“Creo en las personas, en el cambio y en el crecimiento”, con esas palabras Andreína Atencio, venezolana radicada en Italia, describe su pasión y sus inicios en el coaching el cual llegó a su vida a los 40 años tras pasar por un proceso de autoconocimiento para buscar la versión más auténtica de sí misma.
Asegura que esta es una disciplina sumamente efectiva y, aunque hay quienes la atacan por considerarla una moda, ella la califica como una filosofía de vida: “Lo que se busca en una sesión de coaching es que la persona se dé cuenta de sus competencias y pueda desarrollar ciertas habilidades para obtener unos resultados diferentes y así, generar un aprendizaje transformador”, explica.
Entrenamiento de vida
Igual que los músculos, el coaching es algo que todos podemos trabajar y bajo esa premisa Andreína fundó su empresa “El gym del coach” para que quienes estén interesados en formarse como profesionales del coaching puedan hacerlo.
“Cualquier persona necesita un entrenamiento de vida, necesita desarrollar músculos, habilidades y eso se hace en la vida misma, entrenando el músculo emocional, intelectual y espiritual. Además, el buen coach lo hace la práctica y la experiencia cuando se desarrolla la intuición”, opina.
Tras vivir seis años en Estados Unidos, Andreína volvió a atreverse y decidió mudarse a Italia donde asegura que ha aprendido a poder vivir con más tranquilidad: “Aquí vivo en un ambiente donde la gente lleva otro ritmo y he podido desarrollar a plenitud toda mi creatividad, mi potencial de crear en serenidad. A diferencia de Estados Unidos, que es un sistema de vida mucho más rápido y más duro, pero que me hizo crecer y creer todavía más en mí y en el valor de mi experiencia”.
Buscando el bienestar
En los últimos años hemos visto un auge del número de personas que desean conectar más con un estado de bienestar, espiritualidad y conocerse más a sí mismos, a juicio de Andreína esto se debe a las exigencias de la sociedad en la que vivimos.
“Creo que se debe a que el ser humano vive en estos momentos lo que el filósofo surcoreano Byung-Chul Han describe en su libro “La sociedad del cansancio”. Él habla de un jefe, una suerte de dictador interno, con unas exigencias muy altas por los constantes mensajes sociales de productividad, de excelente manejo del tiempo, de ser competitivos, de monetizar. Las demandas del entorno son cada día más grandes y se desata la ansiedad o la depresión. Lo veo en mi consulta tanto en hombres como mujeres, todos están en esa búsqueda de crecimiento, de poder disfrutar, de poder lograr sus metas y bienestar.”
A pesar de que muchas personas están interesadas en programas de acompañamiento y desarrollo personal hay quienes son más escépticas por muchos motivos. “Para mí, eso refleja defensas o rigidez y detrás de eso hay mucho miedo. El miedo se viste de muchas formas, lo reflejamos a través de sentirnos autosuficiente diciendo “yo no necesito de esto”, “a mí me va muy bien”, ahí hay defensas. Muchas veces mostramos una cara al mundo que es una fachada o un personaje que interpretamos. Jugamos, por ejemplo, a la supermujer o al superhombre pero el proceso de autoconocimiento, el tomar conciencia de quién somos, cuáles son nuestros miedos, qué nos hace sufrir, cuáles son nuestros recursos personales, cuál es nuestra parte más poderosa y más sana se facilita a través de una ayuda profesional externa y creo que ese camino sirve para desarrollar mucha madurez y a convertirnos verdaderamente en adultos”, manifiesta.
Al preguntarle qué es lo más importante y valioso que ha aprendido durante toda su trayectoria como coach asegura que son diversas manifestaciones del poder personal y lo valiosas que son las diferencias. “El coaching me ha mostrado la capacidad de crecimiento personal que puede tener una persona, a respetar la diversidad pues aquel que piensa diferente a mí enriquece mi mundo. A vivir en un mundo donde las diferencias pueden ser caminos de aprendizaje para construir un mundo mucho más inclusivo. También me ha enseñado la autocompasión, que no tiene nada que ver con la lástima. Ser coach ha sido una fuente de crecimiento y de abundancia en todos los sentidos.”
Nos inspira y alienta esta energía de Andreína, una mujer Atrevida, que vive en continua construcción.
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Fotografía: Cortesía Andreína Atencio – @CoachAndreina