«La Pequeña Lulú» es una historieta escrita por Marjorie Henderson Buell en 1945, que se publicó por muchos años. La finalidad de este suplemento era mostrar a esta pequeña niña que, con mucha sutileza, enseñaba a los niños a vivir en armonía y defender sus derechos.
Cada capítulo dejaba un ejemplo de convivencia: Ser corteses, empáticos, independientes, y solidarios.
Me encantaba cuando Lulú defendía su posición. Los niños tenían su club y habían colgado un letrero que decía «No se admiten niñas» y ella se las ingeniaba para pertenecer al grupo, movilizaba a las niñas para protestar y en muchas ocasiones lo lograban. Sin duda fue una de las primeras feministas que nos señalaron el camino a seguir.
Es increíble como un suplemento bien escrito te marca, educa y prepara para la vida. Hoy veo con preocupación que a nuestros niños se les hace hincapié en que primero ellos, después los demás. En las redes sociales se ve con frecuencia niñas con talento doblando a humoristas vulgares, en vez de aprovechar esa virtud para que destaquen en actividades mas loables.
Madres cuiden a sus hijas e hijos. No los exhiban en bailes soeces. La escuela enseña y en la casa se educa. Es necesario volver a la cantaleta de:
Siéntate derecho
Los codos no se apoyan en la mesa
Nunca lleves el cuchillo a la boca
No hables con la boca llena
No sorbas la sopa
Levanta la silla al pararte
Ve a la mesa sin el celular
Apaga la TV cuando comas
Recoge tu plato
Sé atento y respetuoso con los mayores
No aceptes nada a desconocidos
Ayuda en los oficios de la casa
Da las gracias.
Es tedioso lo sé, pero da buenos resultados. Además enséñalos a ser puntuales y responsables, y olvídate de ser su amiga. ¡Eres la autoridad!
Tendrás la mitad de la pelea ganada.
Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.
0