¡Inseguridad + comparación= autodestrucción… 5,4,3,2,1 Boom!

¡Inseguridad + comparación= autodestrucción… 5,4,3,2,1 Boom!
agosto 27, 2020 Lina Bustamante
empoderamiento

Esa palabra cliché a la que le huimos todo el tiempo. 

Nuestras inseguridades son la cuna de muchos comportamientos, la causa de muchos sentimientos y de mil luchas internas. Y es que ahora con el tema del empoderamiento femenino, la autoestima y la búsqueda de la perfección, pareciera que decir “me siento insegura” es un signo de debilidad, claro porque decir lo que los demás no esperan oír nos saca de un statu quo en el que todo el mundo parece estar “cómodo”.

Por esto, he recopilado esas inseguridades de algunas de ustedes, incluyendo varias mías, y quiero que piensen con cuáles se identifican más.

Existen varios tipos, priman o al menos son más evidentes, las estéticas, estas inseguridades son tan banales, como tan propias: soy orejona, soy narizona, soy tetona, soy muy plana, tengo mucho rabo, no tengo nada de jopo, me sobran unos kilitos, kilotes, kilooototes, me faltan unos kilos, tengo los dientes grandes, pequeños, desordenados, no son blancos “trident”, las piernas, los brazos, ¡ay! y el pelo… muy poco, abundante, corto, muy largo, muy crespo, muy lisoLA LISTA PUEDE SEGUIR.  En la medida de las proporciones, esta lista acompaña nuestra vida de todas las formas. Primera víctima de nosotras mismas: la sexualidad -“con la luz apagada, no vaya y sea que me vea las estrías o la celulitis”- y por ahí mismo va ganando su puesto en otros ámbitos como el profesional, familiar, laboral, social, etc. y ¿en qué se basa? o ¿por qué nos sentimos así? porque las nutrimos de:

LA COMPARACIÓN.

Claro es que si lo piensan de fondo, nuestra debilidad empieza cuando tenemos un punto de comparación, porque uno se siente terrible pensando en alguien más, o en esos días de poca confianza, llega ese alguien imprudente (que le puede estar causando a uno un corto circuito de neuronas pensando en si esa imagen que proyectamos está alineada con lo que somos realmente), y es ese típico caso cuando esa persona resalta cualquier punto frágil de nuestra autoestima, un ejemplo: “estás repuestica” o cualquiera de sus sinónimos, (o antónimos si aplica), en esos casos sentirse insegura pues es algo normal y posiblemente inevitable. Pero también está el caso de la hembra (la que uno, socialmente impuesto, considera una vieja espectacular, o la que de verdad uno dice es que es divina) que nunca ha podido sentirse segura consigo misma y esto pasa porque al final lo estético no lo es todo, y encontrar ese balance es el reto al que estamos constantemente enfrentadas.

La vida de uno como mujer está dividida en varios cuadrantes, los que ustedes quieran, a mí me gusta pensar primero en el emocional que creo que es complejo de trabajar, porque las inseguridades que uno tiene, muchas veces no son desarrolladas por uno mismo, sino dadas por las carencias de la niñez, las creencias trasmitidas de generación en generación, las tradiciones culturales, incluso soportadas por alguna perdida que ha marcado nuestra vida, estampadas por relaciones tóxicas y dañinas, y aquí es donde la inseguridad es la cuna de muchos comportamientos en este aspecto, como por ejemplo, personas celosas (celos malditos celos, cara #1 de la inseguridad), sumisas, sometidas, o todo lo contrario impositivas, agresivas, porque tapar no sentirse seguro significa hacer dudar también a los demás.

Otro cuadrante es el intelectual (esto es cero teórico es como yo lo veo) y para la comparación, uno dice, bueno la gente de mi edad que estudió lo mismo que yo…. Y ahí empieza una lista, hicieron, estudiaron, no hicieron, qué cargos tienen, de qué viven, y en ese análisis estúpido, normalmente el resultado puede ser un juicio hecho hacia nosotras mismas que nos hace sentir muy inseguras, asociando el tema de la seguridad con la palabra éxito que ya de por sí es bien subjetiva. Otro ámbito es nuestra interacción social con nuestras amistades, si uno es una persona insegura suele ser evidente, y lo que sucede es que en este caso particular se vuelve la cuna de la envidia, que es la mejor amiga de la inseguridad, porque uno vive añorando toooodo menos lo que uno es o tiene.

No hay nada más silencioso que la inseguridad, es que admitir que uno es inseguro en algo es como perder un partido, el ego no lo permite, el orgullo menos, es mejor proyectar una imagen de extrema seguridad con tal de no hablar de estos temas incómodos, y no parecer débiles ante los nuestros, porque qué dirán, que soy frágil, ¡ESO NUNCA!.

Muchas proyectamos mucha seguridad, algunas son ciertas, otras medio medio, otras más bien fachada. Me gusta identificarlas en ustedes.

Aquí el tema es pensar en las inseguridades como una vaina normal, empezar a entender que todas tenemos puntos de quiebre, y ya una vez enfocados hay que tratarlos: ¡ay hablémoslo!.

Hay que aceptarnos como somos, de verdad, no es cuento, no es gratis que estemos rodeadas de cuadros de depresión, ansiedad, anorexia, bipolaridad, entre muchísimos trastornos, que además van de la manito de la grande inseguridad, y que como nadie lo habla entonces se crece para dejar de ser grande y pasar a ser gigante.

Anécdota: nunca se me olvida esta frase: “amiga usted cómo hace para levantar” “usted es muy segura de usted misma” (ejemplo asociando la seguridad a la relación con el sexo opuesto) me la dijo una gran amiga hace por ahí 7 años, (sí, usted jaja) no sé si me quiso decir fea, ya hemos aclarado que no, pero sigo teniendo mis dudas jajaja.

Lo que si sé es que yo no soy muy segura de mi misma, lo que pasa es que me he aceptado y me gusto como soy, lo que no me gusta he tratado de trabajarlo, a veces me falta constancia, pero ahí sigo tratando de cambiar las bajas notas de mi quiz personal, pero aprendí a no darme tan duro, a liberarme de algunos estigmas sociales, a querer gustarme a mi primero que a nadie más, a hacer oídos sordos cuando algo me hiere, a bloquear mis propios pensamientos que hacen mal; pero sobre todo, entender que hay cosas más grandes que nosotras, cosas que nos superan de muchas maneras, la invitación es a vivir tranquilas y felices por quienes somos, no vivir en extrema confianza que se vuelve un conformismo mediocre, pero si queriéndonos, no en el extremo del egocentrismo, mucho menos del narcisismo, pero si en el punto donde todas podemos estar y es el respeto propio, a mí personalmente el cuadrante de la espiritualidad me funciona muy bien, porque entendí que ahí debía enfocar mi mayor esfuerzo, eso ya es otro cuento largo, pero les digo que esa parte sí que me hace bien…

La seguridad es un trabajo de amor propio de todos los días, pero la inseguridad es parte de nuestras vidas, existe, existirá, el tema es cómo la enfrentamos entre todas.

¿Cómo nos ayudamos entre nosotras mismas?

¿Cuántas de nosotras damos cumplidos y resaltamos lo que nos parece lindo de las otras?

¿Cuántas nos la pasamos mirando qué criticar de las demás?

 

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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