Por Graciela Díaz Lonigro
«Y el tiempo se detuvo y la evolución decidió hacerle compañía» (MGDL)
Hace 4 meses que vivo en España, la decidí como destino, porque en mi destruida Venezuela, un día me dije: «ya que decidí emigrar y que esto será muy duro, tan sólo dejaré mi malogrado país, por uno del primer mundo»… A veces los títulos no corresponden con la realidad. Sin temor a equivocarme puedo afirmar que España es el paraíso de los machistas, el vientre fecundo que pare día a día machos que han de venerar su condición como quien venera un santo, una imagen, un líder o una ideología, son una raza onanista digna de análisis psiquiátrico.
Mientras descubro los recovecos de las ciudades, pueblos y pueblítos, gente común y también cercana, me topo con especímenes que parecen haber aprendido muy bien la lección: la mujer sólo sirve para cocinar, planchar, cuidar niños, capacitarlos para ser los machistas de relevo y si se les ocurre incursionar en el campo laboral, páguenle poco y explótenlas mucho, para que vuelvan a casita, que es su lugar…
Este es el mensaje impregnado en las calles, en las aceras, en las paradas de autobús, en las estaciones de trenes y metros, en las plazas, la geografía entera de norte a sur, de este a oeste, de los Pirineos hasta el Estrecho de Gibraltar y por supuesto todas sus islas sin excepción.
Todos los días es asesinada una mujer en España, todos los días es violada una mujer en España, todos los días son maltratadas, vejadas y humilladas muchas mujeres en España… de la doncella que debía ser adorada por el caballero andante, de la princesa que debía ser rescatada de la torre del castillo, por el héroe épico, pasamos a miles de nombres que manchan de sangre los telediarios, los periódicos y los medios de comunicación, destruyen hogares y familias enteras, pero un sistema judicial carente de todo, los libera bajo fianza, los absuelve de cargos y la pena más larga para estos asesinos oscila entre 6-7 o máximo 8 años, con «derecho» a rebajársela si tienen «buena conducta» o si algún juez iluminado intuye que se ha «arrepentido»…
Las ONGs en pro de los derechos de la mujer son opacadas por el humo de los bombardeos noticiosos de estos machistas, cuyo comportamiento es genético; no soy genetista, pero me atrevería a decir que España tiene un gen llamado machismo y la coronación de éste es cuando por fin quitan de la faz de la tierra a una mujer.
Por un lado hay un culto cuasi celestial a la figura de la madre, en sus modismos lingüísticos el más predominante es: «madre mía»; «mi madre santa»; en las galas, en la cotidianidad nunca dejas de escuchar, después de un triunfo: «quiero agradecer sobretodo a mi madre que me ha impulsado»; «agradezco a mi madre, que ha sido la única que me ha ayudado», «vamos que como mi madre no hay», «mi madre es todo para mi, no se que sería mi vida sin ella» y un sin fin de contradicciones más. Pero por el otro lado de esa moneda los crímenes más terribles son los perpetrados a mujeres y niños, este último, lo abordaremos en otro artículo.
Es imposible pensar que en España los hombres se sientan en la parte del copiloto y las mujeres en los asientos traseros; pues sí lo hacen, cuando entras a un restaurante sin un «hombre», eres mal vista; si tienes voz propia, si opinas, si incurres en la osadía de estudiar, graduarte en la universidad, eres una bruta segundona, o una «tía con mucha suerte o mucha manga», lo tercero signifíca que eres apadrinada…
En fin ese virus mortal llamado machismo, cobra factura a toda una sociedad, es como vivir en la Caracas de los finales de los 70 y principios de los 80, cuando los hombrecitos poseídos de una especie de alucinación esquizofrénica, lo único que podían ver frente a sus ojos era una vagina de diferentes medidas, 1,60, 1,80, 1,56 etc, y no a una mujer… Pero en Venezuela la mujer se impuso, se preparó, no se dejó ningunear, superó con creces a los hombres y obtuvieron como premio el respeto… ¡Viva la cuaima carajo!
Los españoles y las propias mujeres optaron por no avanzar, por cargar esa cruz estoicamente y con orgullo…
Las falsas creencias de ser inferiores ha socavado el alma de esas mujeres, ellas lo aceptan sin más, otras, las que se enfrentan son señaladas como locas, putas y un papiro de adjetivos más.
La mujer hace ayuno de palabras, no se atreve a llevarle la contraria a lo que dice el hombrecito, a altos niveles, los partidos políticos le dan uno que otro premio de consolación: unos pocos escaños en el parlamento, la presidencia de alguna comunidad autónoma, algunas gerencias, en fin migajas y maquillajes improvisados para minimizar las ya pocas críticas que se producen.
La realidad es que monstruosamente y de manera vomitiva, los sueldos de las mujeres son 30% menos que el de los hombres, que los altos cargos son para hombres, que en recintos universitarios los profesores, eluden las preguntas de alumnas, porque no vale la pena responder, que a la mujer irreverente la putean y la excluyen, porque es rara, distinta, que el hombre decide, dónde, cómo, cuándo, por qué, y cuánto y la mujer obedece. Cuando una mujer maneja y comete un error, aún se oye la frase palurda y arcaica: «mujer tenías que ser», muchas veces parida por la jeta de otra mujer ya domesticada en y por el machismo.
En fin recordé a uno de los «padres» de la literatura española Miguel de Cervantes, con su permiso maestro he de parafrasear una célebre frase del caballero Don Quijote, porque es que es muy difícil y cuasi imposible aquí en España no pronunciarla: «-Con el Machismo hemos dado, Sancho-…»
«Y dijo: —Con la iglesia hemos dado, Sancho. —Ya lo veo —respondió Sancho—, y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura, que no es buena señal andar por los cimenterios a tales horas, y más habiendo yo dicho a vuestra merced, si mal no me acuerdo, que la casa desta señora ha de estar en una callejuela sin salida»
Foto: cambio16
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Comment (1)
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Interesante. Nuestra diáspora tiene su lado bendito, y es que los venezolanos se empiezan a dar cuenta q después de todo no estábamos tan mal. Me explico, en cuanto al tema q concierne, y ojo no abogó por mi género acá pues se que hay mucho bicho de uña, pero también es cierto que la mujer venezolana muy poco valora al hombre venezolano ( por tradición no pueden ver un extranjero porque se derriten, no sé, tal vez una tara de complejo venido de eras coloniales). En lo personal como hombre (51 años y llanero!),he vivido un proceso evolutivo indetenible en cuanto al trato a la mujer, logrando a mi parecer una comprensión profunda que me ha permitido disfrutar hoy día de una excelente relación con ellas. En nuestro país entre las necesidades generales hay q incluir la comunicación fluida entre ambos sexos, eliminación de taras culturales, educación sexual abierta, y mucha psicología. Sin embargo me atrevo a decir que el hombre venezolano en el terreno de la superación del machismo está mucho más avanzado que el hombre de muchos otros paises (desde luego q falta mucho por evolucionar aún), incluyendo no sólo a los españoles, sino a los italianos y los mexicanos (lugares donde he estado y me consta lo que afirmo) …
Bravo por está plataforma!, pero deseo agregar que el feminismo bien entendido pasa por incluir a los hombres que, como yo, no ven sexos sino seres humanos y abogamos por construir un mundo cada vez más igualitario, equitativo y justo. Un gran saludo.