Hace unos meses dictaba un foro sobre «Mitos del liderazgo femenino» y uno acerca de los cuales conversaba era «la perfección». Muchas personas piensan que ser una lideresa es sinónimo de una vida perfecta, de la mujer que es una «máquina», que trabaja de 7 de la mañana a 12 de la noche sin descanso, y aun así siempre está activa, trabajando.
Realmente, eso fue algo que hice sin darme cuenta: trabajar hasta altas horas de la madrugada sin descanso, aunque en capacitaciones sobre: «Autocuidados para activistas» una de las primeras enseñanzas que nos facilitaban, era el justamente lo importante que es descansar para nosotras que estamos sometidas a tantas presiones y desgaste emocional y físico.
Hasta que un día, luego de tanto trabajar, de vivir en mil cosas, mi cuerpo y mi mente dijeron OFF. Escuché tantas veces «LUISANA BÁJALE DOS QUE ESTO TE VA A PASAR FACTURA» (detrás de todo lo que se ve en redes, estaba una Luisana que se acostaba a las 3am, que se levantaba a las 8am, y aun así no descansaba) que vivía pensando y planificando mil cosas (mi mente era una máquina, y si llegaba una idea a ella, debía levantarme inmediatamente a plasmarla en un papel, para luego, organizar la logística y llevarla a su desarrollo) …
Pero sí, estaba en ese momento dónde no «daba para más», no podía concentrarme, estaba cansada, agotada, y vivía con sueño, y me di cuenta que no solo fue de esta semana, sino que venía agotada desde hace semanas, solo que en esta colapsé, no podía ni siquiera levantarme de la cama, ni ver una película. En ese punto de malestar me encontraba…
Aunque lo importante es que poco a poco comencé nuevamente a ir tomando mis responsabilidades, sin saturarme; estuve un día entero solo en pantuflas, luego al día siguiente acostada y me sentaba solo algunos segundos a trabajar, y así fui recargando mis baterías, por lo menos a un 40%
Se que aún falta por descansar, pero decidí irlo haciendo poco a poco, y así en casa, tomé las merecidas y obligadas vacaciones…
Por ende, hoy quiero que recordemos que: TAMBIÉN NOS CANSAMOS, Y ES IMPORTANTE PENSAR EN NUESTRA SALUD…
Es preciso mantener muy presente el «autocuidado», esa «acción reguladora del funcionamiento del ser humano que se encuentra bajo el control del propio individuo, realizada de forma deliberada y por iniciativa propia», como lo definió Dorothea Orem.
Por eso, la enseñanza de la semana, mejor dicho, de la vida es: El cuerpo y la mente se cansan; seguiremos trabajando arduamente, pero esta vez, autocuidándome.