Por: Adriana Sarmiento
Soy artista, creadora de ideas para invitar a surgir el bienestar.
Imaginar y precisar el lenguaje me regala una brújula en medio de la oscuridad.
La gran mayoría de quienes están en Venezuela han sabido ir visualizando nuestra salud colectiva. Se han dado pasos enormes que merecen una ovación desde el centro de la Tierra.
Aquí me encuentro, como siempre, conectada con mi sólida raíz desde Venezuela, en mi «abrazo samanero» habitual, que atraviesa el Atlántico, como si nada.
Primero imagino que durante solo 15 minutos toooooda la gente del país salga a su propia calle y que algún satélite (a precisar) haga tomas aéreas del fenómeno democrático ya expresado en el voto.
Que le den la vuelta al mundo en vivo los videos de nuestra unión consciente en hermosa mayoría (principio inequívoco de toda democracia).
Que las imágenes pacíficas sean tan evidentes y PRESENTES como las actas.
Será fácil de hacer si la tecnología se mueve en el sentido de la expresión colectiva. Ese fue el logro extraordinario de las actas: su transparencia tecnológica CONECTADA al deseo de bienestar del bravo pueblo.
Esa novedad tecnológica que ya sucedió merece otra ovación desde el centro de la Tierra, adonde la democracia mundial exige coherencia con las necesidades humanas básicas, aplastadas actualmente en tantos países por una propaganda falsa constante. Somos ejemplo para el mundo al reaprender la legitimidad de la democracia ofreciendo un avance tecnológico sin precedentes.
Se usaba y se usa por terquedad la tecnología para ejercer un poder sin ética, que solo engaña para obtener beneficios económicos sin respeto a la soberanía nacional y los derechos humanos.
La novedad tecnológica de las actas es una muestra anticipada de la democracia sana. Muestra la importancia de que la inteligencia deje de ser solo artificial, permitiendo que el bienestar humano lleve POR FIN las riendas del asunto tecnológico a su favor. Es una posibilidad de tomar acción CONECTANDO la tecnología al movimiento eficaz del cuerpo físico de cada ciudadano, que se dirige de forma consciente hacia su merecido estar bien, desde el centro de la Tierra.
Por ahora, el poder de fuerza «bruta», lo ejerce un patriarcado que apesta: ciego, sordo, obsoleto y que ojalá fuera mudo. Usan armas y avances tecnológicos con típica «brutalidad» redundante, nada artificial.
Afortunadamente me consta que paralelamente hay muchos hombres nuevos, para nada brutos y que están listos a integrar su inteligencia para el bien colectivo, sin vil egoísmo.
Cuando la inteligencia en beneficio de hombres y mujeres salga de su escondite, en cambote, entonces no podrá nadie parar el auténtico beneficio colectivo.💪🏼 Sabemos que ese nuevo liderazgo incluye y requiere naturalmente a la sabiduría femenina en el poder. Además, exige una dosis inmemsa de liderazgo horizontal, que tan pocos manejan de verdad, por no saber escuchar.
Por último, me permito sugerir una precisión del texto de nuestro himno nacional, para ir más fácilmente hacia donde queremos. Que VIVA el bravo pueblo y que desde ahora pronunciemos juntos: «tembló de pavor el vil egoísmo que NUNCA MÁS triunfó».
¡Cantemos en cambote hermoso, generando la paz que nuestros corazones saben posible!
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ADRIANA SARMIENTO
Creativa para el bien común. Pedagoga de la escucha y expresión de gestos «sensory-based».
Aprendiz de brújula y observadora de conexiones a desarrollar para la paz sistémica. Demócrata integradora de voces y opuestos. Comunicóloga del «Scandinavian Institute of Communicology». Certificaciones de «Professionnel Coactive-Coach» en Francia y en «Rítmica Jaques-Dalcroze» en Suiza. Llanera y coralista venezolana, así como parisina por adopción.
Viajera de culturas profundas. Actualmente, este 2024, en Holanda.