Por: Ignacio «Nacho» Spizzo
En los últimos años, hemos sido testigos de un preocupante resurgimiento del machismo y la regresión patriarcal en diversas sociedades alrededor del mundo. Este fenómeno se manifiesta a través de argumentos antiderechos, extremismo ideológico, rigidez doctrinaria y molduras dogmáticas que buscan perpetuar la subordinación de las mujeres y otros grupos marginados. Este ensayo explora estas dinámicas y sus implicaciones para la igualdad de género y los derechos humanos.
Argumentos antiderechos
Los argumentos antiderechos son una herramienta clave en la regresión patriarcal. Estos argumentos se basan en la negación de los derechos fundamentales de las mujeres y otros grupos vulnerables, justificando la discriminación y la violencia en nombre de la tradición, la religión o la cultura. Por ejemplo, se argumenta que las mujeres deben ocupar roles subordinados en la familia y la sociedad, y que su acceso a la educación, el trabajo y la participación política debe ser limitado. Estos argumentos no solo perpetúan la desigualdad, sino que también legitiman la violencia de género y otras formas de opresión.
Extremismo ideológico
El extremismo ideológico es otro factor que contribuye al auge del machismo y la regresión patriarcal. Movimientos conservadores y populistas han ganado terreno en muchas partes del mundo, promoviendo una agenda que refuerza las normas patriarcales y rechaza los avances en igualdad de género. Estos movimientos a menudo utilizan el miedo y la desinformación para movilizar a sus seguidores, presentando la igualdad de género como una amenaza a los valores tradicionales y la estabilidad social. El extremismo ideológico no solo obstaculiza el progreso hacia la igualdad, sino que también fomenta la polarización y el conflicto social.
Rigidez ideológica y doctrinaria
La rigidez ideológica y doctrinaria es una característica central de la regresión patriarcal. Esta rigidez se manifiesta en la resistencia a cualquier cambio que desafíe las normas patriarcales establecidas. Las instituciones religiosas, políticas y sociales a menudo juegan un papel crucial en la perpetuación de esta rigidez, utilizando su influencia para mantener el statu quo y oponerse a las reformas progresistas. La rigidez ideológica no solo limita las oportunidades para el cambio, sino que también crea un ambiente hostil para quienes buscan desafiar las normas patriarcales y promover la igualdad de género.
Molduras dogmáticas
Las molduras dogmáticas son otro componente importante de la regresión patriarcal. Estas molduras se basan en creencias y prácticas profundamente arraigadas que justifican la subordinación de las mujeres y otros grupos marginados. Estas creencias a menudo se presentan como verdades incuestionables, lo que dificulta su cuestionamiento y cambio. Las molduras dogmáticas pueden incluir ideas sobre la inferioridad natural de las mujeres, la necesidad de control masculino sobre la sexualidad femenina y la importancia de mantener roles de género tradicionales. Estas creencias no solo perpetúan la desigualdad, sino que también legitiman la violencia y la discriminación.
Conclusión
El auge del machismo y la regresión patriarcal representan un desafío significativo para la igualdad de género y los derechos humanos. Los argumentos antiderechos, el extremismo ideológico, la rigidez doctrinaria y las molduras dogmáticas son herramientas poderosas que perpetúan la subordinación de las mujeres y otros grupos marginados.
Para contrarrestar esta regresión, es crucial promover la educación en igualdad de género, fortalecer las leyes y políticas que protegen los derechos de las mujeres y fomentar una cultura de respeto y equidad. Solo a través de un compromiso renovado con los principios de justicia y equidad podemos avanzar hacia un futuro donde todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir con dignidad y respeto.
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Mi nombre es Ignacio «Nacho» Spisso, nos podemos seguir en las redes sociales a través de mi handle en RRSS: @nachospisso @hombresendeconstruccion Lidero el movimiento «Hombres en Deconstrucción». ¡Nos vemos!