Hace muchos años cuando trabajaba en la Gobernación del Zulia, me invitaron a ser oradora de orden en la Asamblea Legislativa del Estado, por conmemorarse el Día Internacional de la Mujer. Eso fue como en el 98. Yo contaba en el equipo con un brillante periodista, Tarek Yorde, quien me apoyaba con todo eso de los discursos, y le pedí que redactara algunas líneas para orientar el mensaje. Efectivamente lo hizo, y al leerlo, le reclamé la cantidad de lugares comunes y machistas que salían de la cuartilla. Con toda justicia me dijo “soy hombre y árabe, ¿que querías?”
Recuerdo el cuento porque al comenzar a escribir para Efecto Cocuyo, gracias a un ofrecimiento que Luz Mely Reyes, dueña del medio digital, -dueña, que bien suena eso y que grato escribirlo-, nos hizo a un grupo de participantes en uno de tantos cursos en donde estábamos juntas.
Yo le tomé la palabra, pero cuando envié mi primer artículo feminista me entero que quien los recibe y revisa es un hombre. No cualquier hombre. Eloi Yagüe. ¡Tantos libros que me había leído yo de él! Qué emocionante sorpresa. Y qué compromiso además, trabajar para que un escritor hombre y de esa talla evaluara mis aportes a la causa.
Varias veces tuvimos nuestras diferencias. Imagino a Eloi tragando grueso mientras leía lo que le enviaba los fines de semana. Unos 75 artículos cuento a la fecha. Artículos donde cuestionaba el poder masculino, denunciaba privilegios sexuales y sexistas, micromachismos, discriminación, techo de cristal; donde defendía las banderas y reivindicaciones feministas y señalaba la desigualdad de género que histórica y sistemáticamente nos ha dejado por fuera a las mujeres. Yo sé que con muchas de las afirmaciones que escribí él no estuvo, y quizás aún no está, 100% de acuerdo, pero con cuanta humildad, respeto y apoyo recibió todo lo que le envié.
Eloi me guió, aconsejó y hasta tips de escritor avezado me dio. Sobre la extensión adecuada, títulos, citas, discordancias, palabras más apropiadas, imágenes, ideas para nuevos temas, de todo tuve la oportunidad de consultarle. Y él con una paciencia inusual para alguien que trabaja bajo la presión de un medio en Venezuela, respondió a todo lo que le formulé. Nunca nos hemos encontrado cara a cara en la vida, pero es que ni un cafecito pues, y aun así confié plenamente en su apoyo y soporte, consciente de que estaba yo en posición de aprender de ese nuevo oficio para mí.
El patrocinio, mentoría, tutela o acompañamiento de un hombre poderoso, está comprobado como factor clave de éxito en la emancipación y ascenso de las mujeres de carrera. En esta lucha por la igualdad de oportunidades, contar con alguien que te abra puertas, te ayude, te conecte e impulse es invaluable. Tener a tu lado a un hombre que no se robe tus ideas, que te dé crédito por lo que haces, que te recomiende a otros y te dé datos, es super provechoso. Ellos detentan el poder. Que te procuren un espacio es fundamental.
No siempre ocurre así, de forma voluntaria. Por eso existen las cuotas de género y las acciones de discriminación positiva. Entiendo que en el periódico hay un compromiso firme para lograr paridad y visibilizar el talento femenino como mandato gerencial. Estoy segura de que haber contado con el apoyo de un jefe como Eloi, sin gruesos sesgos y tendencias excluyentes, ayudó a consolidar ese importante principio editorial.
Ojalá muchas mujeres contaran siempre con el auxilio que se precisa para expresar sus ideas, cualesquiera que estas sean, ante un medio público. Eso ni es frecuente, ni es poca cosa. No abundan los Yorde ni los Yagüe, haciendo el enorme e inteligente trabajo de desdoblamiento personal para salir de su propio contexto personal y apoyar incluso juicios ajenos a su esquema referencial de crianza y género.
Ahora Eloi se nos va de EC y esa noticia me pone triste. Pero cuando me dice que por haberse leído mis escritos, él ya se considera feminista, una sonrisa enorme acompaña la despedida. Tu eres más feminista gracias a mí y yo soy mejor columnista, gracias ti. Esas son las relaciones que importan, relaciones simétricas que suman y construyen. Gracias amigo.