No lava pero presta la batea.

No lava pero presta la batea.
junio 8, 2018 Eliana Orozco Guariguata

Por Eliana Orozco

Imagina de qué manera un domingo puede pasar a convertirse de un día de aprovechamiento del tiempo libre a aprovecharse del tiempo libre de la mujer. ¿Qué se te ocurre? Qué fuerte para un simple e inocente domingo, ¿no? Y pensar que todo empieza con un objetivo básico: Lavar la ropa.

Le pregunto a mi novio si puedo lavar en su casa y por supuesto, puedo hacerlo. Mi lavadora no funciona y es el día que tengo libre para hacerlo. Hasta aquí todo bien. Todo bien hasta que termino de lavar y su abuela le recuerda que no han lavado su uniforme. Yo, que he terminado ya con mi ropa (y una que tenía de él) me siento a almorzar y su abuela me dice que si voy a lavar el uniforme. Algo que él no me ha pedido. Evidentemente, mi respuesta es no. Entonces, paso a ser llamada odiosa. Y que ojalá lo vea a él ayudándome a recoger la ropa.

¿Qué en serio no se la voy a lavar? Sí, es en serio. Provoca extenderse en el tema y explicar, pero a oídos sordos, palabras desconectadas. Él también se disgusta, porque dije “Siga malcriándolo” Pero, no me disculparé, es la realidad. Él puede y debe hacer sus quehaceres, era sólo un uniforme ¿no? Si yo podía hacerlo, ¿por qué no él? ¿Acaso al nacer me otorgaron un superpoder para hacer cosas que los Hombres no pueden? Claro, nací Mujer y como Mujer nos competen labores que a ellos no, según la sociedad que hace invisible su importancia.

Aclaro por si en este punto no lo entiendes, no se trata de que yo pueda o no pueda, ni que quiera o no quiera hacerlo. Se trata de continuar en esa idea del patriarcado de que la Mujer TIENE que hacerle las cosas al Hombre. Cocinarle, lavarle, plancharle, etc. Y todo está sellado en un papel que los declara como “marido y mujer”. (Ojo, que yo no estoy casada)

Tampoco quiero decir que él es una persona vaga, irresponsable o que no le gusta trabajar. Para nada, es una de las personas más trabajadoras que conozco. Pero, yo también trabajo. Entonces, si yo hago tareas domésticas a pesar de todo el tiempo que invierto en trabajar, ¿por qué él no puede hacerlas? Ah, porque la labor doméstica le compete a la mujer. Porque ellos están cansados, agotados, exhaustos del trabajo y de tantas otras cosas que ellos hacen durante toda la semana. ¿Y nosotras no trabajamos? ¿Nosotras no hacemos nada?

Muchos en este punto dirán “Pero que dramática Eliana”. Claro, porque es un tema sin importancia y continuamos fomentando esa creencia inconscientemente. La aplaudimos. Porque sí, en muchos lugares del mundo (no todos) la mujer ha entrado en el mercado laboral. Pero, entonces si la mujer trabaja, ¿quién hace las tareas del hogar? Pues las mujeres, obvio. Ustedes querían trabajar, trabajen. Pero no se desentiendan del hogar. Eso les compete a ustedes, como siempre ha sido.

Estadísticamente los quehaceres del hogar han disminuido en este siglo, las mujeres ya no lo hacen tanto como antes, pero los hombres lo hacen menos que antes. (Está en google, lo pueden buscar) Pero, si no lo hace la mujer, ¿quién lo hace? Fácil, otra mujer. La abuela, la tía, la prima, la señora que contratamos de servicio. Pero siempre (en la gran mayoría de los casos) es la labor que se le encarga a otra Mujer.

Conozco muchos hombres pro-Feminismo que dicen que claro que se consideran feministas, hasta que surge algo que les quita su comodidad y no están de acuerdo. No los culpo a ustedes de nada, así nos han enseñado a ser y actuar siempre. Pero ponerse las gafas violetas es una decisión que marca la diferencia en algo tan “simple” como “Lavaré/Lávame mi ropa”. Miren, que lo que cambia es una letra.

Un hombre no me puede hablar de feminismo si, en su cotidianidad, las mujeres de su vida realizan todos los quehaceres domésticos y aún más cuando tienen la posibilidad de hacerlo ellos, pero deciden no hacerlo. Si en nuestro hogar permitimos estas conductas inconscientemente, ¿cuándo avanzaremos como sociedad?

¿Qué se debe hacer para hacerlas conscientes? Dejen de victimizar al hombre con que «él trabaja/está cansado» Nosotras trabajamos y estamos cansadas también.

Si escribo “Ella trabaja” todos la respetan, pero si digo “Ella trabaja en el Hogar” el interés y respeto se pierden fugazmente. Por eso este tema carece de relevancia en nuestra cotidianidad y pasará desapercibido. Todo empezará a mejorar cuando nosotras enseñemos la importancia de realizar esta labor y entender nosotras que no somos ni tenemos que ser la Mujer con superpoderes que hace de todo, nunca se cansa y de paso lo hacemos en tacones.

Todo empezará a mejorar cuando ellos entiendan que no se trata de «Yo ayudo en mi casa» y jactarse de sacar la basura o lavar los platos, es saber que es TU casa también y no estás ayudando, es algo que te corresponde hacer.

Todo empezará a mejorar cuando juntos, hombres y mujeres, entendamos que no criticamos al hombre o estamos en contra de ellos, estamos a favor de nosotras. No se trata de portarse como una “niña odiosa” que no quiere ayudar a su novio/esposo/padre/hijo porque son hombres, se trata de que respetemos las labores domésticas como lo que son, una labor, y en ese trabajo, la mujer y el hombre tienen cargos iguales.

Seamos conscientes de lo inconsciente.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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