Por Graciela Díaz
Hoy vamos a poner sobre el tapete un tema escabroso, que todos sabemos que existe y se practica, pero pocos alzamos la voz y reconocemos la responsabilidad social que indirecta o directamente tenemos… Los tentáculo s del machismo son muy largos y manosean por doquier acumulando víctimas y rostros con nombre de mujer.
La trata de Mujeres es sin duda una de las más grandes vulneraciones de Derechos Humanos, y es si se quiere una de las prácticas más violentas en contra de las mujeres. Es además una expresión brutal de lo que supone el machismo. De hecho es uno de los motores principales de naciones cómplices, que con sus leyes débiles e incompetentes abren las puertas a esta empresas del mal.
Según las estadísticas de Naciones Unidas, actualmente hay alrededor de 12 millones de tráfico de personas y lo más espeluznante es que de esta población el 75% son mujeres y niñas explotadas sexualmente. España es el primer país a la vanguardia que consume «sexo pagado». El 40% de los hombres en España han tenido por lo menos una vez en su
vida «sexo pagado».
¿Qué hay detrás de estas mujeres?
El pasado de la mayoría de estas mujeres es funesto, el 90% de ellas han sido violadas en su infancia y apartadas por sus propias familias. Rumania, Nigeria, Paraguay y República Dominicana, son los países que «exportan» el mayor número de esclavas sexuales, a los paises más ricos del mundo. El botín es suculento, todos se benefician, es cuasi un paraíso fiscal.
¿Cuáles son las causas?
El patriarcado, junto al machismo y las sociedades cómplices se encargan de colocar la etiqueta de puta a estas niñas, víctimas de violaciones múltiples, constantes y perdurables. En algunos países las niñas violadas son rechazadas y estigmatizadas y peor aún, son catalogadas como culpables de esa situación.
Esta práctica es más profunda de la que imaginamos ya que después de muchos análisis se ha llegado a la conclusión de que en las sociedades, los hombres han detectado una manera muy fácil de confeccionar el producto final, les explico: hoy en día primero se fabrica la identidad de la puta, sí de la puta, porque nadie nace puta, sino que estas sociedades enfermas e insanas, han descubierto que a través de la violencia sexual, es decir de las violaciones, de deshumanizar y quebrar a las mujeres, con la ayuda de la sociedad, que es cómplice y que al final estigmatiza y deja en una situación muy
vulnerable a las mujeres, para que luego intervengan los que van a adueñarse por completo de ellas, que son los proxenetas y las industrias de tráfico de mujeres.
¿Cual es el patrón, qué lineamientos siguen?
Es un patrón: primero aparecen las redes de los violadores en masa que se dedican a quebrar a las niñas, una vez que la sociedad las estigmatiza, y por ende las rechaza, aparecen los industriales del sexo quienes vienen a maquillar a éste y a su oficio, que no es otra que la prostitución; colocan por ende a la prostitución como una profesión que cumplirá sus sueños y las hará ricas. Los proxenetas hacen el lavado de cerebro diciendo que ya que tu familia te rechazó, tus padres te rechazaron, ya eres una puta para ellos, pues entonces saca dinero de esa señalización y empiezan a venderle esta forma de vida paupérrima como el cofre del tesoro.
¿Quiénes son las más vulnerables?
Sin duda las culturas más desvalidas, patriarcales, miserables y con una historia previa de sumisión. Por ejemplo a las niñas rumanas las venden a los proxenetas españoles por 300 euros, estos se apropian de sus vidas y allí comienza la tragedia en mayúscula. Estas pobres niñas una vez en manos de estos delincuentes, se convierten en sus esclavas,
deben pagarle para siempre a los proxenetas.
¿Cómo actuan, cómo proceden, cómo es la dinámica?
Empiezan a «acumular» deudas con los dueños del prostíbulo. Les deben el alojamiento, la ropa que les obligan a comprar, la comida, los perfumes, es decir todo…les quitan el pasaporte para que sus esclavas ya no tengan manera de huir y para que además una vez pasada «la buena edad», que oscila entre 15 y 25 años, puedan desaparecerlas sin que nadie las identifique y las reclame, por supuesto que funcionarios policiales también pertenecen a esas redes. Como «pago» les dan un ticket, ya que el cash, se lo queda el proxeneta con la excusa de protegerles las «ganancias»…
Las leyes del prostíbulo son cuasi «cuarteles militares», se hace cola para comer, se hace cola para pasar de los alojamientos al prostíbulo, se hace cola para asearse, se hace cola incluso para atender a los clientes… Luego se les golpea, y se les practica psico-terror, las amenazan con matarles a los hijos y familiares si se escapan. Paradójicamente cuando a estas mujeres se les ve en las calles, hay «cerebros» que piensan: «las mujeres de la vida fácil, esas tipas ganan muy bien y quien sabe cuánta mierda más, sin preguntarse siquiera qué edad tiene? Cómo llegó aquí? Será víctima de trata?
¿Cómo es su cotidianidad?
Sabían que estas esclavas sexuales trabajan de 5:00 de la tarde a 05:00 de la mañana de lunes a lunes, además deben «atender» 10 o 12 clientes diarios; hasta cuando tienen el período deben trabajar, si a los clientes no les importa. El día a día transcurre, en dormir apiladas como cadáveres vivos en pocos metros cuadrados, bañarse, comer, ver un poco la televisión y de nuevo a la faena…
Los clientes están clasificados pero a todos les une una tara: el machismo… Hay varios tipos de clientes, los más comunes son: El cliente que desea que le digan lo que les gusta escuchar; el que sólo quiere pagar por penetrar, es decir el que va a descargar y el otro que es el misógino que ejerce violencia extrema, vejaciones, humillaciones que son además esos que de seguro posteriormente asesinan a las pobres mujeres desvalidas y olvidadas por el mismo Dios…
¿Cuál es el Menú?
El «menú» de la macro industria sexual es el siguiente: Chupada 15 Euros, Penetración 20 Euros, Mixtos (chupada+penetración) 30 Euros; escabroso cierto?
¿Cómo crece la empresa?
La industria del sexo fabrica putas a gran escala, porque necesita esa materia prima que no cesa en su crecimiento. Una vez creada la puta empieza la fábrica y el mercado donde venderlas…
¿Por qué todo esto?
Estas son historias de productos que el patriarcado pone a disposición de los hombres, muchas de ellas sufren la violencia, la pérdida de identidad, la soledad, el desconocimiento, aunque aún destrozadas, no todas pierden las esperanzas. Entra un gran alivio saber que algunas se salvan, se reinsertan en la sociedad, miran a los ojos, trabajan en
exteriores a la luz del día y colaboran para ONGs para poder ayudar a salir del hoyo negro y profundo a muchas mujeres en su misma situación.
¿Quiénes son los responsables?
La responsabilidad es del estado, porque el mismo lo permite con sus leyes débiles y opacas, protegen a los proxenetas; la responsabilidad es también de estos proxenetas que ponen a disposición la «mercancía» y se lucran; otros responsables son sin duda los hombres que pagan por penetrar a mujeres; también es culpable la sociedad hipócrita y
paternalista, de falsas morales, que saben perfectamente lo que sucede, pero deciden mirar a otro lado. La sociedad que repite el discurso del lobby-proxeneta: «ellas quieren, ellas eligen esa vida, ellas quieren ser putas, les gusta, ganan muy bien etc.»… Lo peor en este punto es que este discurso lo repiten las mujeres que son las machistas y adoradoras de la cultura machista…sí es triste y patético pero es la cruda realidad…
¿Y las leyes? ¿Cómo cambiamos?
El Protocolo de Palermo no es suficiente, hay que cambiar los «protocolos mentales, religiosos y culturales…hay que ver más allá o van a seguir siendo cómplices de estas maquinarias que rompen y quiebran las vidas de millones de niñas?… Los hombres tienen que ser reeducados y deben reaprender a ser hombres a conquistar, no a pagar…
«Las fogatas improvisadas y ardientes no siempre esconden alegrías, cantos y guitarra, todo lo contrario en mucho de los casos es el preludio del infierno mismo» (MGDL)