Todos los días en las redes sociales encuentro videos de grupos religiosos y conservadores (algunos peligrosamente con mucha influencia en el gobierno) que se oponen ferozmente a todo lo que tenga que ver con el avance y el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos utilizando como estrategia la desinformación.
Uno de los temas que más ha sido cuestionado y desacreditado por estos grupos anti derechos es el tema de la Educación Sexual Integral (ESI), con el que según ellos lo que se busca es “abolir la familia tradicional y corromper las infancias”.
En realidad, la ESI busca proporcionar conocimientos precisos y basados en la evidencia científica acerca de la anatomía, fisiología y funcionamiento del cuerpo humano, incluyendo temas como la reproducción, las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el cuidado de la salud sexual. No se limita únicamente a la transmisión de conocimientos sobre anatomía y reproducción, también aborda temas como la identidad de género, la orientación sexual, las relaciones interpersonales, el consentimiento, la prevención de ITS, el uso de anticonceptivos, el embarazo responsable y el respeto mutuo, siendo un componente crucial en el desarrollo de una sociedad informada y saludable.
En un país como Venezuela que de acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene la tasa de embarazo adolescente más alta de América Latina, con al menos 112 nacimientos por cada 1000 mujeres de entre 15 y 19 años (más del doble de la tasa promedio de Latinoamérica, que es de 50 nacimientos por cada 1000 mujeres) ; y con una tasa de ITS, en 2018 de 170 casos por 100.000 habitantes ( la tasa promedio de ITS en la región fue de 70 casos por 100.000 habitantes).
La ESI desempeña un papel fundamental ya que al proporcionar información precisa y actualizada sobre métodos anticonceptivos y prácticas seguras, se reduce la incidencia de infecciones y embarazos no planificados. Además, la ESI ayuda a erradicar mitos y desinformación que pueden poner en peligro la salud sexual.
La ESI es una herramienta poderosa para empoderar a las generaciones futuras y promover la salud y el bienestar sexual. Va más allá de simplemente proporcionar información; se trata de incentivar una comprensión profunda y respetuosa de la sexualidad humana en todas sus dimensiones.
Al promover la ESI no se está buscando corromper las infancias ni destruir los valores familiares de forma alguna, se está trabajando por un futuro más saludable, equitativo y respetuoso para todas las personas.