Por Graciela Díaz Lonigro
El machismo sin duda es una de las grandes taras de Latinoamérica. Pero la tara se duplica en el seno de la tragedia misma, cuando se ejerce desde y para la mujer misma. En lo personal observo con asombro que el machismo es una suerte de gen con el cual «nacen», y esta cifra es alarmante, más del 80% de las mujeres en nuestro continente. Si bien es cierto que hemos visto cambios en el panorama sociológico, también es cierto que estos «cambios», no han logrado educar lo suficiente a generaciones que enarbolan banderas de avances en esa fauna que aún somos las mujeres. Hacemos un paneo por el mundo universitario, académico, empresarial, político y nos topamos con una decepción casi del tamaño del continente.
Cabe destacar que una cosa es que en altos cargos haya mujeres, o sean ocupados por mujeres, pero otra cosa muy distinta es si esas mujeres continúan ejerciendo machismo desde sus «alturas». Para tristeza de muchas lo segundo gana. Y es muy fácil comprobarlo. Basta con zambullirse por pocos minutos en el mundo político y mi tesis no sólo se hace fáctica, más aún se engrandece. Por ejemplo, elegir ser «líder política» en Venezuela es visto y percibido cuanto menos, como una temeraria y horrible osadía. -¡Que bolas!- Se rasgan las vestiduras las «Kaifás Tropicales» al unísono, en cuyos ADN’s, brota el gen perverso del machismo femenino a borbotones y sin detenerse.
A continuación me permitiré exponer en siete puntos, la tragedia que supone lanzarse al ruedo político en esta vapuleada Venezuela, sin madre, sin padre y sin rumbo, en esta Venezuela huele pega, mendiga y callejera. La tragedia de ser líder mujer en Venezuela, se resume en mi humilde opinión en:
1. El machismo en Venezuela es engendrado y defendido por la mujer misma. (Digno de análisis psiquiátrico)
2. Se cedieron espacios, por la adversidad encontrada, desde la propia mujer.
3. Cuando la mal llamada revolución enarboló a «mujeres» en cargos gubernamentales, lo hizo escogiendo lo peor: basta pasearse por obras y acciones, de todas las que han sido ministras, presidentas de algún organismo, etc., diluyendo al símbolo femenino en «Carceleras Nazis».
4. Los dinosaurios de la política se activaron reunidos en la MUD, defenestrando a Maria Corina Machado, quien genuinamente ha luchado por rescatar al símbolo femenino, sin pertenecer a elementos feministas y ha sido apaleada, por el 80% de las que explicaba en el punto 1, y por ende por los «varones» de la política.
5. Mientras este «sistema» esté secuestrado por la narcotiranía y machistas mixtos (hombres de la MUD y género femenino «popular») jamás habrá chance de ser líder mujer.
6. Clases sociales del status quo (mujeres que pertenecen a élites sociales), menos aún aceptan que ninguna mujer las lidere; esta fauna es aún peor, asocian el liderazgo femenino, con algo degenerativamente malsano, porque para «ellas» quienes deben mandar y ocupar cargos de liderazgo son sus «mariditos»: empresarios, políticos, catedráticos, banqueros, etc. De hecho si acaso llegan a regentar algún liderazgo, siempre se les conocerá como: «la esposa de» o «la mujer de» o «la amante de»…
7. Patrón Cultural desde el génesis: el hombre provee «todo»; la mujer cocina, cuida y educa niñitos y perpetua la especie, porque hasta en el sexo las «fantasías» masculinas deben ser saciadas por las putas y no por la espositas bien comportadas en la cama, que fueron muy bien educadas por las variopintas congregaciones de colegios de monjas…
Es duro, es así, tenemos más de 2000 años luchando titánicamente, pero apenas se ha logrado avanzar un 10%…
Qué se debe hacer? Desmitificar y desestructurar 2000 años de historia de la cultura, de historia del pensamiento, de historia de la sociología y de historia política. Cómo? Educando ininterrumpidamente y al unísono desde los pre-escolares hasta los phd, aunado a la conquista de espacios con sangre, sudor y lágrimas. Se ha avanzado? Sí. Pero en relación a cuál era? Bueno, en relación al medioevo, hemos avanzado un poco. Tan poco es, que cuando una mujer regenta algo es una «gran» noticia para medios de comunicación.
Sin ir más lejos, el 10 de agosto de 2017 la dignidad se apartó del oprobio: María Corina Machado se deslinda de la colaboracionista MUD y las primeras en crucificarla fueron esas señoras «bien portadas», que honran su machismo, las cuales no dejan de tener pensamientos lujuriosos con el chofer o el escolta, portadoras según ellas de la antorcha de la moral puritana y de inmediato lanzaron sus colmillos salivantes a la yugular de MCM y le gritaron:-divisionista-! Qué podemos esperar en política si las «élites educadas» en las prestigiosas Universidades de Europa y Estados Unidos, cultas y de apellidos barrocos, confunden dignidad con división?
Eso es lo que hay, Venezuela misma y entera al parecer, es una metáfora de lo que he dicho.
En fin seguimos siendo esa condena perpetua a la cual nos autodestinamos…
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Comment (1)
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Excelente artículo. Sin desperdicio.
