La importancia de ser aliadas

La importancia de ser aliadas
agosto 2, 2020 Veronica Arvelo
sororidad

Antes de graduarme de abogada entré a trabajar como pasante en el departamento legal de una empresa de la cual prefiero reservarme el nombre y el rubro.  El departamento estaba compuesto por un jefe muy tóxico, dos abogadas, una secretaria y yo. El mal liderazgo que teníamos era evidente. Nada funcionaba de la forma en que debería, tanto así que teníamos fama de ser el peor departamento de la compañía. “El nido de cuaimas” nos llamaban.

La estrategia de nuestro jefe era bastante simple: cuando las cosas salían bien, se llevaba todo el mérito y era el héroe del día. Cuando las cosas salían mal, la culpable siempre era alguna de nosotras y él era el pobre hombre, víctima de trabajar con “puras cuaimas”. Muchas veces lo escuché decir que necesitaba contratar a otro hombre, porque trabajar con puras mujeres era una pesadilla. Mientras tanto se dedicaba a crear un ambiente hostil para mantenernos divididas.

Como yo no era más que una pasante, no había tenido problemas con ninguna de mis compañeras, todas habían sido muy agradables y pacientes conmigo, aunque entre ellas si existían ciertos conflictos.

Tal vez fue por el hecho de no tener ningún tipo de responsabilidad económica para ese entonces ya que trabajaba más por aprender que para ganar dinero o porque padezco de esta rebeldía crónica que siempre me impulsa a llevar la contraria cuando algo me parece injusto, que comencé a defender y apoyar a mis compañeras cada vez que había una injusticia y poco a poco mis compañeras se fueron olvidando de sus diferencias y comenzaron a hacer lo mismo.

Creamos una red de apoyo tan perfecta que nuestro jefe tuvo que cambiar de actitud porque se dio cuenta de que su mala vibra comenzaba a sobrar y que estaba perdiendo el mando del departamento.

Muchas cosas mejoraron a medida de que nuestra alianza se fortalecía y  eso se notaba, hasta ganamos un reconocimiento en el aniversario de la compañía.

Tiempo después cambié de trabajo, pero seguí en contacto con aquellas compañeras que se habían convertido en mis mentoras y mis amigas, ellas también cambiaron de trabajo poco después que yo. El departamento legal dejó de estar compuesto mayoritariamente por mujeres, lo que no evitó que regresara al mal funcionamiento de sus orígenes según nos contaron algunos conocidos que para el momento seguían trabajando en aquella empresa.

Así como en aquel departamento, pasa nuestro día a día en un sistema patriarcal que, al igual que mi ex jefe, se encarga de mantenernos divididas y de hacemos creer que somos enemigas, porque sabe que unidas seriamos tan poderosas que podríamos cambiar las reglas del juego. La historia ya nos lo ha demostrado muchas veces.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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