Buenas o malas pero rebeldes y unidas

Buenas o malas pero rebeldes y unidas
diciembre 11, 2020 Alejandra Watts
feminismo

Good Girls Revolt (La rebelión de las chicas buenas) es una de esas series de televisión que me encontró a mí en lugar de yo a ella porque une temas que son sumamente importantes en mi vida: el periodismo y el feminismo.

Producida por Amazon en 2015 y basada en los hechos reales contados en la novela homónima de Lynn Povich, narra la historia de un grupo de mujeres periodistas que lucha por sus derechos laborales en el Nueva York de 1970, pero a medida que avanza la historia se dan cuenta que hay mucho más por lo que pelear.

News of the week”, revista donde trabajan Patti Robinson, Cindy Reston y Jane Hollander (Genevieve Angelson, Erin Darke y Anna Camp), solo permitía a las mujeres desempeñarse como asistentes de los redactores, investigadoras o verificadoras de datos, además tenían prohibido firmar las notas con su nombre incluso cuando hacían la mayor parte del trabajo.

En el primer episodio las chicas conocen a dos personajes históricos: una joven Nora Ephron que renuncia al enterarse que no tendría oportunidades de ascender pues nunca podría escribir. Ella les dice a sus compañeras que eso es ilegal y las invita a una reunión de concientización femenina donde está Eleanor Holmes Norton, la abogada que las ayudaría a realizar una demanda para que sus jefes permitan que todas las mujeres de la redacción firmen sus reportajes.

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Las protagonistas son jóvenes viviendo en una época de excesos y libertad, sin embargo, no se sienten libres del todo pues en sus relaciones más cercanas siempre se está esperando un rol que ellas no desean cumplir.

En 10 episodios vemos como Patti, Cindy y Jane son víctimas de micromachismos por parte de sus superiores, parejas y sus propias madres. La serie aborda temas de los que hoy en día aún estamos hablando: derechos sexuales y reproductivos, relaciones justas, independencia financiera, poder político, aspirar a más que un matrimonio e hijos, racismo, remuneración equitativa, denunciar los abusos de todo tipo y lucha por la igualdad de oportunidades.

Hay arcos narrativos muy poderosos y emocionantes que sin duda hacen reflexionar. Uno de ellos es cuando Patti viaja a otra ciudad para entrevistar a una fuente por lo que no puede ir a una cita con un compañero que, además, es el periodista con quien hace equipo; éste se enfada diciéndole que no entiende la emoción de su logro pues ella no es redactora.

Otra escena que toca las fibras es el momento en el cual Cindy se entera que su esposo ha intervenido su diafragma para que ella se embarace y deje de trabajar, luego al contarle sus deseos de ser periodista a tiempo completo le reclama diciéndole que es una egoísta por no pensar en su “rol” de esposa.

Uno de los argumentos que más me gustó es cuando se muestra que en muchos casos trabajar por “el mérito” no es suficiente pues sencillamente las estructuras de poder no permiten que las mujeres avancen. Eso se ve reflejado cuando Jane, una de las más eficientes y mejores investigadoras, le da una idea de artículo a su editor y se ofrece para escribirla y aunque éste la aprueba, le dice que contratarán a una periodista externa para hacerlo.

Jane, a mi juicio, es el personaje que más crece porque aunque al principio tiene una postura conservadora y no está de acuerdo con Patti y Cindy entiende que la igualdad es una causa que las involucra, afecta y necesita a todas, se da cuenta que puede lograr mucho más que ser solo una “señora” porque quiere ser una mujer de carrera, así que pelea por alcanzar la libertad para decidir su futuro, quizá no con un plan de vida de cinco años como le exigía su papá, pero sí con uno de tres.

En el periodismo lo único que tienes es tu nombre”, esa frase es mencionada desde el día uno en cualquier universidad por eso es tan importante cuidarlo, respetarlo y defenderlo. Eso hicieron las Patti, Cindy y Jane de su época y debemos tener presente que si hoy nuestros créditos, nombres o firmas están a pie de página es porque hubo mujeres que no descansaron hasta que pudiera ser así.

 

«Es un acto radical publicar los textos de las mujeres,
y un acto igualmente radical el mantenerlos impresos.»

 Gloria Steinem, periodista y escritora estadounidense

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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