Por Irene Coello
Confieso que me ha sido difícil escribir este segundo artículo. Sobre todo porque en él quiero hablar de un tema complejo en términos sencillos: «por qué todos debemos ser feministas».
Como el que no arriesga, no gana, aquí voy!. Hace no mucho tiempo atrás veía el tema del feminismo como ajeno a mí. No me quedaba claro cuáles eran las demandas del movimiento, ni tampoco los beneficios. Triste, porque siendo formada en el área de ciencias sociales, con una fuerte vocación docente y académica, entiendo que alguien en algún momento, me debió confrontar con esto en la universidad, o yo misma debí de alguna forma coincidir con estos temas en el espacio académico.
Lo cierto es que pasó el tiempo y por temas de trabajo, empiezo a tener acceso a información sobre igualdad de género, contacto con mujeres y hombres comprometidos con el tema y formación al respecto. Y hoy lo tengo muy claro. Entender el feminismo es aprender a ver el mundo a través de un nuevo prisma: el de la ausencia de igualdad. Sólo puedo explicarlo así. Para ejemplificarlo, es como cuando un diseñador gráfico experimentado, no puede dejar de ver un logo desde la perspectiva de quien sabe de composición, color, tipografía y forma. O cuando un médico, asistiendo a ciertos síntomas en un paciente puede tener una idea bastante clara del diagnóstico. Obviamente ellos necesitan entrenamiento profesional para esto.
Por supuesto que no pretendo que todos seamos profesionales en este tema. Pero siendo que la ausencia de igualdad es un problema global y generalizado, incluso en las sociedades más avanzadas, me pregunto: ¿cómo es que no nos educan para la igualdad? Cómo es que una mujer se encuentra con este tema de forma tangencial, casi providencial. Esto escapa mi entendimiento.
Por eso, más allá del ejercicio de catarsis, lo que quiero es dejar aquí una serie de razones por las que creo que todos deberíamos ser feministas y concientizar que lograrla igualdad es una responsabilidad de todos, mujeres y hombres.
Creo que todos deberíamos ser feministas:
– Para honrar a nuestras antepasadas: todos tenemos una madre, abuelas, tías que hicieron sacrificios importantes para tenernos y cuidarnos , mientras estudiaban o hacían carrera, o mientras se quedaban en casa pensando con añoranza, qué hubiera sido de ellas de haber ido a la escuela o a la universidad, mientras cocinaban el almuerzo para la familia, porque para ellas la vida doméstica no fue una elección. También por aquellas que criaron a sus hijos solas por la ausencia del padre (bien sea que él aún estuviese en casa pero desligado de las labores de la crianza o porque él ya se había ido buscando otro futuro), y que todo les costó el doble.
-Para releer y entender de dónde venimos con ese prisma de igualdad: la historia que hemos aprendido, es la historia de las guerras, las conquistas y colonización, la supremacía de unos por encima de otros , la competencia por recursos. «History» en inglés, pudiera ser traducido al castellano como «la historia de él». El saldo desafortunadamente no es positivo con sociedades profundamente desiguales en la mayor parte del mundo.
– Para labrarnos un futuro más justo para todas las personas: porque todos tenemos una hija, sobrina, ahijada, prima, que queremos ver crecer y llegar a ser grande y exitosa, que queremos que estudie y sea una gran y reconocida profesional, y que tenga más y mejores oportunidades que nosotros; por quién rezamos en silencio pidiendo a Dios que la proteja, sobre todo de la posibilidad de ser víctima de un ataque violento mientras crecen, de esos que las estadísticas nos dicen que afectan a 1 de cada 3 mujeres y niñas en el mundo. Queremos verlas como unas mujeres de carne y hueso, logrando lo que se propongan y ya menos como princesas esperando que llegue el príncipe azul. Y por qué no, porque los hombres también tienen derecho a vivir libres de estereotipos que los ahogan, como el “macho de la casa”, “el proveedor” y tienen derecho a expresar libremente sus sentimientos, sean incluso estos miedo o tristeza.
-Porque llegó la hora de actuar. No en vano ONU Mujeres ha creado la campaña #Ahoraeselmomento. Es un llamado a la conciencia pública sobre que ya va siendo hora de hacer las cosas de forma distinta. Por ejemplo, en el sector público y privado, es necesario que las organizaciones adviertan y entiendan las desigualdades estructurales que tradicionalmente han existido entre mujeres y hombres, que las oportunidades y criterios de evaluación y promoción son dispares, que las obligaciones esperadas de un empleado desafortunadamente aun dependen de su género. Y también va siendo hora de que en las familias entendamos que criar a nuestros hijos de acuerdo a estereotipos de género (por ejemplo que nuestras niñas jueguen con cocinitas y nuestros varones con grúas y carritos), sólo es amarrarlos con camisas de fuerza con las que lucharán toda la vida.
-También porque las esferas políticas, han estado tradicionalmente dominadas por los hombres. Y nuestros países siguen luchando por garantizar lo básico. Entonces creo que va siendo hora de darle la oportunidad a más mujeres. Digo, para ver si ellas tienen mejor atino en aquello de solucionar los problemas del mundo.
-Finalmente porque la economía nos lo agradecería. Más mujeres en el aparato productivo global es igual a más crecimiento. Punto. Estudios demuestran que mientras más mujeres participan de la economía global, podríamos esperar crecimiento de hasta 25% más para el 2025. Punto otra vez.
Hay muchas más razones, muchas, muchas más. Pero encuentro que estas son las que nos gritan en silencio todos los días a la cara. Sobre las que cualquier persona puede discernir. Sobre las que cualquier estudiante universitario, hombre o mujer, no podría dejar de reflexionar. Y así entonces quizás este escrito se convierta en ese llamado de conciencia que yo hubiera querido tener cuando tenía su edad.
Comment (1)
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¡Ya va siendo hora, mi presi! Estoy completamente de acuerdo.