Casi siempre la carga de la defensa por los Derechos Humanos y por el espacio que a las mujeres les corresponde, cae sobre las mismas mujeres. Se hacen talleres y cursos, se envían mensajes, se escriben artículos y se hace presión para enseñarles a ellas cómo adquirir competencias y habilidades que las capaciten para acceder al poder y salir adelante sin que su posición sea vulnerada. Es lo que llama Sheryl Sandberg, autora d “Lean in”, algo así como “ve por lo tuyo!”. Pareciera que si no han logrado más en la lucha por la igualdad, es porque no han sabido cómo.
Pero este juego tiene otros jugadores, los pares varones, y a ellos también habría que decirles cosas para que se adapten a las mujeres, y no tanto que las mujeres se adapten a las reglas de juego que esos hombres diseñaron. Una forma de lograrlo es educando desde la más tierna infancia a nuestros varones y adolescentes masculinos para que cambien la forma como asumen la femineidad y la masculinidad, y las relaciones con el sexo opuesto.
Estas son 12 enseñanzas que recomendamos transmitir a tu hijo:
- Las mujeres tienen las mismas capacidades intelectuales que los hombres y se están preparando para competir en el plano académico y laboral. Prepárate tú también lo más que puedas, estudia, aprende y lucha porque ambos sean evaluados en igualdad de condiciones.
- Ser mujer no significa que su rol sea casarse y darte hijos. No dejes que nadie te presione; si no deseas hacerlo está bien. Toma tus propias decisiones y déjala a ella tomar las suyas.
- Si te unes en pareja, entiende que la labor doméstica pasa a ser parte de tu agenda diaria. No es que estás ayudando o colaborando, es que es tu responsabilidad también. Así cuando llegues del trabajo ocúpate de las labores de la casa sin que tengan que pedírtelo.
- Si tienes hijos, ejerce tu paternidad a tiempo completo. Ese bebé lo parió ella, pero es tuyo también. Y debes estar tanto en los buenos momentos (parque, vacaciones, juegos) como en los no tan buenos también (tareas, baño, enfermedades, citas del colegio…)
- El sexo debe ser ejercido con responsabilidad. Usa condones y acuerden entre ambos algún método anticonceptivo de mutuo acuerdo. Ese no es un asunto que solo deba decidir la mujer. Involúcrate y asume tu papel.
- La menstruación no es motivo para atribuir comportamientos irracionales a las mujeres, ni es una limitación que las incapacite para nada. Es un proceso biológico normal que debe ser respetado.
- Evita los chistes machistas o misóginos. Son discriminatorios y vejatorios. Tampoco hagas burlas de las
mujeres por su aspecto físico o por no adaptarse a cánones de belleza estereotipados. - No incurras en actos de violencia de género. Desde un piropo ofensivo hasta un golpe grave se consideran violencia. No abuses de tu superioridad física para obtener lo que deseas.
- Siéntete libre para expresar tus emociones. Llorar, reír, manifestar miedo, ternura y rabia, son parte importante del desarrollo como seres humanos que somos. Una mujer que llora en su trabajo quizá no es que sea débil sino que quizás se siente más comprometida que tú y así lo expresa.
- Escucha más, observa más. No sientas que porque eres hombre tienes los privilegios garantizados. No pretendas hablar tú siempre y tener en todo la razón. Respeta además su emocionalidad, aprende más bien a manejarla y haz un esfuerzo por comprender. Eso se llama empatía.
- Si eres o llegas a ser jefe de mujeres dales crédito por sus méritos. No te los tomes como propios; ábreles puertas a las que sean capaces como tú y apóyalas en su desarrollo. Intenta tener un equipo balanceado y equiparado de ambos sexos. En la diversidad está el conocimiento.
- Siempre que puedas da tu apoyo a otras mujeres, no las ataques o juzgues injustamente. Mujeres y hombres debemos ser solidarios unos con otros.
Únete a la lucha por los Derechos de la Mujer porque son Derechos Humanos. Hace falta muchos hombres sensibilizados que ayuden a las mujeres a alcanzar la paridad y la igualdad de condiciones, porque es bueno para ella, es bueno para tí, es bueno para todos.