Por Gabriela Caro
Si bien es cierto que no creo en los cambios de calendarios, ni en los cambios de la mediana edad, estoy convencida que nada mueve mas profundamente las bases del comportamiento humano, que la indignación ante la injusticia y el sentido de pertenencia hacia un grupo, por lo tanto comparto mis metas a corto y mediano plazo en el ámbito feminista, en el cual hago vida mucho antes de darme cuenta y el cual es injustamente vilipendiado, aunque contradictoriamente solo se concentra en el trato justo y equitativo hacia las mujeres en la sociedad.
Aunque el cambio de calendario, no necesariamente genere cambios, si imprime energías de entusiasmo y un renovado optimismo, que debe aprovecharse al máximo, para traducir el optimismo y las buenas intenciones, en una evolución.
• Aprovechar cada oportunidad para alentar, inspirar y elevar a través de la palabra, a cada mujer con la que tenga contacto, porque la palabra justa y equilibrada puede ayudar a una mujer reencontrarse con las luces dentro de las sombras, puede hacer la diferencia entre las ganas de desistir y retomar un rumbo o redireccionar los esfuerzos para lograr una meta, efecto que de seguro se multiplicara en algún momento.
• Escuchar atentamente con corazón abierto y profundo respeto, a nuestras pares en el mundo, la oportunidad de brindarle soporte y escape a una mujer, muchas veces permite aclarar las propias ideas acerca de una misma y abre las puertas del aprendizaje y colaboración para todas.
• Dejar de recordar a una mujer (figura femenina, madre, órgano femenino… ) para insultar a un hombre. Me he propuesto desde mi campo de acción principal, yo misma erradicar las actitudes que no suman al feminismo y desde hace un par de semanas, comencé a notar que mi primer instinto siendo yo feminista declarada al insultar a un hombre, que me resulta desagradable cuando mínimo, es ofenderle a la madre o recordarle de donde salio o quien lo parió pero ¿pero por que?
Porque el patriarcado ha hecho bien su trabajo y está arraigado en costumbres del día a día, pero que hacen mucho daño, porque entre muchas razones permite enfocar la atención, energía y odio de vuelta a una mujer y a la par evita que asociemos al hombre en cuestión a la emoción y palabra, que realmente le corresponde de acuerdo a su proceder por la vida o con uno. Yo lo viví al comienzo, frenaba el instinto de recordarle a la madre y no hallaba rápidamente qué decirle, usualmente segundo insulto también iba por una ofensa a mi género, mas o menos por el tercero aparecía el adjetivo apropiado para el susodicho, cosa que lo ubica en apreciación en un rango mas cercano a lo real y darle su lugar justo, siendo totalmente honesta también modifica la emoción de una misma en torno a ellos, superando el bloqueo que produce la rabia de la ofensa.
• Desvincular y denunciar la imagen de la mujer como mercancía y su respectiva cosificación en medios de comunicación, en conversaciones cotidianas, en la retransmisión de chistes o memes de contenido machista en redes sociales o foros de contenido institucional.
• Reconocer y aprovechar mi poder como consumidora, apoyando emprendimientos de mujeres y talento femenino, demandando servicios, productos y atención generado por mujeres, evitando lucrar empresas con enfoque misógino y\o de explotadores infantiles.
• Rescatar y difundir la visión y logros de mujeres predecesoras en todos los espacios a mi alcance.
• Dejar de justificar comportamientos machistas en todas sus escalas con excusas básicas y basadas en el género, respaldadas en los hombres son así, tolerancia cero con el machismo, el maltrato y el abuso.
• Tolerancia cero con abusos sexuales, acosos y hostigamientos en todas sus formas, denunciarlos, exponerlos y generar plataformas de formación de consciencia.
• Crear círculos o redes de apoyo en caso de emergencia a través de las plataformas tecnológicas de uso rápido y fácil identificación.
• Seguir adelante, redireccionar mis esfuerzos, valorar la determinación de las mujeres que me permitieron llegar aquí y mejorar el legado para las que vendrán.