“El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los oprimidos” Simone de Beauvoir.
El otro día en uno de los grupos de WhatsApp compartieron esta imagen de la tripulación femenina de Latam, donde comparan el feminismo de aquellas mujeres que viajaron a buscar unas vacunas, con aquellas que luchan en las calles, acusándolas de ser unas locas agresivas que no hacen más que desvirtuar el verdadero significado del feminismo. Una imagen que desde mi punto de vista es tan absurda como subir la foto de un médico tratando a un paciente y afirmar que eso es la verdadera humanidad, que todas las demás acciones o profesiones son estúpidas.
Seguido a esta imagen comenzaron los comentarios despectivos, comentarios que ya en otras oportunidades habían emitido y que yo había ignorado para mantener la paz en el grupo.
“Esas mujeres agresivas que lo saben es hacer el ridículo” “Hay otras formas de protestar” “¿Qué tiene que ver la lucha por los derechos con andar pelándose las tetas?” “el mensaje no está claro” “Quemaron la puerta de una iglesia, deberían de ir presas por violentas”
Lo que más me dolió fue que todos esos ataques venían de parte de mujeres, porque cuando eres feminista esperas escuchar cualquier tipo de barbaridades de parte de algunos hombres, barbaridades que a veces hasta llegas a entender, porque en el fondo sabes que para nadie es fácil renunciar a sus privilegios. Pero escuchar este tipo de comentarios de parte de otras mujeres que día a día son discriminadas de una u otra forma y que pertenecen a una comunidad de mujeres donde siempre se están recibiendo informaciones sobre femicidios, violaciones y desapariciones, es demasiado doloroso.
¿Cómo alguien puede decir que el mensaje de las feministas que están en las calles no está claro? ¿Qué parte del dejen de matarnos es tan difícil de entender? ¿Cómo puede impactar más una estatua pintada que miles de mujeres y niñas asesinadas? No puedo comprender esta manía de las personas de fijarse en nimiedades y dejar a un lado lo importante.
Traté de no dejarme llevar por mis emociones y de responder educadamente, quizás de una forma que llamara a la reflexión, aunque en retrospectiva tal vez pude haber expresado mi punto de una forma menos dura y con un ejemplo menos crudo del que usé en su momento. Al final no tengo idea de si logré que me entendieran o de si terminé en su lista de feministas histéricas, locas y peligrosas.
No estoy a favor de la violencia, pero soy lo suficientemente empática para entender a la madre que pinta una estatua de alguna figura patriarcal que no la representa, como forma de protesta por el asesinato de su hija. Porque si les duelen más las estatuas que la vida de las mujeres, entonces que se pinten todas hasta que escuchen y comiencen a dar respuestas.
¿Qué existen otras formas de luchar? Por supuesto que sí, estoy absolutamente de acuerdo, con lo que no estoy para nada de acuerdo es con subestimar las luchas de las demás.
El feminismo es un movimiento muy grande donde cada una hace lo que puede, desde donde puede y si defender derechos no es lo tuyo, dejar de criticar a quienes están en la calle haciendo ruido para que los derechos humanos de las mujeres comiencen a ser respetados, ya es una gran ayuda.
