Las dos caras del activismo feminista: entre el abrazo y la crítica

Las dos caras del activismo feminista: entre el abrazo y la crítica
agosto 25, 2024 Veronica Arvelo
feminismo

El otro día, mientras conversaba con una amiga,  surgió el tema del activismo feminista. Para mi desconcierto, ella me confesó que, a pesar de considerarse feminista, no se sentía cómoda participando activamente en el movimiento.

Me contó que, al principio, se sintió atraída por el mensaje de empoderamiento y la lucha por la igualdad que promueve el feminismo. Sin embargo, a medida que se involucraba más, comenzó a sentirse juzgada por otras feministas. Mi amiga, aún en su proceso de aprendizaje, no siempre dominaba todos los conceptos teóricos y, en ocasiones, sus experiencias personales no parecían encajar a la perfección con el discurso del activismo. Esto la hacía sentir invalidada y excluida, como si sus vivencias no tuvieran valor dentro del movimiento.

Aunque mi camino dentro del activismo feminista ha sido diferente porque tuve la suerte de encontrar un en él un espacio de comprensión y apoyo, donde me sentí acogida por una red de mujeres que me acompañaron en mi proceso de aprendizaje, sé que mi experiencia no invalida la de otras mujeres y lamentablemente, he escuchado historias similares a la de mi amiga , mujeres que se han alejado del feminismo debido a la disonancia entre el mensaje de sororidad y empoderamiento que el movimiento proclama y la vivencia de un ambiente hostil dentro del mismo activismo.

Es cierto que el feminismo, en su búsqueda por la igualdad y la justicia, ha logrado avances históricos. Sin embargo, también es cierto que, como cualquier otro movimiento social, no está exento de contradicciones y fallas. Una de las más preocupantes es la cultura del juicio interno, donde las propias feministas nos convertimos en verdugas de otras mujeres que buscan su lugar en este camino, como feministas buscamos la liberación de las mujeres, pero no podemos hacerlo desde la exclusión y el juicio.

El feminismo debe ser un espacio donde todas las mujeres se sientan bienvenidas, respetadas y valoradas. Un lugar donde la sororidad y el apoyo mutuo sean los pilares fundamentales y donde las dudas y las críticas sean escuchadas con respeto y empatía.

Quizás unos de los retos más importantes que tenemos actualmente es precisamente construir un movimiento que celebre la diversidad de pensamiento, donde las experiencias individuales sean escuchadas y donde el aprendizaje sea un proceso colectivo, un espacio de liberación, no de opresión, de forma que sea un verdadero refugio para todas las mujeres.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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