Por Carolina Franco
- ¿Para cuándo los niños?
No lo voy a negar, por mucho tiempo me atormentó la idea de no tener ese instinto maternal que tienen la mayoría de mis amigas o mujeres que me rodean. Innumerables veces me vi sacando cuentas del tiempo en años que me iba a tomar alcanzar mis metas académicas para después ser madre, porque era lo que imperaba, porque las mujeres tenemos fecha de vencimiento, porque hay que parir. Por mucho tiempo sentí miedo y hasta un poco de decepción de no encajar en ese modelo perfecto de mujer moderna que además de trabajadora era una madre y esposa ejemplar. También he sentido alivio, al saber que no estoy sola; que hay mujeres como yo que han decidido posponer la maternidad o simplemente ésta no forma parte de su meta de vida; así como también mujeres madres que entienden que todas podemos querer algo distinto.
- ¡Mija estás quedada!
No sé si en algún momento mi reloj biológico suene y se me despierten unas ideas locas de ser madre, pero hasta ahora no me imagino ni siquiera con el vientre abultado.
- Solterona te vas a quedar
Me imagino si, siendo una profesional exitosa, pariendo títulos y viajando, salvando el planeta a mi manera y creando un mundo para mí. ¿Inmadurez? Eso le pareció a un buen amigo cuando le comenté, pero ya en la década de los 30, mis pensamientos no se han modificado del todo como se esperaba.
- Se te está pasando el autobús
Lo cierto es que la primera vez que alguien me espetó preguntándome “¿Por qué una mujer no querría tener hijos?”; vino acompañado de una serie de argumentos casi insultantes, que me hicieron sentir egoísta y hasta culpable. Aún cuando enfaticé que quizá mi posición no era definitiva, que podía cambiar, mi interlocutor insistía que no era normal lo que estaba pasando por mi cabeza e incluso insinuó que debía pedir ayuda profesional. Porque según el y una gran parte de la sociedad, la mujer DEBE engendrar un hijo físico para poder realizarse como mujer. Según los preceptos impuestos por la sociedad la mujer DEBE abnegarse a un hombre y su familia. La mujer DEBE tener un hombre que la represente al lado. La mujer DEBE llevar las riendas del hogar. La mujer DEBE elegir una carrera que le permita conciliar sus responsabilidades laborales con los quehaceres del hogar. La mujer DEBE, la mujer DEBE, la mujer DEBE, y así y un montón de obligaciones que se han encargado de imponernos, como si tan solo fuéramos marionetas que están allí para cumplir. Cuando la realidad es que después de muchas luchas, después de romper y seguir rompiendo muchos paradigmas las mujeres podemos elegir, que hacer y como. Tenemos opciones y ser madres o casarnos no son las únicas.
- ¿De verdad no quieres tener hijos?
El ser madre o esposa, no es algo que venga inscrito en nuestro código genético, es parte de una decisión ya es momento que la gente entienda que somos libres de escoger lo que nos plazca, no todas tenemos la misma misión en la vida y eso está bien y hasta es saludable. Ya basta de esa lista de deberes impuestos para la mujer y empecemos a elaborar una lista de deberes para la sociedad. La sociedad DEBE dejar de opinar sobre la vida de las mujeres; la sociedad DEBE dejar de encasillarnos en estereotipos absurdos, la sociedad DEBE promover equidad para ambos géneros e igualdad de oportunidades para todos; porque la mujer, PUEDE decidir si quiere tener un hijo o no, la mujer PUEDE vivir sola si así lo desea, la mujer PUEDE permanecer soltera si es su decisión, la mujer PUEDE elegir la carrera que considere porque simplemente es capaz de hacerlo, somos más que un útero y nuestra función dentro del sistema es más que biológica.
¿En serio no te interesa casarte, compartir tu vida con alguien, llevar un apellido, tener una familia? – Me dice alguien con quien tengo esta conversación de forma recurrente. ¿Qué hay del amor y del romanticismo que todos necesitamos? La familiar perfecta con la que sueñan la mayoría de las mujeres – Insiste cuando se da cuenta que no estoy respondiendo a sus impertinencias.
Es que una cosa no tiene que ver con la otra – Decido finalmente responder, después de tantas preguntas y afirmaciones invasivas – Creo en el amor por supuesto, me encantaría compartir mi vida alguien no lo niego; pero no me interesa ser de nadie; nací para construir mi propio imperio, pero eso es motivo de otra conversación (Y quizás de otro artículo).
