QUE NO MUERA LA AMBICIÓN

QUE NO MUERA LA AMBICIÓN
octubre 30, 2015 Susana Reina
La ambición tiene mala prensa entre mujeres educadas en la humildad, en los valores cristianos que refuerzan la sumisión y la resignación como pilares centrales de su cuerpo de creencias. Esta forma de ver la vida, para quienes estamos en el camino por alcanzar el poder, nos resta posibilidades, porque nos hace sentir que si ambicionamos, pecamos.

 A las niñas que tienen cualidades para dirigir, las tildan de frescas, atrevidas y mandonas. El mensaje para ellas es directo: “no es de señoritas estar mandoneando ni decidiendo”, y así se le cortan las alas a una potencial líder empresarial o gubernamental.

Yo quiero rescatar aquí el lado bueno y necesario de la ambición por el poder. En mis clases de coaching se me enseñó que en la vida hay cosas que se pueden cambiar y cosas que no se pueden cambiar. ¿Qué cosas NO se pueden cambiar? Nuestra constitución genética como seres humanos, el pasado y la muerte. Todo lo demás se puede cambiar.

Cuando vivo pensando cambiar algo que no se puede, a eso se le llama resentimiento. Rumiamos formas distintas en que algo pudo haber pasado, pero ya no es posible hacerlo porque está en el pasado. Lo contrario al resentimiento es la paz, y ésta se alcanza a través del perdón. Pero este es otro tema.

Al revés, cuando pensamos que algo que sí se puede cambiar, creemos que no es modificable, esa es la resignación. Muchas veces nos resignamos o conformamos con lo que tenemos, porque lo declaramos como área que nos está negada o imposibilitada de acceso. Por ejemplo “nunca aprenderé inglés”, “yo siempre seré gorda”, “el poder no es para mí”.

Lo contrario a la resignación es la ambición. Es la convicción de que si no he logrado lo que quiero es porque no he aprendido aún la forma de hacerlo, pero me abro a la posibilidad a cambiarlo. No tiene nada de malo o pecaminoso. Es un derecho que no tiene por qué ser exclusivo de los hombres por ser hombres. Un hombre ambicioso es un líder, y una mujer ambiciosa es una desubicada, falta de respeto, agresiva. ¿Te parece justo?

Si no tenemos Poder, si no llegamos a él, no podemos lograr cosas. El poder es necesario para administrar recursos, tomar decisiones, ayudar a otros, diseñar políticas, para lograr que las cosas se hagan. No tiene nada de malo el poder per se. Y no hay pruebas de que las mujeres lo administremos peor o mejor que los hombres.

Rebélate contra todo mensaje que vaya dirigido a hacerte creer que tal o cual cosa no es para las mujeres, o no es de señoritas, o no tienes por qué pretenderlo. El poder no se hereda ni te lo regalan, el poder hay que tomarlo. Que no te quiten la posibilidad de ambicionar, soñar y aspirar lo que deseas. Allí reside la energía.

 

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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