En el seno de una organización donde ninguna mujer ha sido Presidenta desde su creación a mediados de 1900, conversamos el otro día con 12 accionistas mujeres, inquietas por el tema del feminismo. Todas ellas profesionales, empresarias, trabajadoras, hermosas. Levantaron a sus hijos y sus casas con trabajo y en medio de múltiples dificultades, acentuadas en los últimos años: “yo me imaginaba que a esta edad estaría ya para retirarme a descansar, pero que va, el trabajo crece”. La situación país (Venezuela) les ha pegado y mucho.
Reconocen muchas ganancias en esta etapa de su vida: sensación de seguridad personal, más autonomía, mejor relación con sus parejas, más libres para decidir y hacer, tristes pero al mismo tiempo tranquilas por la independencia de sus hijos, mayor atención a sí mismas y a su salud. Físicamente aparentan mucho menos de la edad que tienen. Ellas dicen que la energía y el cuerpo no son problema. Son las oportunidades o a falta de ellas las que las detienen en su búsqueda de una mejor realización personal. Oírlas ratifica lo que conversamos con anterioridad en Porlamar, Caracas y Maracaibo y que derivó en nuestro Manifiesto: Nosotras las cincuentonas.
Las animo a postularse a puestos políticos o de representación y hacen muecas… “mucho lío”, “no puedo abandonar mi casa”, “es difícil”. Les digo que los 50s son la mejor edad para estas posiciones: ya tus hijos están de su cuenta o casi, tienes salud, tienes experiencia y empuje, eres una guerrera. ¿Para cuándo lo vas a dejar? Aún así, veo que se entusiasman con la idea de copar espacios para que las cosas cambien. Y más aún, las veo interesadas en aprender nuevas técnicas de cuidados propios para seguir en la pelea.
Avivah Wittenberg-Cox, CEO de una firma de Consultoría de Género, y autora de “Siete pasos para llevar una negocio de género equilibrado” escribió para Harvard Business Review recientemente: “Después del estrés de los años de la mediana edad, los datos muestran que los niveles de felicidad se elevan a principios de los años 50. Nuevas capacidades mentales emergen….Las personas mayores llegan a dar mejores soluciones a los conflictos… son capaces de controlar mejor sus emociones, aceptan mejor las desgracias y están menos propensos a la ira.»
Coincidimos con ella. Ya los 50 pueden considerarse como el punto medio de una carrera, o el inicio de un emprendimiento exitoso. Ya no es más la edad de retiro. Quizás culpemos a las circunstancias externas de lo que no hemos podido lograr; quizás las crisis políticas y económicas de los países alteren nuestra percepción acerca de lo que es o no posible realizar a nuestra edad. Pero una cosa es el techo de cristal que nos impone el entorno, y otro el que nos ponemos nosotras mismas; ese parece ser de cemento. La buena noticia: ambos se pueden romper.
Gracias queridas amigas por compartir sus intimidades para aprender todas de todas. Tienen una excelente plataforma desde donde surgir y replantear las reglas de juego que nos abran más posibilidades. Es solo cuestión de pararse, mirar y actuar. Gustosas estaremos de apoyar.