¿Las mujeres leen más libros que los hombres? Los reportes de encuestas sobre hábitos de lectura, tanto en España como en otros países, coinciden en que es así: las mujeres leen más libros que los hombres. Los investigadores creen que, por estereotipos culturales, la lectura suele formar parte de un hábito “femenino”. Y aunque las mujeres leemos más, como prueba de la brecha que también se registra en este ámbito, los hombres publican el doble y son los que reciben más premios literarios y notoriedad pública.
Sin embargo, y tomando en cuenta este dato, creo que los libros son nuestra mejor herramienta para lograr crear conciencia feminista y empoderamiento, por lo que aprovechemos esta cantera de mujeres deseosas de aprender e informarse y sigamos incentivando la escritura y lectura por nuestros derechos.
Como en años anteriores me voy a aventurar a comentar y recomendar, sin orden de importancia, diez ejemplares de todos los que leí este año. Resalto los que más me impactaron por su visión novedosa, sistémica y política en torno al movimiento feminista.
- Marjane Satrapi (Irán, 1969) De la misma autora de la conocida “Persépolis”, esta novela gráfica relata conversaciones de una forma muy amena entre mujeres cercanas alrededor de una mesa preparada con té y pastas, sobre amores, sexo y las relaciones maritales con los hombres. A través de sus anécdotas podemos conocer experiencias íntimas contadas con mucho sentido del humor y acercarnos a la cultura y situación de las mujeres en el Oriente Medio.
- El acontecimiento. Annie Ernaux (Francia, 1940) Un lujo leer a la nueva Premio Nobel de Literatura 2022, en uno de sus ensayos más biográficos, donde relata su experiencia de haber abortado voluntariamente en una época donde el mismo estaba prohibido. Es una historia trágica y conmovedora, que transmite la angustia que viven muchas mujeres al no contar con el apoyo médico ni de sus parejas para tomar decisiones que solo a ellas atañe, teniendo que recurrir a la clandestinidad y poner en riesgo su salud y su vida.
- El tercer país. Karina Sainz Borgo (Venezuela, 1982) Sin ser un libro con propósito feminista, la autora crea una historia basada en el liderazgo fuerte de las mujeres que lidian con la muerte, las guerras, los enfrentamientos, el hambre y la corrupción, como algo natural que en ese tercer país es parte de la dinámica habitual. Mujeres sabias, que saben lo que quieren, que no se amedrentan ante las adversidades y al mismo tiempo logran ser protectoras y solidarias entre ellas.
- Woman Hating. Andrea Dworking (USA 1946-2005) fue una activista y escritora feminista radical, básicamente conocida por su crítica a la pornografía. Este libro fue su primer manifiesto contra la explotación sexual, escrito en 1974 pero con una vigencia lamentablemente intacta. Identifica la pornografía como ligada al fenómeno de la violencia, cuestiona los estándares de belleza y amor romántico usados como mecanismos de opresión y en tono crítico con humor negro, muestra la misoginia abierta con numerosos ejemplos que dan cuenta de la agresión que viven las mujeres a manos de los hombres.
- Enseñar a transgredir. bell hooks (USA 1952-2021) Para quienes se dedican al mundo de la docencia este es un libro que deben leer. La conocida hooks expone los cimientos de una educación para la libertad. Con muchas referencias a Paulo Freire, da razones para fomentar una conciencia crítica en torno a las opresiones de sexo, clase y raza, que permita lidiar contra el racismo y sexismo en las aulas y crear ambientes multiculturales e inclusivos.
- Ser Mujer: Un rescate necesario. Victoria Sendon de León (España, 1942) De la editorial feminista Labrys, especializada en feminismo radical, este libro es el compendio de diversos textos elaborados por la autora desde 2018, en los que abordan temas que forman parte de la Cuarta Ola feminista. Es una sacudida leerla porque nos confronta con el curso equivocado que se le ha dado al movimiento suponiendo que la igualdad es la meta y cómo ella piensa que en el feminismo de la diferencia está la clave para que este esfuerzo sobreviva. Me hizo replantearme muchas cosas.
- bell hooks, otra vez. Genial libro autobiográfico de hooks donde revela cómo ganó conciencia feminista al no quedarse callada, al querer cuestionar las relaciones de poder y las consecuencias que tal actitud le trajo en su vida y su familia. Da un claro mensaje dirigido a los oprimidos sobre cómo el hecho de levantar la voz es un desafío que sana y abre posibilidades donde antes estaban negadas. Reitera con mucho énfasis el rol de la educación para la conciencia crítica como llave para la liberación.
- The grumpy guide to radical feminism. Andreia Nobre (Brasil, 1977) Escrito en tono sarcástico y cargado de mucha crítica y humor negro, Nobre transmite su hartazgo al tener que explicar la necesidad de feminismo. Aclara conceptos erróneos ampliamente difundidos sobre el feminismo radical y la teoría feminista, deja muy claro que las feministas no odian a todos los hombres, “pero tú puedes hacerlo, si quieres”. Buen material para tener respuestas asertivas a quienes adversan, por desconocimiento, al feminismo.
- Transformación en la Convivencia. Humberto Maturana (Chile, 1928-2021) Leído como parte de mi formación en transformación cultural, este libro se basa en la biología del conocimiento para mostrar cómo los seres humanos nos conectamos en un espacio emocional que nos permite aprender, conocernos, entendernos y colaborar sin tener que recurrir a mecanismos patriarcales de dominación y control. «Somos generadores de los mundos que habitamos, y habitamos los mundos que hacen posibles que nosotros habitemos en ellos. No nos encontramos con algo independiente de nuestra historia, somos responsables de las consecuencias porque generamos los mundos que vivimos, de modo que podemos generar los mundos que queremos vivir«. Y todo eso lo logramos conversando.
- Sobre la vejez de las mujeres. Marquesa de Lambert (Francia, 1647-1733) Podría decirse que este libro siembra la semilla para abrir los ojos ante las muchas injusticias cometidas contra las mujeres en una época donde el feminismo ni se pensaba posible. Especialmente señala cómo las que han pasado “la primera juventud” lo tienen peor y encuentra que el camino que conduce a la vida feliz no es el mismo, ni tropieza con los mismos obstáculos, en el caso de los varones que en el de las mujeres: “la costumbre los ha servido tan bien que todo está a su favor y en contra nuestra”. Todo un descubrimiento que viene rodando desde el siglo XVII y hasta nuestros días.
Agradezco la compañía de estas maravillosas obras que, al leerlas, fortalecen mi espíritu y me proporcionan la argumentación necesaria para seguir activa en el movimiento feminista.