pero positiva, por los resultados que puede arrojar.
Ambicioné. Aspiré. Levanté la mano y dije Yo Soy. Suena agresivo y pedante, sobre todo cuando hemos sido criadas bajo el concepto de que pedir es una característica masculina (…a Usted le piden matrimonio…espere que la saquen a bailar…no sea fresca…). Pedir es una competencia conversacional que es preciso entrenar, así como la creencia de que está bien hacerlo y hacerlo en grande.
Me busqué un mentor. Pero más que un aconsejador o guía, un sponsor. O sea, alguien que me abriera las puertas, que tuviera poder para patrocinarme, promocionarme y destacarme y hablar bien por mí y recomendarme. No uno, busqué como 3. Y les pedí: yo quiero estar ahí. Ayúdame. Yo puedo hacer eso mejor. Otra vez la ambición y otra vez dar el paso.
Trabajé con frenesí, como hacemos con frecuencia las mujeres. Buscando resultados y logros concretos que mostrar. Acciones matan juicios. Tus obras hablan por ti. Claro, tienes que hacerles marketing, pero es más fácil si tienes hechos que te respalden. Está demostrado que s los hombres los contratan por su potencial, a nosotras por lo que hayamos logrado… Es injusto pero es lo que hay. Así que trabaja. Ojo, pero no es hacer cualquier cosa, sino hacer lo que tenga alto impacto para la Empresa. Ve las cifras, habla con los que están en el Comité. Pregúntale al jefe mayor qué es lo que más se necesita en ese momento. Y contribuye con creatividad a lograr el resultado deseado desde tu ámbito de actuación. Y después reclama tus méritos. Fírmalos! Sobre todo si tienes jefes hombres, algunos acostumbrados a tomar crédito por lo que sus subordinadas hacen. Yo sé que tú me entiendes.
Todos mis jefes anteriores fueron hombres. Los observé en acción muchas veces. Me modelaron un estilo que me ayudó a ver cómo se hacen las cosas en la vida real. Soy ávida lectora de libros gerenciales, magister en empresas, y veía una brecha entre el deber ser y el “aquí es así”. Me dejé de teorías, pero sin olvidarlas, con mucho sentido práctico, para tomar las decisiones y hacer las intervenciones que el directorio pudiera aprobar. Aprendí de mis jefes además que ellos no lo saben pero son feministas. Trabajan mejor con nosotras, y están dispuestos a abrirnos las puertas. Lo que pasa es
que su condicionamiento cultural los limita. Nosotras podemos y debemos ayudarlos a ayudarnos.
Me metí en los temas políticos. Los técnicos están bien, pero en esas instancias no se habla de procesos operativos ni de
manuales procedimentales. En esos espacios se habla de política, estrategia, escenarios, competencia. ¿Cómo aprender eso? Leyendo mucho, sobre todo prensa y programas de radio y tv. Hablando con líderes de tu sector. Preguntando. Haciendo cursos de planificación estratégica. Asistiendo a foros y jornadas económicas, políticas y sociales. Viendo películas de suspenso y detectivescas… Te ayuda a tener la malicia que se requiere para entender ciertas cosas.
Dejé la ingenuidad a un lado. La historia del trabajo en equipo y la armonía grupal sirve con tu gente y en otros espacios
donde tú tengas el control y el liderazgo pleno. Pero en estos del consejo directivo, el juego es otro. Aquí te mueves en el espacio de lo simbólico, las cosas no son lo que son sino lo que significan, no es lo que se dijo sino lo que se quiso decir, escucha el mensaje pero también al mensajero, por qué esto se dice ahora y no antes, lo que no se dijo, te diste cuenta de lo que no se dijo?… Por eso hay que aprender a leer entre líneas, saber quién es quién (todo lo dicho está dicho por alguien y ese alguien tiene una historia), no tomar las cosas al pie de la letra, olfatear, confiar en la intuición, y por sobre todas las cosas, no perder un segundo de atención a lo que acontece…
Aprendí a tragarme las lágrimas. No porque crea que son malas o que las mujeres debemos renunciar a esa conquista emocional. Es que entendí que los hombres no saben qué hacer con nuestras demostraciones de afecto, se asustan y nos rechazan por eso. O sea, intenté hacerles fácil la posibilidad de que me aceptaran sin sobresaltos.
Me entrené como coach, para entenderme y conocerme mejor y hacer uso de mis fortalezas en mis objetivos de crecimiento. Sobre todo para aprender a conversar eficientemente. El mundo empresarial es el mundo de los hechos. Y diferenciarlo de los juicios es una gran destreza que debemos aprender. No abundar en información, ir al grano, hablar tipo tweet y estructurar un discurso con sentido persuasivo. El cómo más que el qué. Eso sí, siempre hablar. Siempre expresar. Siempre dejar claro lo que piensas. Proponer, preguntar, existir.
Construí un buen back up para poder avanzar, me refiero al tema casa, marido, hijos, etc. Tratando de dirimir mi sentimiento de culpa de forma que no me hiciera dudar de la decisión tomada. Aplicando dosis altas de malabarismo mezcladas con un noleparesquetevasavolverloca muy sano que me ayudó a seguir adelante. Años después leí un estudio que compara hijos de madres trabajadoras con hijos de madres amas de casa, que concluyó en que no hay diferencias significativas en cuanto a su salud mental y progreso en la vida. Yey!!!
Por sobre todas las cosas, no olvidé mi condición de mujer. No me endurecí tipo Tatcher, no sufrí del síndrome de la “abeja reina” negando el paso de otras mujeres, antes bien, diseñé una estrategia para que muchas más entraran al Olimpo. Hoy somos 8 mujeres de 20 en el Comité Ejecutivo. En 10 años hemos aumentado y seguiremos porque en la base gerencial, próximos a subir el escaño por promoción la relación mujer – hombre es 70-30.
Comment (1)
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Gran artículo. Te felicito de antemano por tu logro, quisiera preguntarte:
1. La gran mayoría de historias exitosas se deben a grandes fracasos, me pregunto Por qué tienes tantas ansias de querer posicionar a la mujer como alguien súper poderoso empresarial ? Es en el fondo por una meta propia o un simple tema que te apasiona? O esto viene de un fracaso personal y/o profesional que te llevó a superarte aún más para evidenciar de qué estás hecha?2. Una mujer no exitosa puede considerarse como no feminista?
3. Busca el feminismo la superioridad sobre el hombre?
4. No crees que construir el concepto “feminista” se puede equiparar con el concepto aborresedor de “machista”.
5. Entendiendo que hay niños que tienen más apego con sus madres, Les has preguntado alguna vez si son felices y si sienten que el tiempo que les dedicas es suficiente ?
6. Basada en que las mejores relaciones son las que se complementan y que el casamiento es como tener una sociedad en un negocio, si en una familia hay igualdad de roles y funciones en los padres, no se pudiera ver afectado el complemento entre la pareja y el manejo sobre la familia? Cómo se complementan los roles?
7. Una persona que quiera y apoye al hombre y no tenga deseo de superioridad ante el ni la sociedad, no es feminista?
8. Entendiendo que una vida ideal se basa en el equilibrio de trabajo/ metas / familia/ amor/ paz/otros , pudiera decirse que eres feliz?
9.Pudiera haber un rechazo en la sociedad del concepto “feminista” como para los hombres machistas?
10. Hay tipos de feministas?11. Cómo se catalogan los hombres que defienden a las feministas?
12. Si existe la lucha por el machismo y el feminismo, en dónde quedan lo gays, hay alguna clasificación para ellos? Estarîan dando las mujeres la apertura para una clasificación de igualdad?
13. Si Dios hizo a la mujer para procrear, vamos en contra de sus planes biológicos?
14. Una mujer soltera tiene más ventajas de ser feminista que una casada con hijos?