada y que ahora retumba en el mundo. No solo las mujeres pueden ser feministas y no solo las mujeres pueden motivar al encuentro con el feminismo, sin distinción de género o sexo, todos tenemos el compromiso de aportar a la rebelión feminista a no quedar en el discurso de un empoderamiento inocuo que los actos no siempre concretan.
La Federación Europea de Balonmano es la entidad que impuso la multa, por otra parte, la Federación Noruega de Balonmano acordó pagarla, a ellos se suma la cantante Pink que parece será quien saque su chequera para subsanar la deuda, y políticos de todo el mundo hablan del machismo y lo absurdo de la sanción, pero pocos de ellos convertirán sus declaraciones en leyes, políticas, causas o hechos tangibles. Políticos “transgresores” de Facebook o Twitter abundan.
Eva dice en su libro: “Quiero mostrarles un camino”, no dice “el” camino, y es que se puede hacer tanto desde cualquier lugar. Las deportistas de Noruega hicieron muchísimo y lo mínimo que podemos hacer es replicarlo, hablar de ellas, debatir sobre el papel de las autoridades sancionadoras. Cuando se refiere a mostrar un camino, Eva dice: “nuestro destino de mujeres depende de que no hagamos lo mismo”, y esto nunca lo entendieron los grandes partidos políticos dirá. No hacer lo mismo, cambiar pensamiento y actitudes es el camino.
Cuánto falta de esto en Latinoamérica, y si bien me alegra escuchar la voz de las deportistas noruegas no niego mi traslúcida envidia de que eso hubiera ocurrido con alguna de las selecciones del Sur, pero valga la oportunidad de celebrarlo y traer a la mesa, a las salas de Zoom, a las redes sociales y a todo cuanto pueda ser tomado como tarima para erigir un discurso de reivindicación de derechos de mujeres, de minorías, de excluidos, de todos quienes deben elevar su voz para irrumpir en el orden social que conviene solo a las élites presentes en cualquier parte del mundo.