Por: María Alejandra Mancebo * y María Teresa Albahaca Mancebo **
Madre e hija de nuevo juntas
La distancia nunca es barrera. De ello somos ejemplo nosotras madre e hija, amigas y mujeres que nos dejamos de hablar, reflexionar y soñar … esta vez esta vez iniciamos con el tema de la película Barbie, de la cual tenemos puntos divergentes y esas diferencias nos hizo resonar una escena:
“Es literalmente imposible ser mujer. Eres muy hermosa e inteligente y me parte el alma que creas no ser suficientemente buena. Es como si siempre tuviéramos que ser extraordinarias, pero de algún modo, siempre lo estamos haciendo mal. Tenemos que ser delgadas, pero no demasiado. Y no debes decir que quieres estar delgada, sino que debes decir que quieres un peso sano, pero además sí tienes que estar delgada. Tienes que tener dinero, pero no puedes pedir dinero, porque eso sería grosero. Debes ser jefa, pero no puedes ser dura. Debes liderar, pero no puedes aplastar las ideas ajenas. Se supone que debe encantarte ser madre, pero no hables de tus hijos todo el tiempo. Tienes que ser una profesionista, pero también, siempre cuidar a todos los demás. Eres responsable de la mala conducta de los hombres, lo que es de locos, pero si haces notar eso, se te acusa de ser una quejumbrosa. Se espera que te conserves bonita para los hombres, pero no tan bonita para que los tientes demasiado o que amenaces a otras mujeres porque se supone que debes ser parte de la sororidad, pero siempre tienes que destacar y siempre ser muy agradecida. Pero nunca olvides que el sistema está arreglado, así que encuentra cómo reconocerlo, pero recuerda ser agradecida. No debes envejecer nunca, nunca ser grosera, nunca presumir, nunca ser egoísta, nunca tropezar, nunca fracasar, nunca mostrar miedo, nunca ser impertinente. Es muy difícil y es demasiado contradictorio y nadie te da una medalla, ni te dice gracias. Y resulta, de hecho, que no sólo estás haciendo todo mal, sino que todo lo que pasa es tu culpa. Ya me cansé de verme a mí misma y cada una de las mujeres hacer hasta lo imposible para que los demás nos quieran«. (Discurso de Gloria a Barbie en la película Barbie, 2023)
Dicho fragmento más allá si estás de acuerdo o no con el film, te gusta el rosa o el negro. Nos permitió repasar cuando ella jugaba con la muñeca y yo la miraba maravillada de su creatividad y en una sola voz dijimos: hay una frase en la película de Barbie que cita “Barbie es todas las mujeres y todas las mujeres son Barbie”, y más allá de que la expresión puede generar discursos diversos, ambas coincidimos que claramente hace referencia a los diversos roles y versiones que presenta la Barbie y que expresan su lema “sé lo que quieras ser”. Es decir, que, así como Barbie puede ser todo lo que quiera, todas las mujeres podemos también.
Sin embargo, no nos deja de resonar por dentro la duda de si ambas también somos todas las mujeres. No porque literalmente quisiéramos inferir que podemos ser todo lo que las demás mujeres son, sino porque últimamente nuestras conversaciones, los acontecimientos, los delitos, la literatura, el cine … se dirigen a la idea inevitable que es el sentimiento universal de ser mujer.
Sin duda somos todas las mujeres que vinieron antes de nosotras. Todas las mujeres en nuestra familia que por años lucharon y se entregaron, amaron, sufrieron hasta ver los frutos de una generación que se entrelazan. Somos las mujeres que nos han criado y amado, que nos han nutrido de amor, de confianza, de seguridad, de miedos; las que han secado las lágrimas y han enseñado a vivir. Sí, somos las mujeres que nos han acompañado a crecer, que han compartido nuestras risas, logros, tristezas; las que nos han levantado del piso, las que han guardado nuestros secretos y han confiado los suyos.
Al suspirar pensamos que puede ser una jugada del machismo, esa de hacernos creer en algún momento que tenemos que ser diferentes. No hablamos de individualidad, sino de esa diferencia que quiere separarnos entre “superiores” e “inferiores” y en las que, los rasgos más femeninos e intrínsecos de nuestra naturaleza, parecen estar siempre en el lado de lo “inferior”.
Nos tiene que dejar de gustar el color rosa y madurar rápido porque “no tenemos que ser infantiles”, pero a los hombres nadie parece decirles que jugar videojuegos es infantil. “Es mejor tener amigos que amigas, porque las mujeres son muy envidiosas”, tenemos que separarnos, mirarnos mal, desear lo que tiene la otra, pelearnos, destruirnos, pero ellos van como en manada para todos lados. Quizás es porque juntas somos más fuertes y ellos se dieron cuenta antes que nosotras.
Si queremos casarnos y ser madres somos “anticuadas, retrógradas y solo queremos ser unas mantenidas” pero si queremos un gran título y un cargo de poder somos “demasiado ambiciosas”, y no podemos compartir o unificar deseos porque nos hacen creer que una cosa cancela a la otra y nosotras nos creemos el cuento. ¿Las mujeres que viven su sexualidad libremente? Prostitutas. ¿Las mujeres que prefieren guardar sus cuerpos? Mojigatas. Pero las mojigatas siempre son superiores moralmente, porque las mujeres libres asustan demasiado. ¿Las mujeres lloran mucho y son sensibles? Insufribles e intensas, es mejor las que disimulan que no sienten nada, porque nuestra sensibilidad es un arma demasiado poderosa para sus gustos. Y nosotras nos lo hemos comprado todo.
Y, aun así, recorriendo el camino es imposible evadir la realidad. Somos mujeres. Tu y yo somos lo mismo, aunque no seamos iguales. Sentimos el dolor que otras han vivido y estas comparten nuestras cargas. Somos esa niña que fue abandonada por su papá, aunque mi esposo y su papá sea el mejor del mundo. Somos esa adolescente que fue abusada por un hombre mayor en el que ella confió por inocente, aunque pertenecemos a esa minoría que nunca ha sido violentada de esa manera. Somos la mujer que acaba de perder un embarazo y también la que acaba de recibir su primer título universitario. Somos esa mujer que envejece, con las canas y la piel reseca, con una maleta llena de experiencias.
Es que somos todas las mujeres que están por venir. Las que vivirán en un mundo mejor que el nuestro, o eso esperamos. Somos las que ya llegaron y están creciendo fuertes y valientes. Somos nuestra madre y abuela, y la futura hija y nieta también.
Somos capaz de sentirlas, de sentirnos, en esa unión universal y misteriosa que nos constituye. Esa fuerza natural que es tan sagrada y tan nuestra, que necesita ser reclamada, que ha estado silenciada por tanto tiempo.
No somos mejor que ninguna otra mujer, no hace falta, nunca debió ser importante. Somos como tú y como todas las mujeres del mundo. Somos mujeres.
Somos nuestras. Ya no hace falta estar en guerra. Ni hacer diez mil maniobras para ser queridas. Podemos querernos entre todas. Podemos salvarnos entre todas. Como Barbie, también somos todas las mujeres y todas las mujeres también son nosotras. Están en nuestro yo y nosotras en ellas. Nacemos del mismo lugar, transitando caminos que nos unen. Encontrándonos con nuestra identidad, nos estamos encontrando con el resto de las mujeres, encontrándonos con la feminidad.
Ya dejamos a un lado tanta charla y el creernos ese cuento que contaron donde la feminidad nos hacía >menos<; en cambio, nos sentimos poderosas.
Si nos sentimos madre e hija, amigas poderosas, al saber que no caminamos solas, que con nosotras caminan millones, que millones ya caminaron por cada una y que otros millones continuarán nuestro camino. Y ello es así porque hemos encontrado que todo es menos pesado y más llevadero cuando podemos compartirlo. Ninguna se salva sola. Todas nos salvamos entre todas.
Si Barbie nos permitió esta nueva conversación, llena de recuerdos y de reflexiones, no importa si les gusta o no la película, lo que nos debe gustar, es que somos todas las mujeres y todas las mujeres también somos nosotras.
Sin duda mis mejores introversiones son con mi hija … celebro que ame ser Mujer
Foto: americatv.com.pe
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*María Alejandra Mancebo Antúnez
Abogada egresada de la Universidad Católica del Táchira Venezuela desde hace 29 años con estudios en Doctora en Gerencia, Master en Derecho Penal, Magister en Orientación conductual. Magister en Ciencias Penales y Criminológicas , Magister en Educación Abierta y a Distancia Especialista en Derecho Mercantil. Especialista en Derecho Procesal. Especialista en Ciencias Penales y Criminológicas, Especialista en Derecho de Familia y del Niño, Diplomada en Estudio para Defensa de las Mujeres Animación Socio Cultural. Diplomada en Programa de Estudios Avanzados en Prevención de la Legitimación de Capitales, otorgado por la Oficina Nacional Antidrogas, acreditada por el Grupo de Acción Financiera (GAFI) (Internacional), Diplomada en Femicidio –Feminicidio. Experta acreditada en Femimicidio por la Asociación Iberoamérica de Fiscales del Ministerio Publico (Internacional, Diplomada en Derecho Penal, Derecho Procesal Penal y Derecho Probatorio Universidad de Externado de Bogota -Colombia (Internacional) Actualmente Cursando Maestría Internacional En Igualdad De Género + Maestría Internacional En Prevención De La Violencia De Género Cursando Postdoctorado en Gerencia Transcompleja y Cursando Doctorado en Ciencias Jurídicas en la Universidad Bicentenaria de Aragua. Con experiencia en la Administración de Justicia por 25 años como Juez, Defensora Pública de Responsabilidad Penal del Adolescente y Fiscal Nacional y Regional (Legitimación de capitales y Delitos financieros, Anti-Extorsión y Secuestro, Drogas, Violencia de Genero, Fase intermedia y juicio y Corrupción) y por tres años Directora de Postgrado de la Universidad Yacambú. Docente de pre y postgrado desde hace 24 años en Universidades Nacionales. Conferencista Nacional e Internacional, Articulista nacional e internacional, miembro invitado de LEXCRIM (España), miembro invitado de Unversitas y Catedra Jorge Rosell, miembro activo de Académica Multijurídica Miembro del Consejo Consultivo de la Revista LEXITUM e integrante y una de las creadoras de Cata Jurídica con tacones con la Dra. Esther Alfonzo Rivera. Articulista y Conferencista Nacional e Internacional. Actualmente Defensora de los Derechos de la Mujer, Asesora Jurídica de Empresas Trasnacionales y Oficial del buen gobierno empresarial, Consultora Jurídica externa de la Universidad Yacambú. Mi mejor título ser Mamá
**María Teresa Albahaca Mancebo
Soy una mujer de 23 años estudiante de Lenguas, Ciencias y Artes Comunicacionales con aspiraciones de estudiar Psicología. Me encantan los niños y se me da bien enseñarles por ello les instruyo español y la que aprende soy yo. Soy hija única y mi mama en su afán de estudiar y trabajar me enseño sobre los Derechos de la Mujeres, ella sin darse cuenta me hizo feminista pues con visiones a veces distintas comprendí la esencia de ser Mujer con ella, su trabajo y su rol de mama y amiga. Es mi mejor Amiga. Amo escribir y leer eso lo herede creo que de mis padres. Me declaro feminista porque comprendí desde niña que defender los derechos de otras Mujeres me representan y lo hago desde mi espacio (estudiando y enseñando a los niños) y por supuesto desde la escritura, con mi novio y amigas, y sin duda con las conversaciones con mi mamá que, aunque no se lo digo me iniciaron a ser lo que yo quiero ser. Mujer libre que desea tener hijos, familia y también ir a marchas y gritar SOMOS MUJERES.