4ta Revolución económica y género

4ta Revolución económica y género
noviembre 1, 2022 Carolina Scott
feminismo

Para nadie es secreto que estamos en pleno proceso de transformación del modelo económico que ha regido el mundo desde hace un siglo. Desde el siglo XX, con la masificación de la electricidad, las reivindicaciones laborales, el crecimiento y migración de las poblaciones a los polos urbanos, la economía gira bajo las premisas del capitalismo en todas sus variaciones: el capitalismo puro y duro anglosajón, el social capitalismo de Europa y una mixtura indescifrable en Latinoamérica.

La bancarización marcó un hito en la expansión de la riqueza, el salario aportó recursos a las familias y permitió el endeudamiento para que las personas pudieran adquirir patrimonio inmobiliario o acumular ahorros. Posteriormente la incorporación de la mujer al mundo laboral corporativo, potenció la masa dineraria que corre por las venas de los sistemas públicos y privados. Aunque las mujeres no fuimos educadas para hablar de dinero, aprendimos empíricamente a usar los instrumentos financieros para seguir presentes en la vida del mundo actual.

Hoy estamos ante nuevas reglas del juego, el sistema productivo está mutando a un ecosistema digital: teletrabajo, multicanalidad, redes sociales, foros virtuales, criptodivisas, ciberseguridad y otros conceptos que surgen a diario dentro del contexto de una realidad paralela a la vida de contacto físico.

Lamentablemente las mujeres no estamos incluidas en el mundo digital, dominado casi 100% por hombres, que programan para ellos y sus estructuras.  Tenemos que apurar el paso en este nuevo sector para mantener la presencia que con tanto esfuerzo hemos alcanzado. No podemos darnos el lujo de ser analfabetas digitales ante nuestros intereses, los de nuestros hijos y ante la sociedad. El costo es altísimo, perdiendo autonomía, poder de decisión y quedando expuestas ante manipulaciones, ataques a la seguridad y regalando lo mas preciado, nuestra soberanía.

Desde el punto de vista económico, somos “carne de cañón” cada vez que ocurre un ciberataque porque no entendemos cómo gestionar este tipo de amenazas, por lo cual perdemos de vista la profundidad del daño. Corremos el riesgo de sufrir exclusión laboral-salarial por no dominar la materia, dependeremos de nuevo de un interlocutor (posiblemente masculino) para que nos traduzca, con su consecuente manipulación.

Todos estamos ante el mismo desafío, porque el cambio no es excluyente, pero las mujeres tenemos mucho mas que aprender para no quedarnos de nuevo orilladas de la reforma que acompaña las transformaciones colectivas.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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