Por Vanessa Federico
La construcción de una sociedad con visión de género no solo puede depender de las mujeres. Cuando hablamos de que el 50% de la población y de la fuerza laboral son mujeres en Venezuela, se debe tomar en cuenta la innegable contribución que han hecho las venezolanas a lo largo de la historia. Muchas de estas contribuciones pasan por debajo de la mesa sin ser aplaudidas o en ocasiones reconocidas.
Los hombres son mayoría entre los cargos eminentemente estratégicos, directivos, altos ejecutivos, y en los niveles superiores de los empleos profesionales, mientras que las mujeres permanecen aún concentradas en las categorías inferiores de los puestos directivos (C. Mateo, 2012).
Otro aspecto relevante para destacar es el papel de las mujeres venezolanas en la sociedad. Ellas han jugado un papel de empuje en la vida privada, en las sombras. Con el pasar de los años y tras la lucha de miles de mujeres en el mundo y en Venezuela, poco a poco se fueron reivindicando en la sociedad, como parte del desarrollo y empuje de un país.
Para Yenni Peña, Socióloga de la Universidad Central de Venezuela, fundadora de EmpoderaRSE y directora de los proyectos: Info Genero y EcoEmprendedoras, el papel de la mujer en la sociedad venezolana puede analizarse desde dos perspectivas:
Una, desde el rol que tradicional que socialmente se impone y espera que cumplamos: durante la historia de nuestro país hemos sido madres, cuidadoras, encargadas de las labores domésticas y nuestros temas han correspondido al ámbito de lo privado, desde cómo nos sentimos, qué aspiramos, hasta problemas como la violencia intrafamiliar. Hemos contribuido desde la crianza a la formación de las personas que hacen país y ese aporte ha sido invisibilizado.
La otra perspectiva de análisis del papel de la mujer en la sociedad venezolana es la de la lucha, esa que día a día han dado distintas profesionales, lideres comunitarias, emprendedoras, directivas, por la búsqueda del reconocimiento de sus derechos ciudadanos y del importante rol jugado en los espacios públicos: académico, político, empresarial. Desde aquella recordada y significativa generación del 28, quienes participaron y lideraron acciones políticas antes y después de la muerte de Gómez, hasta representantes de organizaciones de la sociedad civil, emprendimientos sociales y gremios que en la actualidad son relevantes ante la coyuntura que afronta el país por la crisis generalizada, siempre el rol ha sido el de plantear propuestas desde una perspectiva distinta que genere los cambios sociales necesarios para el progreso y el desarrollo del país.
Por otro lado, a Yenni le resulta relevante destacar que hay acciones, trabajo colaborativo y alianzas necesarias en el seno del movimiento nacional de mujeres, que al materializarse podrían generar grandes acciones, pero que lamentablemente por intereses particulares y en algunos casos políticos no se concretan para el bien común de todas las mujeres del país; así como la presión de algunos actores machistas (hombres y mujeres) que se niegan a la igualdad. A pesar de ello, es esperanzador que se estén gestando relaciones fuertes basadas en la empatía, respeto, solidaridad y sororidad de aquellas mujeres que sí creemos en la igualdad y que tenemos el firme compromiso de luchar por nuestros derechos actuando en consonancia con los principios que promovemos.
Pareciera ser que en Venezuela las crisis son otras, ninguna es más importante que la otra, pero el tema de la igualdad de género, no está cerca de estar en la agenda del día.
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