Desarrollo económico local en LA y su conexión con empoderamiento de mujeres y transversalización.

Desarrollo económico local en LA y su conexión con empoderamiento de mujeres y transversalización.
enero 25, 2022 Román Domínguez Antoranz
feminismo

Dos consideraciones relativamente recientes están convergiendo con potencia para alterar los mapas y modelizaciones en torno al desarrollo. Ambas tienen en común cambios importantes de enfoques y fuerzas. Por un lado, se enfatiza el posicionamiento necesario de las mujeres en la sociedad, rompiendo todas las personas los estereotipos y sesgos de género, construyendo la igualdad y la equidad en torno a los derechos, el acceso a los recursos, las oportunidades y el poder entre hombres y mujeres. Por el otro, la reconfiguración territorial de los enfoques del desarrollo, estimulando la participación y el liderazgo de actores sociales que antes solo eran “complemento”, “apoyo”, “entorno”, “provincia vista desde la capitalidad” y pasan hoy a protagonizar diseños, deliberaciones y decisiones trascendentes en el ámbito de sus comunidades de cultura e interés.

Cada vez pareciera más evidente para sociedades y gobiernos la interpretación territorial del desarrollo como una variante enriquecedora frente a los grandes modelos explicativos. El desarrollo es, cada vez más, un asunto interpretable, comprensible y, lo que resulta quizá más importante, “asible”, susceptible de direccionalidad estratégica por parte de los actores de un territorio[1]. Ya no es solo un asunto de grandes políticas macroeconómicas que articulasen alianzas y mercados en un mundo crecientemente globalizado. Tampoco se trata de un simple resultado de la descentralización política administrativa que se impulsó en América Latina desde los años 80 del siglo pasado y que, siendo aún tendencia, ha tenido un importante “contraste” recentralizador desde los inicios del siglo XXI. La territorialización del desarrollo es, en sí misma, una de las principales líneas de trabajo de los centros de investigación social y, una de las principales áreas de cooperación multilateral para los pueblos latinoamericanos hoy en día.

No es un proceso desprovisto de riesgos. Se aspira constituir nuevos focos y modos de desarrollo local a partir de dinámicas que superen también las limitaciones estructurales del caudillismo, el compadrazgo y la endogamia de poder que aún tienen ejemplos y prácticas en los países del continente. También se aspira evitar simplificaciones estigmatizadoras de categorías como “globalización” y falsificaciones de autarquía a partir de circuitos cerrados, aún comunes en los planteamientos de desarrollo endógeno, promoviendo más bien dinámicas de inserción competitiva que consideren las ventajas y desventajas que la integración de mercados ofrece a las actividades económicas en el territorio (lo global y lo local parecieran tener crecientes oportunidades de interacción).

Por su parte, la otra línea de convergencia es la revolución humana más reciente, la igualdad de hombres y mujeres como reto social general, la necesidad de políticas de equidad para favorecer esta igualdad, la transformación en las condiciones de acceso de niñas y mujeres a los espacios de poder que limitan y condicionan su potencialidad como personas; las transformaciones educativas y culturales que favorezcan estos cambios, la sensibilización de todas las personas en la sociedad  con respecto a estos asuntos; el empoderamiento de las mujeres para asumirse como sujetos de desarrollo personal y social y la transversalización necesaria de las políticas estatales y privadas para que todas las organizaciones, todos los espacios de interacción, todas las variables que involucren personas y todas las interacciones sociales y productivas en las que haya oportunidad de mejora (es decir, todas), consideren tomar conciencia, formular indicadores, rediseñar procesos y motorizar actividades orientadas a cerrar las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres lo antes posible.

¿Por qué dos áreas aparentemente tan disímiles encuentran una potencialidad tan atractiva en términos de desarrollo? Son varias las razones, aquí indicaremos algunas:

  • La transformación territorial del desarrollo es, fundamentalmente, una transformación de protagonistas y mecanismos de interacción, de diálogo. Esto se constituye en una oportunidad obvia para que los sistemas de actores y sus liderazgos consideren la voz, la representación y el poder decisional de las mujeres. Es algo fácil de medir, no más reuniones de empresarios y gobiernos con veinte hombres y tres o cuatro mujeres. Muchas más lideresas políticas al frente de las interacciones desde los sindicatos y los partidos políticos (no solo como “teloneras” de los grandes líderes masculinos).
  • La transformación territorial del desarrollo constituye retos importantes de formulación y seguimiento a indicadores locales (es más fácil conseguir indicadores a nivel nacional). Por lo tanto, es el momento de plantearse más indicadores específicos para las problemáticas de género y no más sistemas de planificación sin indicadores diferenciados allá donde quepa la diferenciación, en todos los sectores y sistemas.
  • La transformación territorial del desarrollo implica cambios en los modelos productivos. Otra área de oportunidad para plantearse en qué medida los sistemas de control patriarcal sobre el liderazgo empresarial, los sistemas de propiedad patrimonial (tierras, edificaciones y otros activos productivos) y el acceso al financiamiento bancario están limitando las potencialidades del desarrollo local. También, hasta qué punto la subrepresentación masculina en tareas domésticas y de cuidados están limitando el liderazgo productivo de las mujeres.
  • La transformación territorial del desarrollo supone un cambio en el desenvolvimiento del liderazgo político, incluso a nivel nacional. La feminización de la política pasa también por aprovechar las oportunidades de la discusión social, económica, cultural y ambiental territorial para mejorar las cuotas de representación en el liderazgo femenino en torno a lo público.
  • La transformación feminista es una oportunidad para motorizar cambios en las infraestructuras y los equipamientos urbanos que propician la participación y el empoderamiento de la mujer, haciéndolos más próximos a las necesidades específicas de las niñas y las mujeres, a su presencia y tránsito seguro durante el día y la noche, a los requerimientos para su higiene personal, entre otros factores diferenciales.
  • La transformación feminista es una oportunidad para reconstituir el tejido social allí donde se ha deteriorado por guerras, graves presiones migratorias, crisis económica o desastres naturales. Nuevas formas de cooperación y socialización parecieran mejorar su potencial en el marco de las dinámicas de empoderamiento y los proyectos orientados a la transversalización.
  • La transformación feminista es una oportunidad para canalizar financiamiento multilateral orientado a estos cambios en el territorio. Cada vez más hay líneas de apoyo y, de hecho, cada vez es más difícil formular proyectos y acceder a financiamiento multilateral del cualquier tipo, sin estas líneas de trabajo incorporadas.

Seguramente habrá muchas otras ventajas de este espacio de convergencia. Lo cierto es que vale la pena que hagamos una lectura positiva de sus oportunidades, para que fluyan los enlaces, las trenzas, las redes y queden bien establecidos los nudos allí donde hagan falta, los rizos, los bucles y los encadenamientos más creativos y diversos. También para que tempranamente se desenreden las marañas y se aprenda de los errores.

***

[1]El territorio se usa aquí como una categoría multivalente paras referirse a los cuerpos sociales sub nacionales que, desde diferentes perspectivas y variantes, comparten identidad y suficiente articulación para impulsar su propio desarrollo. No entra en contradicción con la categoría “local” que se constituye en su variante más estudiada y conocida, pero pudiendo incluir otras, las intermedias (provincial, departamental, estadal) o también inherentes a composiciones diversas (cuencas, áreas metropolitanas, espacios fronterizos, entre otras).

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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