Las Eternas Postergadas

Las Eternas Postergadas
julio 26, 2017 Susana Reina

El pasado 13 de julio presentamos ante del Directorio de Fedecámaras a la Alianza Venezolana de Empresas por el Liderazgo de las Mujeres (AVEM). Me complació mucho escuchar de boca del Presidente Francisco Martínez y de Nicholas Harrocks, Encargado de Negocios de la Embajada Británica en Venezuela, que el trabajo por el desarrollo de las mujeres en el ámbito empresarial privado, son una prioridad social, y que ambas organizaciones, una nacional y la otra internacional, asumen el compromiso de impulsar esta Alianza para lograr que cada vez más venezolanas puedan acceder a altas posiciones de poder económico.

En realidad, la situación de las mujeres en el ámbito empresarial no puede ser más descorazonador. La representación de mujeres directivas en Venezuela es menor al 1%, a pesar de que la mayoría de los graduados universitarios son mujeres. La tasa de desempleo es más alta en mujeres que en hombres (INE 8,4% abril 2016), la mayor incidencia de precarización en el empleo lo sufren ellas, y 3 de cada 10 mujeres en edad productiva se dedica a quehaceres del hogar en labores no remuneradas. Temas como conciliación laboral-familiar, techo de cristal, discriminación y acoso sexual, prácticas sexistas de reclutamiento y promoción, licencia postnatal para los padres, penalización por maternidad, brecha salarial, impacto de la violencia de género en la productividad laboral, lenguaje sexista en la publicidad de los productos y servicios, entre otros, son parte de una agenda muchas veces postergada y que aún no se ha empezado a discutir con la seriedad que merece.

La Corporación Andina de Fomento (CAF) ha determinado que la incorporación masiva de mujeres al sector productivo pudiera aumentar el crecimiento en la región en un 34%. Numerosas investigaciones demuestran que empresas con mujeres en sus juntas directivas incrementan su capacidad de innovación en un 83%, su rentabilidad en un 15% y el retorno sobre inversión en un 5% (Catalyst.org), concluyendo que la diversidad y la inclusión son un buen negocio. Pareciera lógico prestar atención a estos datos ¿verdad?

El caso es que el tema “mujeres” siempre está en segundo plano, en lista de espera, en stand by, para más tarde, ya va, cuál es la prisa, ¿pero tú te diste cuenta de cómo está el país para nosotros ponernos a discutir ahora sobre la igualdad y los derechos de las mujeres? Esta respuesta con tono de “¿niña por qué no te ubicas?”, las recibimos tanto de una junta directiva de una empresa, como de un directorio gremial, como de un consejo universitario, de una junta de condominio o de un gabinete de gobierno municipal, regional o nacional. No es urgente, ni prioritario, ni necesario discutir sobre la situación de las mujeres en el país, a menos que el tema a tratar sea el día de la mujer o de la madre, que para ellos es lo mismo.

Para más contradicción, en un chat que comparto con varias organizaciones y mujeres activistas de DDHH de mujeres, una compañera intervino para decir “vamos mejor a concentrarnos en la consulta popular, que eso es lo importante ahora”; y la semana antes fue la ANC y mañana será otra cosa, dejando así los temas de igualdad de género para cuando se pueda. El “patriarcado del respeto”, como lo llama Amelia Valcárcel, a diferencia del “patriarcado del miedo” (ya la mayoría sabe que pegarle a una mujer está mal por lo menos en estos niveles), se asegura amablemente de que no exista una verdadera igualdad, haciéndote creer que ya tienes todo lo que querías y que lo que falta, si es que falta algo, lo vemos después. Es el espejismo de la igualdad en el que tantos y tantas creen.

Termina uno como con pena de haber sugerido un tema tan banal, imagínate, en medio de tantas urgencias…

Desde que nací, por allá en 1961, estoy escuchando que Venezuela está en crisis. Política, social y económicamente en crisis. A lo que cabe preguntarse: ¿hasta qué punto esta terrible realidad que estamos viviendo hoy no es el resultado de haber dejado a la mitad de la población fuera de los esquemas decisorios en el ámbito público? ¿no será que la lógica masculina de ejercicio del poder nos trajo hasta estos terrenos de confrontación? ¿haber dejado por fuera la perspectiva de nosotras las mujeres habrá generado las condiciones para que las políticas públicas hayan sido formuladas sin la necesaria sostenibilidad? ¿fue eso gobernar en democracia, excluyendo a la mitad de la población de todos los escenarios posibles? Tome usted cualquier foto de gabinetes y directivas empresariales y gremiales de la Venezuela republicana y revolucionaria: sólo hombres. Algo no está funcionando en esta forma de dirigir los destinos de un país.

Esperar a que haya un momento estable para plantear que sí, que nuestro tema es importante, no lo veo venir. Por eso celebré tanto las palabras de Francisco y Nicholas, y aplaudí con gusto a las compañeras de AVEM, cuando reunidas por primera vez para ver si era el momento de lanzar nuestra Alianza, me dijeron: “Susana, es ahora o nunca, vamos a trabajar por nosotras”. Y ahí estamos, sin sentirnos culpables ni vende patrias. O asumimos los puestos de poder económico o aquí no va a cambiar nada. Como dice Lidia Falcón, Presidenta del Partido Feminista español: “si no tenemos esa ambición, dentro de cien años nuestras hijas seguirán contando los mismos dramas… el feminismo es fundamental para construir un nuevo país”.

Esperamos que muchas empresas medianas y grandes, de las que quedan aún, se sumen a esta iniciativa. AVEM es un espacio para compartir información y buenas prácticas sobre políticas corporativas por la igualdad y el empoderamiento femenino, y acciones que construyen culturas organizacionales inclusivas. Sígannos por @avemujeres y cambiemos juntos las agendas, para que, por primera vez en la historia, las mujeres en este país seamos una verdadera prioridad.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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